Los barrios elegantes de la ciudad, recuperados y reutilizados por el 
gobierno, luego de que las familias ricas y de clase media abandonaran 
la isla, y que mostraron un rostro poblacional muy heterogéneo, volverán 
a exhibir su antaño elitismo.
martinoticias.com 09 de agosto de 2011
"Todo es cuestión de dinero", ha declarado en la Habana el arquitecto y 
diseñador urbano Mario Coyula. "Hay una Habana con teléfonos celulares y 
coches coreanos, y hay otra de gente que camina y toma el autobús cuando 
se puede."
Las diferencias de clases y raciales retornarán a La Habana con las 
nuevas leyes sobre vivienda que entrarán en vigor, ha asegurado este 
martes un reporte del diario globalpost.
Apunta el periodista Nick Miroff que los barrios elegantes de la ciudad, 
recuperados y reutilizados por el gobierno, luego de que las familias 
ricas y de clase media abandonaran la isla, y que mostraron un rostro 
poblacional muy heterogéneo, volverán a exhibir su antaño elitismo.
El reportero señala que las casas de la ciudad, que oscilan entre los 5 
000 dólares por un pequeño apartamento hasta 120 000 por una casa grande 
en un reparto residencial, se han convertido de repente en un activo de 
dinero constante y sonante luego de cinco décadas sin que estos valores 
se tuvieran en cuenta.
Esta apertura –señala Miroff- hace posible que se acelere una tendencia 
ya en marcha en la ciudad, de reordenar los barrios de La Habana de 
acuerdo a las diferencias económicas e incluso raciales, con las fuerzas 
del mercado.
"Todo es cuestión de dinero", ha declarado en la Habana el arquitecto y 
diseñador urbano Mario Coyula. "Hay una Habana con teléfonos celulares y 
coches coreanos, y hay otra de gente que camina y toma el autobús cuando 
se puede."
Los cubanos que ganan dinero en moneda fuerte o reciben remesas 
familiares en el extranjero buscarán viviendas más confortables en 
barrios más exclusivos de La Habana, como el Vedado y Miramar, dijo 
Coyula, mientras, los menos afortunados se irán a zonas más económicas.
Las familias que son pobres en dinero en efectivo pero ricos en 
propiedad -gracias a la redistribución de la vivienda realizada a 
principios del gobierno de Castro- se verán tentados a vender y mudarse 
a zonas periféricas y más baratas de la ciudad.
Dado que la mayoría de los cubanos que han abandonado el país en los 
últimos años son de color blanco –añadió Coyula al globalpost- las 
remesas van mayoritariamente a los cubanos blancos, y ello aumenta las 
posibilidades de que las desigualdades existentes en la ciudad sean cada 
vez más visibles.
 
 
No comments:
Post a Comment