José Manuel Caraballo Bravo, APLA
CIEGO DE ÁVILA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Por estos días de
intenso calor y tormentas tropicales, otra es la preocupación de las
autoridades en Ciego de Ávila: la proliferación de la llamada
indisciplina social, manifiesta entre las personas que intentan evadir
el pago de las multas impuestas por los inspectores integrales y agentes
del orden.
Según fuentes oficiales, en el territorio avileño existen 6 mil 840
multas pendientes de pago, de las cuales mil 338 fueron impuestas en
otras provincias. Especialistas en el tema coinciden en que en estos
casos la gestión de cobro se torna más difícil, debido a que algunas
personas permanecen en otras direcciones, fuera de Ciego de Ávila, y sin
vínculo laboral.
APLA recogió algunas opiniones de los llamados "malapaga", omitiendo sus
nombres, conocidos como "los de la resistencia", como se auto titulan
algunos.
Conductor de bicitaxi: "Trabajo este bicitaxi para mantener a mi mujer y
dos hijas pequeñas, estoy ilegal porque ellos no me dan la licencia,
aquí tengo seis multas de 150 pesos, y yo hago al día unos 50 porque
trabajo sólo la mañana, de ellos 25 pa' l dueño, y 25 pa' mi, o sea 1
dólar para una familia de 4 personas, yo no robo. ¿Cómo voy a pagar los
900 pesos?".
Ama de casa: "A mi abuela la multaron porque encontraron un foco de
mosquitos Aedes en un desagüe de la casa, yo soy la que mantengo la casa
cosiendo ropas pa' la calle, y nadie quiere que esos insectos se alojen
allí, para que te pongan 100 pesos. Por mi la multa puede duplicarse,
triplicarse, hasta ir a juicio por esos malditos mosquitos; pero no la
pago".
Jubilado: "Soy retirado, tengo 75 años y sobrevivo re vendiendo algunas
chucherías que compro en las tiendas por divisas cuando hacen rebajas.
Así nadie se hace rico, pa' que vengan a confiscarte lo poco que tienes
y ponerte una multa por venta ilícita en la calle. Ya yo estoy
"cumplío", que la pague otro".
Otros que se niegan a pagar las multas son infractores del tránsito y
trabajadores por cuenta propia que venden comidas ligeras. Estos últimos
fueron multados por falta de higiene en la elaboración de los alimentos,
y en su mayoría alegan que han olvidado el pago, otros aseguran que ha
sido equivocación de los imponentes, ya que algunos toman los datos
personales, como nombre y dirección, confiando en las palabras de
quienes no portan su carné de identidad.
Esta situación ha puesto en estado de alarma a las autoridades, quienes
ven, temerosos, cómo el control se les va de las manos. La gente se
niega a cumplir, rompiendo con aquella vieja sentencia de que "el que la
hace la paga".
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