Tuesday, June 7, 2011 | Por Osmar Laffita Rojas
LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) – En los lineamientos
económicos aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, no
hay ninguno referido al trabajo por cuenta propia. Es decir, que el
Congreso desestimó que la actividad privada fuese un componente de la
economía nacional, indicando que es la planificación y no el mercado lo
que pautará el desarrollo económico de la nación.
No obstante, en franca contradicción con esa línea está la información
brindada por el periódico Granma el 17 de mayo, que refleja los acuerdos
más importantes de la reunión del Consejo de Ministros, entre ellos la
extensión del cronograma de despido de medio millón de trabajadores, lo
que obliga a mantener las plantillas congeladas, es decir, que el
empleo estatal se paraliza.
Como tácito reconocimiento del fracaso de la arbitraria incautación de
40 mil negocios privados en marzo de 1968 y la total estatización de la
economía, durante la llamada Ofensiva Revolucionaria, el gobierno, para
asombro de los más pesimistas, acordó a extender a 176 actividades, de
las 86 inicialmente autorizadas, la autorización a los nuevos
cuentapropistas para contratar mano de obra.
A mediados de mayo, 314 mil 538 cubanos figuraban como cuentapropistas.
De esa suma, 221 mil 839 sacaron su licencia durante los cinco primeros
meses del año.
Prueba de que el actual equipo de gobierno está apostando a la
ampliación y consolidación de la actividad privada, la tenemos en que a
finales de diciembre disponían de licencia solamente 87 mil 889
personas, que se ganaban la vida como trabajadores independientes.
Sin que nadie lo esperara, el gobierno reconoce por primera vez que la
actividad privada es su tabla salvadora. Por ello ha tomado medidas para
eliminar las deficiencias y restricciones que trababan el despegue de
esta actividad, así como ha propiciado medidas que favorecen la
contratación de fuerza de trabajo en el sector privado, porque el Estado
en estos momentos no está en capacidad de absorberla.
Una muestra de que se marcha hacia la economía de mercado,
principalmente en los servicios, la tenemos en que a todos aquellos que
contraten cinco trabajadores en cualquiera de las 176 actividades
autorizadas, se les exonera del pago de impuestos durante lo que resta
de año.
Estamos en presencia del nacimiento, consolidación y expansión de la
microempresa. A los dueños de paladares se les ha autorizado una
capacidad de 50 sillas; esto implica que para la atención adecuada de
tal número de comensales, necesitan posiblemente 18 empleados,
divididos en dos turnos de 12 horas. Un restaurante de tal magnitud cae
en la categoría de una pequeña empresa.
Una señal de que existe interés por parte del gobierno de que esta
actividad se consolide, es el anuncio de que en el segundo y tercer
trimestre del presente año se gastarán los 120 millones de dólares
aprobados para comprar mercancías destinadas a la creación de un mercado
mayorista, para que los cuentapropistas adquieran los insumos necesarios
para sus actividades a precios que hagan viables sus negocios.
Si bien cabe la frase "del lobo un pelo", hay que admitir que los
acuerdos del Consejo de Ministros están claramente dirigidos a fomentar
la expansión de la propiedad privada, aunque las autoridades no lo
reconozcan públicamente. Por eso han tomado medidas para optimizarla,
quitándole los obstáculos burocráticos que aún la frenan.
Para el gobierno, el cuentapropismo es la mejor alternativa de empleo y
el único modo para paliar la crisis, al menos por el momento.
http://www.cubanet.org/articulos/hacia-la-economia-de-mercado/
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