El congresista Díaz Balart pasará su lucha anticastrista al campo privado
JUAN-JOSÉ FERNÁNDEZ - Miami - 13/02/2010
El exilio intransigente cubano se ha hartado de Barack Obama. No admite
la política conciliadora del nuevo Gobierno de Estados Unidos hacia la
isla. Su abanderado más importante, el congresista republicano Lincoln
Díaz Balart, aprovechó el cierre de Washington por la gran tormenta de
nieve para anunciar en Miami lo que ya tenía decidido. No se presentará
a la reelección en noviembre y a partir de 2011 seguirá su lucha contra
el régimen castrista desde la vida civil. La razón fundamental, su
frustración porque la actual Administración tiene congelada la ayuda a
los disidentes. No es el único caso, pero sí el más significativo.
La Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) ya
casi no destina dinero a Cuba y a muchas organizaciones que recibían
fondos se les han cortado tras los escándalos por mala administración
surgidos el año pasado. En 2008, aún bajo la presidencia de George W.
Bush, el Congreso aprobó 40 millones de dólares para dos años. Con Obama
ha llegado la congelación y más aún tras la detención el pasado
diciembre de un miembro de la USAID, un judío estadounidense que
repartía productos electrónicos a miembros de su comunidad en la isla.
Alan Gross fue calificado como agente por Cuba, pero Estados Unidos lo
desmintió.
Hace unos días, varios congresistas republicanos, entre ellos los tres
de Florida, escribieron una carta a la secretaria de Estado, Hillary
Clinton, quejándose de que el Gobierno estaba tratando de "contentar" al
Gobierno cubano y también le pedían que no se celebraran las nuevas
reuniones migratorias previstas para el próximo día 19.
Díaz Balart no ha aguantado más y dijo en su anuncio de retirada
política que quiere dedicarse a promover La Rosa Blanca, organización a
favor de la democracia en Cuba fundada por su padre, Rafael (cuya
hermana Mirta fue la primer esposa de Fidel Castro). Ministro de
Gobernación con Fulgencio Batista, huyó a Estados Unidos en 1959, nada
más triunfar la Revolución. Lincoln tenía apenas cinco años cuando salió
con él.
"Es altamente frustrante ver que tras haber votado en el Congreso
grandes cantidades de recursos para llevar a los héroes que luchan
dentro de Cuba por la libertad, la Administración, que se supone tiene
que cumplir las leyes, no las está distribuyendo". Incluso recordó unas
palabras de Anuar el Sadat: "Hay un poder externo que determina el curso
de los acontecimientos humanos y que lo dirige más allá de nuestro control".
Por eso cambia de campo: "La lucha sigue. En el próximo capítulo de
nuestra lucha podré ser más útil para la libertad de Cuba", dijo ante un
grupo de fieles y dirigentes de otros grupos afines. También estaba su
hermano y también congresista Mario, que aprovechó para anunciar que en
las próximas elecciones se presentará en el distrito que deja vacante su
hermano. En su distrito se dejó entrever que quieren promover a David
Rivera, otro férreo defensor de la línea dura contra Cuba. Inamovible
sigue la tercera baza anticastrista, Ileana Ross-Lehtinen, que no dejó
de recalcar la importancia de la causa cubana en cualquier posición,
oficial o no.
Díaz Balart señaló que volverá a su profesión de abogado, lo que le
podría reportar más dinero que como político. "Pero sólo es de cara a la
galería", comentó Roberto, un funcionario jubilado: "Lo que querría ser
es un nuevo Jorge Mas Canosa, aunque lo tiene difícil. Sólo se parece en
que es de los más odiados por el régimen de Cuba".
Orgulloso del embargo
El congresista no se recató en recordar una de las cosas que le han
hecho sentirse más orgulloso en sus 18 años en Washington, tras empezar
en 1986 como legislador en el Estado de Florida, "fue la codificación
del embargo de Estados Unidos contra la tiranía de Castro. El haber
convertido en ley el embargo". De esta forma consiguió que sólo pueda
ser derogado por una mayoría del Congreso, no por el presidente.
La ofensiva del exilio cerrado contra cualquier concesión o diálogo con
la tiranía, como la denomina Lincoln, viene desde distintos campos. La
noche anterior, durante un programa de televisión, Willie Chirino, una
de las voces más emblemáticas de la diáspora cubana, lanzó la propuesta
de formar un grupo o asociación para recaudar fondos y ayudar a los
disidentes.
Los envíos de dinero a la oposición cubana no sólo han sido canalizados
oficialmente, sino de múltiples formas alternativas y en muchos casos,
ilegales. Han seguido caminos similares a la multitud de triquiñuelas
usadas por los cubanos para enviar remesas o viajar burlando las leyes
más estrictas en determinados momentos. Pero esto ya no es necesario
para el cubano común en Estados Unidos desde el levantamiento de
restricciones decidido por Obama.
Díaz Balart añadió que le quedan 10 meses como congresista y aún mucho
trabajo. Espera que salga adelante la reforma migratoria y no dejó de
fustigar a los demócratas. Tras criticar a la presidenta del Congreso,
Nancy Pelosi, por bloquearla, se refirió a la "catastrófica deuda de
Estados Unidos, que va a acabar con la clase media". Pero no citó a
George W. Bush.
El exilio cubano se harta de Obama · ELPAÍS.com (13 February 2010)
http://www.elpais.com/articulo/internacional/exilio/cubano/harta/Obama/elpepuint/20100213elpepuint_3/Tes
No comments:
Post a Comment