Sara Marta Fonseca: 'El fin de nuestras protestas es que un día el
pueblo se nos una'
DDC
La Habana 24-08-2011 - 9:58 pm.
La activista fue arrestada el martes junto a otras tres mujeres. El
grupo realizó una protesta en el Capitolio que atrajo la atención y el
apoyo de decenas de transeúntes y turistas.
"Nuestro objetivo es que un día el pueblo se nos una", dijo a DIARIO DE
CUBA este miércoles Sara Marta Fonseca, una de cuatro activistas
detenidas ayer cuando realizaban una protesta en la escalinata del
Capitolio de La Habana que atrajo la atención y el apoyo de decenas de
transeúntes y turistas, según pudo verse en las imágenes de un video
difundido por la agencia independiente Hablemos Press.
Fonseca, Tania Maldonado Santos, Mercedes Evelyn García Álvarez y Odalys
Caridad Sanabria Rodríguez, integrantes del Partido Pro Derechos Humanos
(afiliado a la Fundación Andrei Sajarov) y del Movimiento Feminista por
los Derechos Civiles Rosa Parks, realizaron su protesta para "exigir el
cese de la represión contra las Damas de Blanco, contra la oposición y
en general contra el pueblo de Cuba". Las mujeres consiguieron
mantenerse en la escalinata y gritar consignas antigubernamentales
durante cerca de 40 minutos.
"Elegimos el Capitolio porque es un lugar muy céntrico, donde hay mucha
gente de pueblo, también muchos extranjeros y queríamos llamar la
atención al pueblo de Cuba", dijo Fonseca mientras caminaba hacia su
casa en Río Verde, Boyeros, minutos después de ser liberada.
"Estoy muy feliz porque, a pesar de que fuimos golpeadas, arrastradas,
pudimos ver que el pueblo estaba dispuesto a unirse a nosotras", resaltó.
"En los primeros minutos de la protesta subió un oficial de la
Seguridad, que no se identificó, e intentó sofocar la protesta, pero no
pudo hacerlo gracias a la gente que se encontraba allí y que comenzó a
gritarle 'abusador, déjalas, que ellas son pacíficas y están diciendo la
verdad'", relató.
"Yo sentí que, por cuestión de segundos, no ocurrió la explosión social
que tanto anhelamos", dijo Fonseca. "Nosotros vamos a continuar tomando
las calles porque esa es nuestra esperanza, que en un segundo ese cuerpo
represivo que defiende a ese mal Gobierno no pueda controlar las
emociones del pueblo y ocurra un estallido social que dé al traste con
tantos años de dictadura".
Fonseca ha participado en varias protestas similares. Una de las más
sonadas ocurrió el año pasado en la Escalinata de la Universidad de La
Habana. En otras ocasiones ha salido a las calles junto a disidentes con
carteles y voceando consignas. Tanto ella como su familia han sido
blanco de la represión incluso en su casa.
En abril pasado, personas convocadas por el régimen propinaron una
paliza a Fonseca, su esposo y su hijo y causaron destrozos en su vivienda.
A juicio de la activista, la respuesta de quienes fueron testigos de la
protesta en el Capitolio "fue mayor" que la de ocasiones anteriores. "La
gente aplaudía y alzaban los brazos", dijo.
"Continuaremos haciéndolo porque esa es nuestra esperanza. Nuestro
objetivo es llevar el mensaje de libertad al pueblo y esperar que ese
pueblo se nos una", declaró a DIARIO DE CUBA.
"Realmente nosotras no tenemos la fuerza y el poder para derrocar la
dictadura, la fuerza y el poder se encuentra en la unidad del pueblo. En
eso ponemos toda nuestra fe, en que ese pueblo al fin cruce la barrera
del miedo y se una a la oposición para reclamar libertad", agregó.
"No respondemos a los intereses de nadie"
Fonseca dijo que tras la detención, en la que participaron varios
policías, fueron conducidas en diferentes carros patrulla a la unidad de
Zulueta y Dragones, en La Habana.
Allí una oficial intentó que las activistas se desnudaran e hicieran
cuclillas, indicó.
"Les dije que únicamente desmayada, que si ella tenía valor que me
desmayara pero que yo no le iba a hacer cuclillas a nadie, que yo no era
ninguna narcotraficante ni ninguna delincuente, sino una defensora de
los derechos humanos", relató Fonseca. Las demás también se negaron, dijo.
Las disidentes fueron interrogadas luego por oficiales de la Seguridad
del Estado.
"Me dijeron que si yo pensaba que con eso iba a tumbar el Gobierno
estaba equivocada. Les respondí que lo que para ellos es un Gobierno yo
lo veo como un régimen dictatorial que sí puede caer con una protesta",
afirmó Fonseca.
De acuerdo con su versión, los oficiales le dijeron que siguiera
viviendo su "sueño", que eso "nunca sería posible". También que ella
"sabía bien" a lo que se estaba "exponiendo", en referencia a supuestas
represalias del pueblo.
"Ellos siempre intentan limpiarse y decir que los que nos agreden no son
ellos, que son la gente del Partido Comunista y del pueblo", dijo Fonseca.
La opositora fue trasladada luego a unidad de la policía de El Capri, en
el municipio habanero Arroyo Naranjo. Allí se negó a ingerir alimentos
para exigir su liberación.
Este miércoles por la mañana la sacaron de la celda para hacerle un
examen médico, dijo.
"Grité que me negaba a recibir asistencia médica, que a mí no me curaba
quien me había reprimido", afirmó Fonseca. "El médico me dijo 'mira, yo
no tengo nada que ver con política, yo solamente quiero hacer mi trabajo
que es salvar vidas y necesito que me firmes que te negaste a recibir
asistencia porque, si te pasa algo, no quiero cargar con la
responsabilidad'".
"Se lo firmé porque vi en él más miedo que otra cosa. Pero aclaré en voz
alta, para que todo el mundo escuchara, que los responsables de lo que
pudiera sucederme eran los órganos represivos de la Seguridad del Estado
y la dirección del régimen", dijo la activista.
La disidente afirmó que durante su interrogatorio los oficiales la
acusaron de "responder a intereses de otros países".
"Eso no es cierto, muy claro se los hemos dejado muchas veces. Nosotros
no respondemos a los intereses de nadie, lo que buscamos en la libertad
de nuestro pueblo. No queremos ver nuestra bandera unida a ninguna otra
bandera del mundo. Queremos que Cuba sea libre y democrática, pero
también soberana, que no venga ningún gobierno del mundo a intervenir en
nuestra patria", dijo Fonseca.
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