11-10-2011.
Aimée Cabrera
Corresponsal de Misceláneas de Cuba
(www.miscelaneasdecuba.net).- La nueva modalidad laboral en Cuba se
conoce como trabajo por cuenta propia, mas estos trabajadores
particulares tienen que trabajar, la mayor parte del tiempo bajo una
tensión sofocante acrecentada por policías e inspectores de la Oficina
Nacional de Administración Tributaria (ONAT); por eso hay quienes se han
decidido por ser luchadores por cuenta propia, son los también conocidos
como pedigüeños.
Hay una visible tendencia de los habitantes de la parte histórica
remozada en el municipio capitalino de Habana Vieja, o en áreas
circundantes, a aproximarse a los turistas extranjeros, o a quienes
ellos piensen que lo son, pidiendo dinero, sugiriendo artículos de
dudosa procedencia o exigiendo dinero, en caso de ser captados por el
lente de las miles de cámaras que flashean sin cesar.
Esta población flotante conocida como "los pedigüeños" pudiera
capacitarse, y así explicar, con frases sencillas, tanto en español como
en diferentes idiomas, tantas exhibiciones y otras atracciones que
pudieran auxiliar a los que desandan calles, plazas e instituciones sin
la compañía de los tradicionales guías.
El panorama, por tanto, tiende a ser deprimente. Es asombroso ver a
tantas personas en una misma zona que no pasean ni andan de compras.
Ellos están a la caza de una limosna, y de insertarse en los grupos de
turistas.
Por cansancio, una turista le da a una pedigüeña una pieza de ropa que
lleva al hombro; más adelante y en breves minutos, la mujer proponía el
artículo regalado "imagínese tengo que darle de comer"- aseveró a una
señora que la cuestionaba, al tiempo que estrechaba en sus brazos a un
bebé mal vestido que lloraba sin cesar.
"Qué pena, esos pedigüeños dan una imagen errónea del resto de los que
trabajábamos o vivimos en esta zona. Yo los pusiera a trabajar a todos,
pero a doblar el lomo de verdad"-comenta un trabajador que espera uno de
los ómnibus urbanos que paran en la Avenida del Puerto, junto a otras
personas que asienten, ante el asedio de un chico a una turista, y la
negativa de ésta a semejante compañía.
La Oficina del Historiador ha propuesto e impartido diversos cursos y ha
dado la posibilidad de ofertar ciertos empleos a ciudadanos que casi
siempre residen en este municipio, "pero la vida está muy cara, y hay
que "luchar" el dinero, una ropa, unas gafas, lo que aparezca"- expresa
una joven vestida a la usanza de las mulatas de rumbo del Siglo XIX;
ella se queja por no haber sido retratada, acción por la cual pide 1 CUC
al turista que la fotografíe.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=33890
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