21-09-2011.
León Padrón Azcuy
(www.miscelaneasdecuba.net).- Para los que no pueden imaginar el riesgo
que corre una persona con el estatus de refugiado político e impedido de
salir del país, ya sea por negativa gubernamental o por demora de la
burocracia norteamericana, les diré que en la ola represiva del 2003
contra 75 opositores pacíficos, conocida como la Primavera Negra, varios
poseían visas, y algunos hasta la llamada tarjeta blanca.
Por sólo mencionar algunos, Jorge Olivera Castillo, Edel José García,
Oscar Espinosa Chepe y Manuel Vázquez Portal por su valiente actitud, en
oponerse al régimen durante la década de los 90 y principio del 2000,
fueron víctimas de una intensa represión, obligándolos a solicitar
ayuda al amparo del artículo 14 de la Carta Universal de Derechos
Humanos que otorga asilo político a todos los que sufren persecución en
cualquier país. Sin embargo, luego de poseer el autorizo de entrar a los
EEUU fueron a parar a las cárceles del régimen comunista.
Los EEUU han jugado un papel fundamental en la protección de muchos
perseguidos políticos. Su ayuda se destaca por encima de toda la Unión
Europea, posición que vale la pena reconocer por cuanto ha preservado a
muchos cubanos de años de cárcel y por consiguiente ha protegido la
integridad de muchas familias.
Sin embargo, también no es menos cierto que hay personas que permanecen
en el país con estatus de refugiados político, aun contando con el
permiso de salida de las autoridades cubanas. Conozco casos que llevan
desde hace dos años y medios en espera de respuestas concernientes al
departamento de seguridad interna de los EEUU. Estas exageradas demoras
exponen peligrosamente la libertad e integridad de estos perseguidos que
en la mayoría de los casos se encuentran en el limbo y sin protección.
Algunos comprometidos con la construcción democrática de Cuba y
continúan su labor dentro de la oposición.
La voluntad de la autoridades para poner en vigor cuando le parezca la
ley 88 -ley mordaza-, y la utilización de otras "figuras delictivas"
que van desde el desacato a las autoridades, asociación ilícita y la
tipificada índices de peligrosidad pone de relieve que nadie que
pertenezca a la oposición está exento de riesgo.
Quien les escribe fundó dos organizaciones políticas dentro de Cuba:
Movimiento Liberal Cubano en julio del 2002, y el Partido Liberal
Nacional Cubano en mayo del 2007, recibí en ese periodo asilo político
de EEUU y fui víctima de la negativa gubernamental quien me privó de
viajar durante cuatro años.
Ahora me encuentro hace casi dos años y medios esperando por respuesta
del departamento de Seguridad Interna a una petición lógica que había
solicitado antes de que el gobierno cubano otorgara mi carta blanca el
26 de mayo del 2009 para que mi esposa viaje conmigo.
Hoy espero pacientemente, cumpliendo aún con mi responsabilidad de
construir una democracia en mi país. Y sólo confío en Dios para que me
libre de ser blanco directo de cualquier escalada represiva en el
futuro, cosa que por supuesto no debemos descartar.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=33706
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