LA HABANA, Cuba, 8 de septiembre, (Miriam Leiva y Oscar Espinosa Chepe ,
www.cubanet.org) -Días después del paso del Huracán Gustav por la Isla
de la Juventud, parte de Pinar del Río y La Habana la magnitud del
desastre se conoce con mayor detalle. La tragedia es colosal y con los
recursos que posee el gobierno de Cuba resulta imposible mitigar la
devastación y las carencias que sufre el pueblo.
A esto se une el azote del poderoso ciclón Ike, que por su rumbo
afectará extensas zonas del país. La solidaridad internacional es vital
para la población con extrema urgencia, en particular, la ayuda de la
comunidad cubana residente en el exterior.
Por ello, apoyamos la sensata y patriótica propuesta de las
organizaciones Movimiento Democracia, Fundación Cubano-Americana, Agenda
Cuba, y otras, dirigida al Presidente George Bush para que levante
temporalmente las restricciones al envió de remesas y paquetes, así como
los viajes a Cuba. Como se conoce siempre hemos considerado estas
medidas contraproducentes, pero no es el caso discutir ahora su total
levantamiento, sino por lo menos tener compasión ante cientos de miles
de cubanos que pierden todas sus pertenencias y viviendas.
También agradecemos el apoyo a esta propuesta por parte de políticos
norteamericanos, entre ellos Barack Obama, candidato a la presidencia de
Estados Unidos y los aspirantes a congresistas por el Estado de la
Florida Joe García y Raúl Martínez. En Cuba, la disidencia sin mediar
coordinaciones, en su inmensa mayoría, ha dejado a un lado sus
diferencias para solidarizarse con esta noble petición, por lo cual
quien se oponga a ella no puede sustentar la negativa aduciendo
criterios dentro de nuestro país.
Estados Unidos ha declarado su disposición de ayudar a los damnificados
a través de organizaciones no gubernamentales con licencia vigente del
departamento del tesoro, y ofreció asistencia al gobierno cubano
condicionándola al envío de un grupo de especialistas en desastres
naturales para medir el alcance de los daños y así poder determinar el
monto de la ayuda. Como en ocasiones anteriores, la respuesta ha sido
negativa, lo cual era de esperar. Consideramos que ambos gobiernos
deberían adoptar posiciones más realistas teniendo en cuenta que a la
catástrofe ya ocurrida, se unirán los devastadores efectos del nuevo
huracán Ike en la mayor parte de Cuba. Ninguna de las partes debería
politizar la asistencia humanitaria tan urgentemente requerida por el
pueblo cubano.
Por tanto, debería utilizarse con premura la vía propuesta por las
organizaciones de Miami, para que de persona a persona la ayuda sea
realmente efectiva y rápida.
Al mismo tiempo creemos que, como han sugerido compatriotas en el
exterior y activistas de derechos humanos en el archipiélago, el
gobierno de Cuba debería tomar medidas concretas para aliviar el
sufrimiento de los afectados, como podría ser eliminar el 20% del
gravamen actual sobre el cambio del dólar al peso cubano convertible
(CUC), y reducir apreciablemente el precio de los materiales de
construcción y otros productos como colchones, lencería, artículos de
higiene y alimentos esenciales en las tiendas de divisas.
El país vive momentos muy difíciles que podrían complicarse aún más por
los efectos de los fenómenos naturales que lesionan a todos los cubanos.
El hecho de que Estados Unidos se muestre generoso en modo alguno
significa olvidar la violación de los derechos humanos y la carencia de
democracia en Cuba. Por el contrario, es un sabio mensaje de amistad a
la población.
El Presidente Bush recientemente asistió a la inauguración de las
Olimpiadas de Beijing, aunque conoce que en China se violan los derechos
humanos. Como dijera a los críticos de su presencia, el hecho de que
asistiera a esa fiesta deportiva, no menoscaba su posición en defensa
de las libertades en ese país. Pensamos que esa conclusión sirve
igualmente para Cuba.
Oscar Espinosa Chepe Miriam Leiva
Economista y Periodista Independiente Periodista
Independiente
La Habana, 7 de septiembre de 2008
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