Jueves, 01 de Septiembre de 2011 11:25
Osmar Laffita
Capdevila, La Habana, 1ro de septiembre de 2011, (PD) La superficie
cultivable en Cuba es de 6,6 millones de hectáreas de taltierra; de
ellas 2,3 millones son explotadas por empresas del Estado y la 4,2
millones restantes están en poder de las Unidades Básicas de Producción
Cooperativas (UBPC), los campesinos privados y las Cooperativas de
Producción Agropecuarias (CPA).
Por el mal trabajo, desatención y abandono, extensas áreas aptas para el
cultivo, se poblaron de marabú y malas hierbas.
En el año 2008 comenzó a aplicarse el Decreto-Ley 259. Hasta comienzos
de enero, unos 114 000 usufructuarios habían recibido 1,2 millones de
hectáreas.
En el último semestre se sembraron 607 000 hectáreas, alcanzándose una
producción de 3 278, 5 millones de toneladas de alimentos. El
comportamiento productivo fue desigual. En 6 provincias se produjeron 1
831,1 millones de toneladas, un tercio del total nacional.
A Pinar del Río le correspondió el lugar cimero: en 73,6 mil de
hectáreas acopio 467,8 miles de toneladas alimentos.
Le sigue Santiago de Cuba; su producción fue de 307 mil toneladas de
productos del agro. Para ello destinó 58,4 mil hectáreas.
La provincia Granma produjo 288 mil toneladas de viandas, frijoles,
vegetales y frutas, en 88,8 mil hectáreas, pero la mayor extensión fue
destinada al cultivo del arroz: 42,3 mil hectáreas.
La provincia Mayabeque el semestre sembró 28,3 mil hectáreas y reportó
una producción de 276 mil toneladas.
En Guantánamo, se produjeron 276 mil toneladas en 72 mil hectáreas. De
ese total, 33,6 mil están dedicadas al cultivo del cacao.
La provincia Artemisa, en sus 28,2 mil hectáreas produjo 224,3 mil
toneladas de productos del agro.
Contario a los ocurrido en el semestre precedente, con la excepción de
la papa, que se cumplió en un 85,9%, el maíz con 79,7% y los cítricos
con 70% (los peores resultados), los restantes cultivos se sobrecumplieron.
Pero sin que medie una explicación, en los mercados agropecuarios
estatales, no se ofertan hortalizas ni vegetales. Las cebollas, cuando
aparecen, los revendedores piden un alto precio que la mayoría no puede
pagar.
Algo similar ocurre con los frijoles. Hubo un sobrecumplimiento, pero el
frijol que se vende a 8 pesos la libra no aparece por ningún lado, sin
embargo, el de 12 y 15 pesos la libra está por donde quiera.
Tampoco se entiende que si la producción de arroz fue de 96,7 mil
toneladas, no haya arroz. El que se vende a 3 pesos la libra está
desaparecido, pero el que se vende a 5 pesos, se encuentra sin ningún
problema en todos los puntos de venta.
Los consumidores se preguntan: ¿si hubo sobrecumplimiento en la
producción agrícola cómo se entiende que las ventas en los mercados
agropecuarios estuvieran por debajo del 9,5%?
Tenemos el caso del arroz y el frijol, que sólo se vendió el 3,1% y el
3,4% respectivamente; se desconoce cuál fue el destino de las miles de
toneladas que no se vendieron.
Lo anterior es una muestra de que hay grupos que impiden el libre flujo
de las mercancías acopiadas, los que fijan las rutas de la distribución
y precios de los productos del agro, porque al disponer de suficiente
dinero sobornan a los venales funcionarios del Ministerio de la
Agricultura, que son los responsables de que los mercados agropecuarios
del Estado permanezcan el mayor tiempo vacío.
Mientras esto ocurre, los mercados agropecuarios de oferta y demanda
están abarrotados de mercancías. En ellos rigen los mecanismos
oligopólicos de los elevados precios que no bajan para evitar la
competencia entre ellos.
Estos individuos con poder obstaculizan que haya productos en cantidad y
con calidad a precios de venta razonable, porque económicamente los
perjudica ya que hubiesen tenido contra su voluntad que bajar los
precios. Esto no ocurrió, señal de que son ellos y no el Estado los que
deciden sobre la comercialización agrícola. La campaña gubernamental
para garantizar la seguridad alimentaria es pura fanfarria.
Quedó demostrado que el asunto no es de subrecumplimiento de la
producción agrícola, sino de quiénes controlan la comercialización de
estos productos.
Los mercados agropecuarios del Estado permanecen prácticamente vacíos
por la inestabilidad de los suministros. Continúan sin representar
ningún peligro de competencia contra aquellos que manejan y controlan
tras las bambalinas los mercados agropecuarios de oferta y demanda, que
es donde está el dinero.
Ahí está la explicación de por qué en los mercados agropecuarios del
Estado no hay arroz, frijoles, hortalizas ni vegetales, que sólo se
encuentran en abundancia, variedad y calidad en los mercados de oferta y
demanda, pero a precios prohibitivos.
http://primaveradigital.org/primavera/economia/51-economia/2154-la-provocada-subida-de-precios
No comments:
Post a Comment