Carne vacuna y oposición política
Alberto Méndez Castelló
Las Tunas 21-09-2011 - 10:29 am.
El sacrificio de reses y los gritos de 'libertad', las dos bestias
negras del Estado cubano.
Tras la excarcelación y expatriación rumbo a España de algunas decenas
de presos políticos con la mediación de la Iglesia Católica y Madrid, en
Cuba no cesan las detenciones ni el acoso a opositores al régimen. Esa
es la cara visible de las violaciones de derechos humanos y de violencia
oficial ejercida contra los cubanos, pero ¿acaso es la única?
"La formación de mentes dóciles conlleva métodos de violencia que,
aunque menos evidentes, son más frecuentes, pudiéramos decir cotidianos,
para obligar a la gente a hacer lo que no desean ni es de su agrado. Son
formas indirectas de presión sobre la conciencia humana, utilizando
medios masivos de información y cultura, que es lo que los entendidos
llamamos violencia psicológica o violencia simbólica", dice un
especialista en comunicación entrevistado para este reportaje.
"El producto final es el miedo", añade. Y ese miedo es aplicado
selectivamente, sobre ciertos puntos álgidos de la sociedad, mientras
son pasados por alto otros.
Conocida es la pobreza del pueblo cubano. En un país con pastos y agua
suficientes, apenas existe ganado para alimentar al ciudadano de a pie.
El sacrificio de reses a manos de particulares, que son quienes mayor
cantidad de ganado poseen, está prohibido y sancionado por leyes
severísimas. Entretanto, las mejores reses son sacrificadas en Cuba para
alimentar turistas y elegidos, y no precisamente a la clase trabajadora,
a la cual cada día se le exige producir más.
"Compare la figura de no pocos jefes con la de la gente de la calle y
pregúntese con qué se alimentan unos y otros", dice un exempleado de un
matadero, quien durante mucho tiempo, mientras despachaba toneladas de
piltrafas molidas con soya destinadas a la población, daba salida
también a asignaciones especiales de carne bajo el renglón de "Para
Organismos".
Tan incongruente política económica ha disparado el mercado negro en
Cuba, exacerbado ahora por la crisis financiera global. Según fuentes
oficiales, solo en Las Tunas entre enero y agosto de 2011 se han
producido 568 robos de ganado más que en igual período del pasado año.
Ante la ineptitud policial y jurídica, el Gobierno ha echado mano a la
prensa para intentar desestimular la compra de carne robada, en un país
donde no se vende carne en las carnicerías (estatales). Según el
semanario 26, órgano del Comité Provincial del Partido Comunista en Las
Tunas, en su edición impresa del pasado 9 de septiembre —bien se
guardaron de publicarlo en su edición digital—, la provincia ya ha
perdido más de 5,5 millones de pesos por robo de ganado.
La prensa empieza entonces a fomentar el miedo entre la población. Se
"exhorta a la población a no consumir la carne de res de procedencia
desconocida, pues los malhechores lo mismo roban animales sanos que
enfermos y los matan en los montes sin medidas higiénicas, por lo que el
peligro de enfermar aumenta". Sin comentarios.
Los cientos de miles de cabras, carneros, cerdos y gallinas robados a
los campesinos, sacrificados y vendidos en el mercado negro, al parecer,
no enferman. Enferma la carne de vaca, cuya compra está tipificada como
delito en el Código Penal.
Ese mismo sentido de la justicia suele perdonar las alteraciones del
orden público que puedan constituir las peleas de perros, las peleas de
gallos finos y las apuestas de jugadores. Éstas no merecen atención
policial ni jurídica, aunque están conceptuadas como delitos. Porque,
¿cuántos camorristas han sido conducidos o instruidos de cargos en lo
que va de año?
A diferencia, una cuidadosa atención, valga decir acometividad policial
y judicial, va dirigida a quienes, no dejándose apabullar por la
violencia oficial, hacen valer sus derechos, ya sea gritando la palabra
"Libertad" o escribiendo un artículo periodístico. Estos sí que pueden
ser conducidos a la cárcel. Estos sí que se ven enfrentados a la justicia.
Esta es Cuba, la del terror de Estado disfrazado de bondad, donde
policía y justicia tienen sus caprichos, y buena parte del miedo que
provocan viene del azar y de lo inesperado. Pero una cosa está, al
parecer, clara: oposición política y carne vacuna, no.
"¿Quiere una prueba del miedo que constituye nuestra sociedad?",
pregunta el experto en comunicación social consultado.
Y agrega: "La mejor prueba es que, antes de contestar a sus preguntas,
le pido que no divulgue mi nombre".
http://www.ddcuba.com/cuba/7068-carne-vacuna-y-oposicion-politica
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