Thursday, August 25, 2011 | Por Juan Carlos Linares Balmaseda
LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) – La esperanza –reza el
refranero- es un buen desayuno pero una mala cena". Lo saben por
experiencia moradores, bañistas y hasta funcionarios del Poder Popular
en el municipio Habana del Este, quienes han perdido toda esperanza de
ver transitar automóviles sobre el puente de Mi Cayito.
El puente, de 50 metros de largo, construido para unir las playas Santa
María del Mar con Boca Ciega y Guanabo, está siendo devorado por la
erosión natural. La pudrición de la madera y la oxidación del hierro son
destructores voraces. Pero también la indiferencia administrativa y de
los científicos del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente.
No hay indicios de restauración del puente. Los del ministerio
argumentan sus puntos de vistas, supuestamente en defensa del medio
ambiente.
Décadas atrás resultaba placentero recorrer la calle 1ª, en autos y
ómnibus. El pintoresco lugar recreaba la vista, y contemplar el paisaje
en cualquier época proporcionaba un momento de goce mental. A un lado
del puente, la laguna de cristalinas aguas, bordeada de mangles; del
otro, entre la fina arena, desembocaba al mar un arroyo color verde azul.
Hoy, la duna de arena que casi lo cubre mide tres metros de altura, y
arrasó con la calle primera. Malamente los transeúntes se abren paso a
través de un trillo.
La fecha de construcción del puente es una incógnita para la mayoría de
los vecinos, y la pregunta conduce a respuestas imprecisas, igual se le
haga a empleados del gobierno local, de las múltiples instituciones
económicas que pululan por allí, del museo o de la cultura.
Al parecer, el Puente de Madera, como se le conoce, no aparece en la
memoria histórica patrimonial ni en la de los pobladores. Los más
aventurados ubican su construcción a comienzos de la década del sesenta
del siglo pasado. Se pensó en restaurarlo para uso exclusivo de
ambulancias y casos de urgencias, aseguró una delegada de barrio, aunque
el inconveniente es siempre la falta de dinero. Otro plan sugiere
remplazarlo por un puente más alejado del mar.
La realidad es que en la actualidad cruzar en automóvil de una zona a la
otra obliga a desviarse varios kilómetros para tomar la Vía Blanca.
Ojala la brisa de cambio de mentalidad que sopla, haga factible la
inversión, nacional o extranjera, para que el Puente de Madera vuelva a
ser lo que fue.
http://www.cubanet.org/articulos/el-viejo-puente-de-santa-maria/
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