Sábado 03 de Septiembre de 2011 05:45
La situación de los cubanos, a través de los años en el poder de los
hermanos Castro, es bastante lamentable. En la medida de lo posible,
todos los que en el continente americano se preocupan genuinamente por
la suerte de la libertad y la democracia, deben empeñarse en seguir de
cerca, como debe haber sido siempre, la tragedia del pueblo cubano que
ha cumplido ya más de cincuenta y dos años de dolorosa vigencia.
Cuba es una isla dotada de belleza natural y riquezas turísticas, digna
de ser admiradas por el mundo entero, No debe ser aceptable que haya
quien vea con tranquilidad -por así decirlo- transcurrir el tiempo
mientras en la isla de Cuba tiene vigencia una feroz dictadura comunista
que ha destrozado las instituciones democráticas del país y la manera de
vivir en forma civilizada de ese pueblo atormentado por la tiranía de
los hermanos Fidel y Raúl Castro.
Dejar pasar los días sin recordar y condenar esa tiranía es hacerse
cómplice de ella aún cuando no exista la intención específica de serlo.
Pero los hechos demuestran que hay una especie de contubernio abierto o
solapado, voluntario o no voluntario, pero funesto para el pueblo que
sufre la tiranía y para otros pueblos de la región que, de una u otra
manera, sufren los efectos del comunismo de los hermanos Castro.
Es verdaderamente doloroso que el pueblo de Cuba haya sido privado de su
libertad y de su tranquilidad espiritual -por así llamarlo- durante más
de cincuenta y dos años por la complicidad de muchos cubanos y de
dirigentes de otros países que, aceptándolo abiertamente o no, respaldan
esa tiranía comunista consolidándola y dándole vigencia como punto de
partida para el mismo empeño en otras naciones de la región.
Las personas o grupos de personas, así como partidos políticos y
gobiernos, que no se oponen abiertamente a la tiranía comunista que
azota al pueblo cubano, no están cumpliendo con el deber democrático
fundamental que implica defender a la patria de José Martí atormentada
por los hermanos Castro desde hace más de cincuenta y dos años.
No debe ser aceptable en modo alguno que esa tiranía exista sin ser
debidamente condenada y combatida por todos los que en el mundo,
especialmente en el mundo americano, tienen el deber de defender la
libertad y la democracia.
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