Proteger la fuente
Miércoles, 01 de Mayo de 2013 00:23
Escrito por Manuel Aguirre Lavarrere (Mackandal)
Cuba actualidad, Guanajay, Artemisa, (PD) Han sido frecuentes los
debates que en los últimos años y relacionados con el racismo han tenido
lugar en el ámbito cubano, sin que los medios de prensa ni ningún otro
medio de comunicación social se hayan sensibilizado con el tema para
romper el silencio y dar mayor apertura a la ciudadanía que es al fin la
que decide y genera ideas positivas.
Todos, al menos por la parte oficialista han sido llevados con mucho
tino y casi siempre a puertas cerradas o en pequeños recintos donde han
tenido acceso sólo aquellos que para el régimen le son confiables, y de
vez en cuando algún que otro colado interesado en los debates, pero sin
voz ni voto si no obedece a la parte que el estado desea oír, o sea, la
sumisión y el elogio desmedidos a la revolución y a los hermanos
Castros, y al patria o muerte venceremos. Realmente, no han vencido en nada.
El racismo es uno de los temas que debe ser de primer orden en la
política cubana.
El acotamiento en un tema tan sensible como el racismo y sus diversas
variables de discriminación ha traído en todos los tiempos grandes
conflictos interétnicos entre grupos sociales que conviven y
generalmente comparten un mismo espacio, toda vez que el grupo
discriminado se siente rechazado constantemente por el dominador, ya sea
desde el ámbito social o el cultural.
En este aspecto y sobre Cuba, son los medios de información
internacionales los que más se han interesado por la problemática racial
debido a que el régimen de la Habana obstaculiza y manipula la
información a favor de una ideología no carente de malas intensiones, y
que ha demostrado su ineficacia respecto a la socialización ciudadana,
al tratarse de un fenómeno ideológico cuyo transmisor es el estado.
Aunque la nación cubana manifiesta una constitución multicultural y
pluriètnica, está frenada en la libre expresión. Debido a eso, el
desapego estatal hace abortar las políticas que pudieran romper la
permanencia de esta ideología tanto en la vida pública como al interior
de las instituciones estatales.
Rara contradicción ha sido en Cuba y a través de todos los tiempos la
relación sociedad, negro y revolución. De forma persistente los negros
han tenido que protestar para hacerse visibles en el reclamo de sus
derechos.
Entonces, ¿qué nos ha dado el castrismo? ¿El derecho a sentarnos en una
guagua? No, eso lo ganaron los negros y mestizos. No nos han dado en su
justa medida nada que no haya sido conquistado por nosotros.
Es importante que al abordar estos fenómenos, los blogueros, los
periodistas independientes y los medios internacionales, sean cuidadosos
con la información o entrevista que decida dar un funcionario. Ellos
tienen más posibilidades que cualquier otro segmento de la población de
transitar las vías que conduzcan al cambio. No debemos quemarlos de
gratis buscando el sensacionalismo en la noticia.
Aquellos articulistas, blogueros y periodistas que desde las filas
oficiales se apresuran a emitir un criterio siguiendo el dedo acusador
del César, sin detenerse a pensar con sus propias razones, muchas veces
aprovechan la caída de quien hasta ese momento era su compinche, pero
que ahora le sirve como escalón en eso que también forma parte de lo más
rancio de la seudocultura cubana: el quítate tú para ponerme yo.
Sabido es que para planteamientos del carácter de los hechos en este
libro no hay espacio en ningún periódico ni revista porque todos
consideran "imprudente" pasar más allá del integracionísmo, pero ninguna
idea renovadora ha recibido el visto bueno de su tiempo ni el apoyo de
quienes no han asumido sus ideas; esas ideas hay que impulsarlas a
pulmón limpio y contra vientos y mareas.
Sixto Gastón Agüero, (Racismo y mestizaje en Cuba, 1959)
Para Cuba actualidad: makandalmm@yahoo.com
http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/117-politica/7287-proteger-la-fuente-.html
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