Durante el golpe de Estado en Venezuela, el gobierno de la Isla creyó
que el mandatario estaba al borde 'de la muerte o el suicidio', dijo el
entonces embajador de España en Cuba.
Redacción EER
lunes 4 de febrero de 2008 11:52:00
Fidel Castro pidió en abril de 2002 al entonces presidente conservador
del gobierno español José María Aznar que salvara la vida y acogiera en
España al mandatario venezolano Hugo Chávez, amenazado por un golpe de
Estado, publicó este domingo el diario El País.
La petición fue realizada el 12 de abril, poco antes de que Chávez
consiguiera recuperar su cargo, dijo el diario, que citó afirmaciones
hechas en el libro Memorias de un obispo, los primeros meses de 2002,
por el ex presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, Baltasar
Porras.
Porras afirma en su texto que solo un día antes de recuperar el poder,
Chávez era un hombre profundamente abatido, dispuesto al suicidio,
convencido de que el golpe cívico castrense contra su gobierno había
triunfado.
"¡No te inmoles!", habría dicho Castro desde La Habana a Chávez en la
madrugada del 12 de abril de 2002, según recoge en el libro Cien horas
con Fidel, el periodista Ignacio Ramonet. "¡No dimitas! ¡No renuncies!",
habría pedido el gobernante a su aliado venezolano.
"Nos enteramos que, vía la Embajada de España, hubo un pedimento del
propio Fidel Castro al jefe del Gobierno español, don José María Aznar,
para que se le recibiera en la Península, pues el mandatario cubano
manifestaba no querer recibirlo en la isla caribeña", escribió Porras en
su libro, según El País.
Chávez solicitó el acompañamiento personal del obispo antes de
entregarse a los generales que acabaron derrocándole tras una jornada de
cruentas confrontaciones civiles en Caracas.
Porras dijo que, tras la conversación Castro, el mandatario venezolano
le llamó para comunicarle su intención de renunciar y para pedirle
perdón por "todas las barbaridades" que había dicho del obispo.
"Lo llamo para preguntarle si está dispuesto a resguardar mi vida y la
de los que están conmigo en Miraflores (sede del Gobierno)", dijo
Chávez, según el relato de Porras. "He decidido abandonar el poder. Unos
están de acuerdo y otros no. Pero es mi decisión. No quiero que haya más
derramamiento de sangre, aunque aquí en el palacio estamos lo
suficientemente armados para defendernos de cualquier ataque. Pero no
quiero llegar a eso", añadió.
"Lo que yo quiero es salir del país, si se garantiza la vida de los que
están conmigo. Le pido a usted que me acompañe hasta la escalerilla del
avión o inclusive que me acompañe (al extranjero) si es el caso",
solicitó el mandatario a Porras.
Intensas gestiones en La Habana
Entre tanto, en La Habana, Fidel Castro realizaba gestiones ante España
y otros países, "para conseguir que (Chávez) pudiera salir de Venezuela
porque la situación era muy delicada".
"Temíamos que lo matasen o que todos (Chávez y los 200 o 300 leales que
se encontraban con él) se inmolaran en Miraflores", señalaron fuentes
oficiales cubanas citadas por El País.
El diario citó además al entonces embajador de Madrid en La Habana,
Jesús Gracia, quien confirmó que en la noche del 12 de abril de 2002 el
gobierno cubano convocó a un grupo de embajadores al Palacio de la
Revolución.
"Fuimos entre 15 ó 20", dijo Gracia. El ministro cubano de Relaciones
Exteriores, Felipe Pérez Roque, "nos dijo que el asunto era muy urgente,
que Fidel Castro estaba en palacio, pero al frente de una operación para
ayudar a Chávez, y que él hablaba en su nombre".
Pérez Roque subrayó la gravedad de la situación en Venezuela "y nos
comunicó que Chávez estaba al borde o de la muerte o el suicidio. No
sabían cómo podría reaccionar. Querían proteger su vida", relató Gracia.
El diplomático dijo que Pérez Roque preguntó por la disposición de los
embajadores para viajar a Venezuela con él y otros funcionarios con el
objetivo de sacar a Chávez. Lo harían en un avión de la fuerza aérea
cubana, ya preparado para el despegue. La misión del grupo internacional
sería salvaguardar vidas y compromisos.
"Llamé a Madrid (…) me dijeron que iban a pensar cómo podíamos ayudar",
dijo el ex embajador en La Habana y agregó que, paralelamente, el
director de Europa de la cancillería cubana se le acercó para pedir la
ayuda de España en la protección de la Embajada de Cuba en Caracas.
Las declaraciones de Gracia contradijeron lo afirmado por Porras en su
libro.
"El objetivo hasta ese momento era sacar a Chávez de Venezuela. A mí no
me pidieron llevarlo a España, eso seguro que no, pero sí ayudarlo a
salir del país", afirmó el diplomático.
Chávez se entregó el mismo día 12 de abril a los generales opositores.
Pero el 13, la División Blindada y el regimiento de paracaidistas de
Maracay, liderada por el general Isaís Baduel (ahora opositor al
gobernante), amenazaron con irrumpir a sangre y fuego por las calles de
Caracas si el mandatario no era restituido.
Esas unidades determinaron el fracaso de la asonada cívico-castrense.
Chávez retomó la presidencia el día 14, poco después de que el
presidente de facto, el empresario Pedro Carmona, hubiera perdido el
apoyo de los militares antichavistas y de buena parte de la oposición,
al haber anulado por decreto las instituciones democráticas.
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