Miriam Leiva
LA HABANA, Cuba, 24 de febrero, www.cubanet.org -Orlando Zapata Tamayo 
murió el 24 de febrero a consecuencia de una huelga de hambre sostenida 
durante más de 80 días en reclamo del trato adecuado a su condición de 
prisionero de conciencia. Muchas otras realizó desde el 20 de marzo de 2003.
Apresado durante la oleada represiva de la Primavera Negra,  no estuvo 
incluido en los juicios sumarísimos a los 75, con condenas de hasta 28 
años de cárcel.  Sólo fue sentenciado a 3 años, pero no por bondad ni 
justicia.  Debió haber sido excarcelado hace 4 años.  En realidad nunca 
cometió delito, pues únicamente defendió el derecho a expresar sus 
ideas, reclamar la libertad de prisioneros políticos, procurar la 
prosperidad del pueblo cubano y amar la Patria.
Desde su llegada a prisión, el sadismo del régimen "más democrático y 
respetuosos de los derechos humanos en el mundo" se ensañó con el joven 
negro, humilde, albañil y plomero, nacido el 15 de mayo de 1967. Celdas 
de castigo, golpizas y vejaciones no rompieron su dignidad.  Acusaciones 
sucesivas dentro de la prisión produjeron juicios sin defensa, con 
condenas sumadas de 36 años al momento de ser asesinado.  Pasó por 
varias prisiones por las protestas realizadas con otros presos de 
conciencia como él y prisioneros políticos, a pesar del aislamiento a 
que estaban sometidos.
¡Qué en Cuba no se tortura, alardea el gobierno!  ¿Acaso el trato cruel, 
la ausencia de atención médica, la falta de medicamentos, la mala 
alimentación, la escasa agua contaminada, la inexistente higiene, el 
hacinamiento con presos comunes de alta peligrosidad, los gritos, los 
insectos y roedores, no son torturas físicas?  Estar enclaustrado en 2 
por 3 metros sin ventana ni ventilación, con un hueco para hacer las 
necesidades vitales y un chorrito de agua, cuando la ponen, sin 
alimentos ni ropa, con humedad y frío o calor intensos según la época, 
parece  exquisita tortura. La ausencia de cartas o llamadas telefónicas; 
no tener libros y periódicos ni con que escribir, complementan el 
régimen en las cárceles cubanas. La privación de visitas familiares como 
castigo, luego de muchos meses de espera,  es habitual.
Reyna Tamayo, la madre, ha recorrido Cuba de prisión en prisión. 
Demandó tratamiento humano para su hijo, atribulado y recio, a las 
autoridades de los penales, el Ministerio del Interior, el gobierno y el 
poder judicial.  Se enteraba de los juicios realizados y las nuevas 
sentencias cuando ya se habían impuesto.  Viajó miles de kilómetros en 
casi 7 años para llevar alimentos y ropa adquiridos con mucho esfuerzo, 
para  regresar con la mayor parte porque le limitaban el peso o le 
cancelaban la visita.  ¡Cuanta tortura a esa mujer cubana, humilde, 
negra; en un país, donde "no hay discriminación racial y todos tenemos 
iguales derechos"!
A  Orlando Zapata Tamayo lo trasladaron de Camagüey a La Habana, cuando 
ya expiraba.  El clamor de la oposición pacífica, la solidaridad de los 
prisioneros de conciencia y políticos, así como las denuncias de la 
opinión pública internacional movieron a los ególatras totalitarios. 
Desde 2004 han procurado que no murieran en las cárceles con algunas 
licencias extrapenales  o tratamiento médico en prisión antes de llegar 
al límite del desgaste total.
Miguel Valdés Tamayo falleció el 9 de enero de 2007 en un hospital de La 
Habana por la dolencia cardíaca agravada en la cárcel.   Había recibido 
la licencia meses antes. Fue el primer mártir de los 75.  También era 
negro y humilde.  Orlando fue sacado del Hospital Nacional de Reclusos 
de la Prisión de Máxima Seguridad "Combinado del Este" sólo horas antes 
hacia el publicitado Hospital Hermanos Amejeiras para que falleciera en 
una instalación civil del más elevado nivel, a la que no lo trasladaron 
oportunamente.
La mayoría de los 53 reos de conciencia de los 75 que permanecen en 
prisión sufren serias enfermedades, contraídas allí.  Muchos están 
amenazados de seguir la ruta de Miguel y Orlando.  Hay alrededor de 200 
prisioneros políticos, y Cuba ostenta el bochornoso cuarto lugar mundial 
por cantidad de presos: 531 por 100 000 habitantes.
El genocidio, según el Articulo II, inciso b: Lesión grave a la 
integridad física o mental de los miembros del grupo, según la 
Convención de la ONU de 1948, está institucionalizado en Cuba. Fidel 
Castro atacó el Cuartel Moncada; hubo muchos muertos.  Sólo cumplió 21 
meses en una cárcel, donde se cocinaba langosta, fumaba tabaco, recibía 
visitas, libros y correspondencia; fue retratado y conversó con 
periodistas.  Durante la dictadura de Fulgencio Batista, el Congreso lo 
amnistió.
Noticias/Cuba_Genocidio contra Orlando Zapata Tamayo y los demás presos 
en Cuba (24 February 2010)
http://www.cubanet.org/CNews/y2010/feb2010/24_C_7.html
 
 
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