Martes, Octubre 11, 2011 | Por Amarilis C. Rey
LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -Después de trece días de
calabozo, Sara Marta luce cansada, pero la sonrisa es la misma. Su casa
está llena de activistas, tanto de su partido como de otros movimientos
de la oposición pacífica interna.
Ella quiere atenderlos a todos, y hacemos un aparte para preguntarle:
¿Dime lo que recuerdas del momento de tu detención? Rápida responde:
"Si supieras que no recuerdo mucho, no sé si tenía dos, tres o cuatro
agentes aguantándome, tratando de inmovilizarme. Si recuerdo que me
tiraron dentro de un auto patrullero, y luego uno de ellos me dobló las
rodillas. Así fui hasta la estación policial de la calle Infanta.
Luego para bajarme allí fue otra odisea. Y después me arrastraron
escaleras abajo hasta el sótano donde están los calabozos. Cuando me
dejaron me dolía todo el cuerpo.
Se fueron los vestidos de civil, y una mujer policía me pidió mis
pertenencias y le dije: ¿Qué pertenencias tu quieres, si yo no tengo
nada. Ustedes me sacaron de mi casa como yo estaba. Entonces me hace
alusión a los cordones de mis tenis, no te preocupes, le dije, que no me
voy a ahorcar, y se los entregué.
También me pidió las manillas con los lemas cambio y democracia que
llevo puestas en mi brazo. Le respondí que no se las iba a entregar, que
si quería me las quitara, pero que procurara no se rompieran ni se
perdieran.
Esa policía se fue y al rato vinieron otras dos. Eran altas y de
constitución fuerte. Ya las conocía de otras detenciones. Hablamos muy
poco. De nuevo me pidieron las manillas y les dije lo mismo. Un poco que
me sorprendí cuando una de ellas me aguantó el brazo y la otra
suavemente me las quitó. Después una dijo a la otra casi en tono de
advertencia: Estas manillas no se pueden perder ni romper."
Estábamos de pie en la sala de su casa, frente a un pequeño librero, las
interrupciones eran constantes y por un momento pensé que se abortaría
nuestra charla. Pero pudimos retomar el tema.
"Estuve 96 horas sin beber agua. Al cabo de ese tiempo, los instructores
de la Seguridad del Estado me dijeron que iba a ser procesada por
atentado y escándalo público. Entonces pensé, si voy a juicio tengo que
llegar en buen estado porque yo misma me voy a defender. Por este motivo
comencé a beber agua de nuevo.
Me sacaron muchas veces para interrogatorio; pero sinceramente, mis
captores están perdidos.
Pude notar en mi tiempo de calabozo, que la policía se mantiene al
margen, al menos en nuestros casos. Ellos dicen que somos un trabajo de
la C. I. (contra inteligencia) y que solo se limitan a dar en estos
casos prestar el servicio de detenernos.
El calabozo estaba muy húmedo y no había agua. Además muy antihigiénico.
Había sólo una poceta para bañarse todos los detenidos, y estaba tupida.
Cuando llevaba varios días sentí que me daba fiebre. Parece que tenía
muy mal aspecto, pues cuando me vieron los de la Seguridad, se asustaron
y me trajeron un médico.
Después de casi dos semanas, me han puesto en libertad, sin que medie
siquiera un papel oficial, con la condición que no puedo viajar al
interior de la isla, solo puedo ir a casa de mis padres en Villa Clara
con un permiso que, me aclararon, se me dará por tres días. Además
también me prohibieron dicen ellos, las reuniones aquí en mi casa. Y
mira como está esto lleno de gente desde anoche que salí."
Con una sonrisa termina nuestra conversación. A pesar de las amarguras
vividas, la Secretaria Ejecutiva del Partido Pro Derechos Humanos de
Cuba, no pierde su buen carácter, ni su sentido del humor.
http://www.cubanet.org/articulos/sara-marta-fonseca-tras-su-liberacion-2/
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