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Sunday, February 14, 2010

TOTALITARISMO: ÚNICA EXPLICACIÓN PARA EL DERRUMBE DE LA HABANA

TOTALITARISMO: ÚNICA EXPLICACIÓN PARA EL DERRUMBE DE LA HABANA
2010-02-13.
Jaime Leygonier, Periodista Independiente, Colaborador del Centro de
Información Hablemos Press, CIHPRESS

La gente fabrica con los escombros y aprovechando los muros que
sobrevivieron. Esquina de Durege y San Leonardo, Sto. Suárez.

(www.miscelaneasdecuba.net).- La Habana, joyero arquitectónico, se
derrumba aplastando a sus moradores y la gente prefiere el peligro de
habitar edificios que amenazan desplome, a irse a los infrahumanos
albergues en que el estado oculta a quienes pierden sus hogares. No
existe otra causa que el totalitarismo, quien para existir prohíbe la
iniciativa y así destruye la economía.

Todos los dictadores construyen grandes obras; Castro fue la excepción.
El dictador cubano filofascista Machado (1926 - 1933) construyó el
Capitolio mayor de América; Batista (1952 - 1958) no atacó las leyes
económicas; su dictadura coincidió con gran prosperidad y
construcciones; el comunista Fidel Castro (1959 - 2006) semejó al
caballo de Atila - aunque la hierba si crece en las grietas de casas y
aceras. Sus herederos son peores.

Todos los presidentes propiciaron obras públicas y favorecieron la
iniciativa particular, que edificó barrios residenciales, y rascacielos
que en los 50 fueron los más altos de Latinoamérica.

Todo con cemento y materiales hechos en Cuba y por arquitectos,
ingenieros y albañiles cubanos - y también albañiles españoles,
principalmente vascos, residentes en Cuba.

La Habana fue posible por la prosperidad económica de un país que se
diferenciaba de casi toda América, con excepciones como EE.UU. y
Argentina, por su numerosa clase media comercial y profesional, y un
sector obrero inmenso con ingresos suficientes para construir - como
particulares o en asociaciones.

Esa prosperidad databa del siglo XIX, bajo el colonialismo español y la
potenció la República (1902 - 1959). Cuba tuvo el primer ferrocarril de
América Latina, por iniciativa privada, en 1837 -antes que España- y
según placa conmemorativa colocada por el Gobierno de Castro, tuvo la
primera fábrica de cemento de Iberoamérica (1895).

Los mayores palacios de La Habana son el Centro Asturiano -hoy Museo de
Bellas Artes- y el Centro Gallego, muestras del poder económico durante
el siglo XX de los comerciantes y obreros de la inmensa inmigración
española.

El pueblo acusaba a los gobernantes de que robaban el dinero de las
obras públicas. Castro descubrió que no necesitaba obras públicas y ni
siquiera dinero para adueñarse de toda la riqueza: sino hacer
todopoderoso al estado, y ser él "el Estado" -ahora lo son sus
continuadores que esperan "el diluvio" tras Castro.

Para ser todopoderoso destruyó el comercio, la industria, prohibió el
trabajo y la iniciativa. El Habana Hilton -de 25 pisos- fue construido
en 1951 en el plazo de un año. En los 80, bajo Castro con sus discursos
llamando a jornadas de 12 horas, demoraba 3 años la construcción pésima
de consultorios médicos de 2 o 3 plantas y de 1 a 6 apartamentos.

Y Hospitales como el Miguel Enríquez -inaugurado por Castro en los 80-
llevan en ruinas unos 20 ó 10 años, como la vecina antigua La Benéfica,
que parece un pueblo embrujado, y su reconstrucción perpetua es un
agujero negro de materiales.

En lugar del "futuro luminoso" que prometió con el éxito económico del
comunismo, tenemos crisis total, hambre, la mayor corrupción imaginable,
muerte masiva de pacientes psiquiátricos y la mayoría de los edificios
en peligro de derrumbe o con serios problemas.

Mucha gente vive en ruinas, a veces las casas se van derrumbando del
portal hacia el fondo, la familia se refugia en los cuartos que
conservan techo y tiende la ropa donde existió la sala.

El Hospital "Miguel Enríquez" cierra su salón de operaciones cada año
porque desbordan efes fecales por su alcantarillado tupido, y en el
Departamento de Otorrinolaringología del Hospital Docente Diez de
Octubre - antigua Quinta Dependiente (otro ruinoso centro de horrores
con los enfermos) - hace meses que posponen la operación de una larga
lista de pacientes porque se derrumbó un pedazo de techo de su salón de
operaciones.

La gente escribe cartas al Gobierno para que éste les repare su edificio
o les venda materiales para repararlo, pero el Gobierno ni puede ni
quiere, salvo para oficiales de la Policía y el Ejército y la gente
pierde su hogar o lo repara en la única forma posible: comprando
materiales robados, por ejemplo, a sus hospitales en ruina perpetua.

El Gobierno -pésimo casero que confiscó los edificios, cobró los
alquileres y los dejó destruirse- no contesta o dice que no tiene
materiales pero que "el edificio de ustedes tiene el número 1 -o el 2-
en la lista municipal para repararlo"; y la condición de "delincuentes"
de quienes reparan le sirve para amordazarlos políticamente.

Y hasta para emplearlos como instrumentos de agresión a los opositores:
Porque reparar es un privilegio otorgado a militares, funcionarios,
chivatos y !clérigos! -Las iglesias que ostentan sumisión o colaboración
con la tiranía son premiadas por ésta con autorización para repararles
templos, tras el pago de ingentes sumas en dólares o euros.

Y hasta de pretexto para encarcelar a cualquiera, como hicieron con el
luchador por los derechos humanos Dr. Darsi Ferrer, preso sin juicio
desde el 21 de julio por los escasos materiales con que reparaba su
minúsculo apartamento.

El totalitarismo culpa a los villanos de su película: los perversos
yanquis. Pero todos saben que son ellos. "No hay materiales", dicen,
pero los hubo a fines de los 80 para construir el separador central de
la avenida de Rancho Boyeros por razones de seguridad paranoica de Castro.

Entonces la censura prohibió a la revista Opina publicar un cálculo de
cuantos cientos de miles de viviendas podían repararse con los
materiales gastados en el separador central. Menos publicó nadie el
dispendio de construir refugios antiaéreos inútiles para la invasión
americana de Reegan.

En 1991 Castro construyó estadios e instalaciones deportivas pésimas
para acoger a los Juegos Panamericanos de 1992. En discursos mencionó a
las necesidades de viviendas justificando el gasto con que los juegos
darían ganancias al país podrían emplearse en construcciones para el pueblo.

Dijo además que el pueblo se beneficiaria de esas instalaciones. En
realidad después de los juegos permanecieron cerradas o subutilizadas y
en mal estado.

El resto de los 90 construyó hoteles en toda la Isla, muchos, como los
de Monte Barreto, permanecen desiertos casi todo el año. Y una red de
túneles de hormigón para "el futuro metro de La Habana" y refugio
antiaéreo, -que el pueblo afirma son para encarcelar multitudes- o
exterminarlas discretamente -si ocurre una rebelión popular.

Uno de los hoteles, el Parque Central -de N.H.-, es un adefesio
arquitectónico que aprovechó los muros de una manzana de edificios
históricos del siglo XIX derrumbados por la negativa estatal a
repararlos -como le solicitaron sus habitantes durante 30 años
escribiéndole cartas para que les salvara sus hogares.

La gente no lo merece: trabajan, procuran reparar o ampliar. A veces
levantan un pedazo de muro y la falta de recursos les impide continuar.
Aprovechan los ladrillos viejos y el polvo de los derrumbes para construir.

En medio de un portal lleno de escombros y materiales, alguna mujer
¡limpia! y cultiva plantas en baldes viejos porque sueña con tener su
casa "como es debido". Otros, derrotados, impotentes, se tiran boca
arriba a ver como se les derrumba la vida.

El Gobierno no puede remediarlo, el pueblo no puede remediarlo, la
civilización retrocedió tanto que bajo "Castro's" ya no pueden existir
ciudades; las casas se derrumbarán como el Gobierno, y cualquier huracán
en La Habana multiplicaría los desastres de los que asolaron Pinar del
Río y Baracoa.

No por gusto lo primero que envió el Gral. Raúl Castro a Pinar del Río y
a Baracoa asolados, no fueron plantas potabilizadoras ni alimentos sino
soldados con armas largas: El problema de la vivienda es un desastre
nacional que empuja fatalmente al estallido o a una involución a la
barbarie.

TOTALITARISMO: ÚNICA EXPLICACIÓN PARA EL DERRUMBE DE LA HABANA -
Misceláneas de Cuba (13 February 2010)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=25687

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