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Saturday, April 06, 2013

Los lobitos, los lobatos y las cosas del Orinoco

Los lobitos, los lobatos y las cosas del Orinoco
Jueves, 04 de Abril de 2013 11:45
Juan Gonzalez Febles

Cuba actualidad, Lawton, La Habana, (PD) Pasan cosas tan difíciles de
comprender, que por acá nadie las entiende. Pocos días atrás, conversaba
en los prolegómenos de hacer un programa para Radio Martí, con el
fraterno colega de esa emisora, Amado Gil. Creo que por primera vez en
largos años, el sujeto de la conversación no era el régimen militar
cubano No recuerdo haber criticado o haber acentuado la crítica contra
este régimen. Si lo hice, fue circunstancial y de pasada; pues bien: mi
teléfono móvil fue cortado. De hecho, interrumpido hasta el día
siguiente y el programa, no se hizo.

Lo que recuerdo como tema central de la conversación, fue Primavera
Digital y el periódico digital Primavera en Cuba que hacemos hace años
en pdf, a pesar de que sinvergüenzas de todos los países -unidos como
pidiera Carlos Marx- nos han pedido que no los hagamos. ¡Vaya usted a
saber por qué! En fin, cosas del Orinoco que tú no entiendes ni yo tampoco.

Nuestra selva doméstica anda revuelta. Oleadas sucesivas de manadas de
lobitos o de lobatos, azuzados por el lobo biraní o por el lobby que le
sirve de opuesto complementario, andan en alocado desenfreno. Parece ser
que el lobo y el lobby se sienten afectados en algún interés común
compartido. ¿Cuál será? Bueno, esto lo dejaré en manos de la sagacidad
del lector, siempre cómplice para bien.

Como dicen amigos muy cercanos y muy del corazón, no vale la pena
enfrascarse en ejercicios semánticos acerca de lo que dice o dejó de
decir Yoani Sánchez. A estas alturas del partido, ni María Elvira ni las
más sagaces plumas de El Nuevo Herald, en fin, nadie se confunde y los
que lo hacen, es simplemente por estupidez propia o porque alguien les
ha pagado –bien- para que lo hagan.

De vuelta con las cosas que nadie entiende, hoy se trata de que ex
oficiales de la Dirección General de Contra Inteligencia (DGCI) o de la
Dirección General de Inteligencia (DGI), luego de pasar o decir que
pasaron por una cárcel y "salir" –por la ventana o por el techo- de
ambos cuerpos represivos, se unan valiente y alegremente a la oposición
o a la prensa independiente.

Un amigo que se fue (quien quiera localizarlo contacte al Congreso de
Espiritistas) y que conocía de primera mano la esencia de esa sentina
que es el Ministerio del Interior y específicamente, sus servicios
especiales de inteligencia-contra inteligencia, en memorable ocasión me
dijo que en esa "familia" (Minint), la lealtad a ultranza al "padrino" y
al régimen, constituyen la única ley válida interna y externa.

Quien traiciona un juramento hecho para servir a la revolución
socialista o el juramento de lealtad al Comandante en jefe, muere.
Entonces, quien ha salido o dice haber salido de una cárcel en la que
entró en condición de oficial de uno de esos cuerpos -Dirección General
de Inteligencia (DGI) o Dirección General de Contrainteligencia (DGCI)-
deberá colaborar hasta la muerte como parte de su proceso de inserción y
rehabilitación social y si no, pues sufrirá una "repentina enfermedad",
un accidente (muy posible donde los árboles caminan) de tránsito, o
puede morir a manos de asaltantes desconocidos, delincuentes o cualquier
otro "elemento antisocial". El caso es que no vivirá para "disfrutar los
frutos de su traición".

¿De qué tamaño puede ser la idiotez de quien es capaz de creer que la
esencia cruel del sistema cambió y que es posible para un ex seguroso
dentro de Cuba cambiar de bando? ¿O será que nadie es idiota y en el
fondo andan en el mismo bando? Por pensar bien, es mejor apostar por la
idiotez. A fin de cuentas, cualquiera conoce de cerca o de lejos, de
primera o segunda mano, en moneda nacional o en divisas, a un idiota a
quien apreciar y proteger de su idiotez.

Pero como lo que se impone es sumar, entonces se hace necesario
afirmarse en la correspondencia exacta de las cosas, desde la
imparcialidad absoluta de un equilibrio inestable pero necesario. No se
trata de exigir inmolaciones de forma directa o tácita, solo ponderar y
dejar con mucha sabiduría que el mañana traiga su afán. Démosles la más
amorosa bienvenida, pero dejémosles exponer su oferta.

Lo importante no es Yoani Sánchez o sus premios, lo importante es de
dónde salieron estos y quien los promovió. Cualquier profesional o
cualquier ama de casa que en un plazo inferior a un año se vea
ensalzada, premiada y convertida en pensadora global, globalizará sus
aspiraciones. Esta es la forma humana de asumir el problema y no se
trata bajo ningún concepto de consagrar el fraude.

El lobby y sus lobitos, al igual que el lobo y sus lobatos, se
encuentran revueltos. Pero no todo es desfavorable. Veamos en un futuro
quienes consiguen pescar en aguas tan revueltas. Solo esperar atentos al
mañana que traerá su afán. Por lo pronto, aunque he sido advertido que
puedo morir "accidentalmente" como Laura Pollán u Oswaldo Payá,
considero que como dijera Shakespeare, "todos debemos a Dios una muerte,
entonces, quien muera hoy no tendrá que hacerlo mañana...". Esta es sin
dudas una buena versión, pero prefiero la Canción del pirata del español
Espronceda: "Y la vida, ¿qué es la vida? Por perdida ya la di cuando el
yugo del esclavo como un bravo sacudí". ¡Qué baile el gordo o que cosa
la costurera!

Para Cuba actualidad: j.gonzalez.febles@gmail.com

http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/7007-los-lobitos-los-lobatos-y-las-cosas-del-orinoco.html

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