Sobre espías y terroristas
Pedro Corzo
mayo 01, 2013
Hace unos días la prestigiosa periodista Bernadette Pardo preguntaba qué
podía motivar a una persona educada en Estados Unidos a realizar
acciones terroristas contra este país, un cuestionamiento muy válido
qué también se puede aplicar a individuos que formado en esta sociedad
espían en contra de ella y a favor de un gobierno que reprime y violenta
los derechos de todos sus ciudadanos.
Bien se ha dicho que cada ser humano es un mundo, pero lamentablemente
el universo particular de un antisocial como los hermanos Tsarnaev o
el del mayor Nidal Malik Hassan, quien asesinó a 13 personas en Fort
Hood, Texas, en el 2009, como los de los espías Ana Belén Montes, Marta
Rita Velázquez y René González por solo citar unos pocos ejemplos,
hacen suponer que enfrentaron procesos mentales que les condujeron a
buscar la destrucción de la sociedad que les acogió.
El caso de los hermanos Tsarnaev, no son los únicos terroristas con
formación estadounidense que han actuado en contra de su país, es muy
particular, porque integraban una familia que recibió ayuda desde que
arribaron a Estados Unidos, inclusive Dzhojar estudiaba en la
Universidad de Massachuset.
Los hermanos Tsarnaev no responden al estereotipo del refugiado que vive
en la miseria y la opresión y que recurre al terrorismo para denunciar
la vida miserable de sus pares o los abusos padecidos por la violencia
de tropas extranjeras en territorios ocupados, ellos no contaban con
esos factores para intentar justificar la violencia que practicaron
contra un país que les acogió generosamente.
Por supuestos que entre los terroristas hay que distinguir aquellos que
están dispuestos a morir en la encomienda. Por ejemplo, Dzhojar
Tsarnaev, se escondió como una rata después de los abominables
asesinatos en los que participó, pero el referido mayor Hassan cometió
sus crímenes en una base militar, algo que hacia improbable que
sobreviviera,
La pregunta de Pardo en el caso de los terroristas islámicos quizás
tenga respuestas en la conversión de los individuos al extremismo
religioso que en personas resentidas puede ser el catalizador que les
mute de sujetos gentiles, vecinos afables y amigos cariñosos, en
asesinos despiadados insensibles ante el dolor que causan.
Las motivaciones del terrorista difieren de las del espías. El
terrorista, en particular el suicida, es un iluminado, un enajenado que
solo tiene como meta cumplir la misión que le asignan o se autoimpone,
por lo regular relacionada con resentimientos ancestrales que pueden
transitar por odios étnicos, religiosos y culturales.
Los espías anteriormente mencionados no padecen la enajenación de los
terroristas. No son desajustados sociales, ni individuos con problemas
de integración a la cultura o sociedad estadounidense, son persona que
por dinero u otras motivaciones traicionan la nación a la que pertenecen
por nacimiento o elección.
Ana Belén Montes y Marta Rita Velázquez disfrutaron los derechos y
libertades que no tienen los ciudadanos de Cuba, país para el que
espiaron, y como colofón gustaron de privilegios y oportunidades que no
gozan la mayoría de los ciudadanos en este u otro país. Educación
universitaria, trabajos con altos salarios y beneficios importantes.
Belén Montes y Velázquez traicionaron el país que les dio todas las
oportunidades en beneficio de una dictadura, condición que conocía mucho
mejor que ellas René González, que aunque nació en Estados Unidos,
creció y se educó en Cuba, lo que le permitió apreciar la realidad de la
isla, que no es precisamente a la que tuvieron acceso la espía convicta
y la fugitiva, cuando visitaron el régimen del país al cual informaban
La afirmación del gobierno cubano de que solo espiaba a los exiliados
queda una vez más desmentida con el caso Velázquez, acusada de conspirar
con otros para trasmitir al gobierno de Cuba y a sus agentes, documentos
e información relacionada con la defensa nacional de Estados Unidos.
Pero independiente a que la dictadura viola los derechos de sus
ciudadanos y sea una amenaza por su naturaleza agresiva a la democracia
en cualquier país, queda la pregunta de por qué personas que han
conocido la libertad conspiran a favor de los esclavistas.
Que procesos ocurren en las mentes de personas como Belén Montes, Rita
Velázquez, Walter y Gwendolyn Myer y René González, solo por mencionar
unos pocos, que conocieron la libertad y defienden la sumisión. Dinero,
adicción al peligro, ideología, miedo por cualquier motivo.
Es más fácil comprender el fanatismo asesino de un terrorista y al
mercenario que vende sus servicios, que la estupidez de quien defiende
una dictadura de 54 años en la que miles de personas han sido fusiladas,
cientos de miles han pasado por las cárceles y cerca de dos millones se
encuentran exiliada. Una economía en ruina, un pueblo que vive en la
miseria y en plena decadencia de sus valores más trascendentes.
Pedro Corzo
pcorzo@ocb.ibb.gov
Pedro Corzo, Santa Clara, 1943. Trabaja en Radio Martí desde 1998.
Conferencista y escritor. Residió en Venezuela durante doce años y
colaboró allí en varios medios de información.
Es presentador del programa Opiniones de WLRN, Canal 17 y columnista de
El Nuevo Herald. Ha producido varios documentales históricos entre ellos
Zapata, Boitel y Los Sin Derechos.
Entre sus libros se cuentan Cuba, Cronología, Perfiles del Poder, La
Porfía de la Razón, Guevara Anatomía de un Mito, Cuba, Desplazados y
Pueblos Cautivos y El Espionaje Cubano en Estados Unidos.
http://www.martinoticias.com/content/article/22110.html
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