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Wednesday, March 21, 2012

En el paraíso de la especulación

En el paraíso de la especulación
Miércoles, Marzo 21, 2012 | Por Oscar Espinosa Chepe

LA HABANA, Cuba, marzo, www.cubanet.org -Talía González, conocida
periodista de la televisión cubana, trata temas económicos relacionados
con las necesidades de la población en el noticiero nacional de
televisión los martes desde hace semanas. El 13 de marzo abordó el
visible incremento de las actividades especulativas en las calles de la
capital y otros lugares.

Mostró escenas y señaló que muchos productos ofertados por los
revendedores se comercializan en las tiendas por divisas, donde los
compran para acapararlos y venderlos a precios superiores en el mercado
negro, cuando faltan allí. También se refirió a las papas con precios
hasta 5 veces superiores a los de los Mercados Agropecuarios Estatales
(MAE), donde se ofertan a 1 peso la libra, cuando aparece, a pesar de
estar el tubérculo en plena cosecha. Pudo haber presentado otros
ejemplos, como el huevo y la carne de cerdo que actualmente faltan en
los mercados estatales. Incluso muchos vegetales y frutas tienen
precios en los Mercados de Oferta y Demanda varias veces superiores a
los vendidos en los oficiales, en los cuales hay inestabilidad y cuando
se oferta el producto es de mucha menos calidad.

En realidad, es un tema recurrente que la prensa oficialista ha expuesto
desde hace decenios, sin que se resuelvan los problemas. Por el
contrario, la especulación crece a niveles alarmantes. En el reportaje
Talía González mencionó que muchos cuentapropistas están acumulando
recursos para comercializarlos a precios más elevados, y dejó entrever
la posible aplicación de medidas represivas contra los especuladores,
métodos aplicados en otras oportunidades, cuando únicamente lograron
incrementar la escasez y aumentar los precios en el mercado negro.

El agio y la especulación en Cuba es un fenómeno inherente al
ineficiente sistema económico imperante, que ha sido fuente de
improductividad, promotor de escasez y de un ambiente propicio para la
especulación. La oferta de los productos en las tiendas estatales no
tiene estabilidad y los artículos se desaparecen durante meses y años,
lo que es aprovechado para lucrar. Asimismo obliga a los cuentapropistas
a crear reservas de insumos comprados al detalle por no contar con un
mercado mayorista que les garantice los productos que necesitan para
realizar sus actividades. Un escenario que seguramente existiría en
cualquier parte del mundo, si pervivieran las condiciones que durante
decenios hemos sufrido los cubanos.

A esto se une el descontrol de los recursos en los almacenes, en un
país como Cuba donde los salarios no alcanzan para vivir. Así están
creados terrenos fértiles para la sustracción de los recursos y su venta
en el mercado negro con enormes tasas de ganancias. Esto ocurre desde
la llegada de las mercancías a los puertos o en los almacenes de las
fábricas, y continúa en la transportación y los lugares de venta a la
población. Facilitan estas operaciones la diversidad de precios y
mercados existentes para un mismo producto. Por ejemplo, con sólo
adulterar a la baja las cuotas de alimentos vendidos por el sistema de
racionamiento, y luego negociar en otro mercado el fruto del robo, son
obtenidas enormes ganancias. Esto se complica con la existencia de la
dualidad monetaria, que hace más difícil el control, mientras promueve
la obtención de mayores ganancias con las operaciones de especulación.
No resulta un secreto para nadie que las personas mejor informadas en
Cuba de lo que se va ofertar en las tiendas de divisas son los revendedores.

En estas circunstancias no solo la economía es dañada, sino todos los
aspectos de la sociedad cubana. De hecho cuando los salarios han
dejado de ser elemento básico para el sustento personal y familiar, se
ha creado un nuevo código moral que lo permite todo en aras de
sobrevivir en esta selva en que se ha convertido Cuba. Son inmensas las
implicaciones negativas sobre la formación ética y cívica de las nuevas
generaciones. Quizás ese es el mayor reto que deberá afrontarse en el
futuro.

La sección de la periodista Talía González aunque no brinda soluciones,
tiene elementos positivos por cuanto trae a la superficie problemas
candentes del acontecer nacional, como este de la especulación, y de esa
forma constituye un paso de avance para estimular el debate. Por otra
parte debe comprenderse que para poder sostenerse en la prensa oficial
los periodistas tienen límites peligrosos de traspasar. No obstante, la
solución de los crecientes niveles de especulación no podrá encontrar si
no se realizan cambios radicales en el sistema, que liberen las
potencialidades productivas y permitan un abastecimiento mayor y estable
de artículos al mercado, con una concepción integral y en una economía
financieramente equilibrada. Eso tendría que acompañarse con la
búsqueda de mecanismos racionales de distribución, donde se elimine la
variedad de mercados y precios diferentes, con mecanismos de ayuda
directa a las personas que realmente la necesiten.

Para ello es indispensable la eliminación de los dogmas y la
centralización estatal que durante tantos años han asfixiado la sociedad
e impedido su progreso. Hasta tanto esto no se efectúe, seguirán
existiendo los altos niveles de especulación y agio, con las
deformaciones resultantes en los seres humanos.

http://www.cubanet.org/articulos/en-el-paraiso-de-la-especulacion/

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