Hablar conmigo cuesta 50 dólares
Miércoles, 24 de Abril de 2013 03:57
Escrito por Ramón Díaz Marzo
Cuba actualidad, Habana Vieja, La Habana, (PD) No hay otro modo de 
adquirir experiencia e información que vivir en carne propia el descaro 
de algunas personas que te rodean.
Como muchos saben, yo alojé en una de mis dos habitaciones a un 
importante novelista cubano, Reinaldo Arenas Fuentes, durante más de 
cuatro años.
A raíz de suicidarse en New York en 1991 y de que se publicara su 
autobiografía, "Antes que anochezca", comenzaron a tocar a mi puerta de 
cuando en cuando diferentes personas: estudiantes, escritores, 
profesores, policías disfrazados, actores, directores de cine, y turistas.
Si hubiera tenido la experiencia que tengo ahora, a los 61 años, le 
hubiera sacado lascas a esas visitas, y hubiera podido comprarme algunos 
artículos indispensables, como una nevera o un televisor a color.
De todos los que han tocado a mi puerta para ver el lugar donde vivió 
Reinaldo, la única persona que se comportó como un hombre con honor y 
decencia fue Denís, de Europa oriental; el resto se han comportado como 
miserables y descarados. Me estoy refiriendo a los extranjeros, no a los 
cubanos que están tan mal como yo.
Les cuento que uno de los primeros seres que tocó a la puerta de mi casa 
fue un batracio, de la República de Batracia, al que recibí con todos 
los honores. Le hablé hasta por los codos de Reinaldo, y al final sacó 
un jabón, un solitario jabón, como ofrenda. Claro está que lo rechacé. Y 
como no me gusta ofender a los pobres seres humanos que me rodean no le 
dije que guardara su jabón para que lavara su trasero.
Después han venido otras visitas cuyos nombres y nacionalidades no 
mencionaré para no parecer descortés, pues la culpa en esos casos fue 
enteramente mía al no saber hacer respetar mi digna humanidad y pecar de 
ingenuo.
Pero el motivo de esta declaración de principios me lo ha dado un viejo 
amigo cubano que es como un hermano para mí y trabaja en la Plaza de 
Armas vendiendo libros viejos.
Este amigo me dijo que unos extranjeros andaban buscando libros y 
suvenires o reliquias de Reinaldo Arenas. Y me preguntaba si podía 
llevarlos a mi casa. Entonces, sin pensarlo, le dije que en mi casa no 
había ni libros ni suvenires de Reinaldo. Que aquí, en el Montserrat 
Hotel lo único que encontrarían sería a mí, y que por hablar conmigo un 
par de horas tendrían que abonar por adelantado 50 dólares, o 50 euros, 
o 50 CUC. Y en caso de tirar fotos a mi casa, filmar, o entrevistarme, 
la tarifa aumentaba y los precios quedarían fijados a discreción mía.
Días después, mi amigo, que estuvo todo el tiempo en condiciones de 
seguir mis instrucciones, me envió un sms donde me decía que los 
extranjeros no lo habían contactado.
Estos extranjeros se hacen pasar, cuando llegan a Cuba, por personas tan 
pobres, que están en peores condiciones que los cubanos, a pesar de que 
para venir a Cuba se han gastado el pasaje de un avión y se hospedan en 
un hotel cinco estrellas. E infamemente quieren conocer la vida privada 
de una gloria de la literatura nacional sin pagar el precio de la 
información. Y después, si uno exige un pago justo, piensan que uno es 
un hijo de puta. Y yo pregunto: ¿quiénes son realmente los hijos de puta 
que vienen a deleitarse con las miserias históricas y presentes de los 
aplastados cubanos que llevan más de medio siglo bajo las botas de los 
hermanos Castro?
Así pues, que este artículo sirva a extranjeros y cubanos para 
establecer y respetar las reglas del juego. Basta ya de que los cubanos 
prestemos nuestros servicios desinteresadamente porque el gobierno de 
Cuba diga que somos internacionalistas. Porque los extranjeros que viven 
en países capitalistas donde hay que pagarlo todo vienen a Cuba, una 
pobre islita, a recoger mangos sin tener que subirse a los árboles, como 
en su momento tuvo que hacerlo Reinaldo Arenas, cuando pasaba el día en 
las copas más altas de los árboles del Parque Lenin, escondido de la 
policía, hasta que oscureciera y los hermanos Abreu le trajeran un plato 
de comida, ocultos en las sombras de la noche.
Para Cuba actualidad: ramon597@correodecuba.cu
http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/7209-hablar-conmigo-cuesta-50-dolares-.html
 
 
No comments:
Post a Comment