Tuesday, August 23, 2011 | Por Odelín Alfonso Torna
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -¿En qué tienda van a sacar
tallas pequeñas de uniforme escolar? Es pregunta obligada cuando ya está
a punto de comenzar el curso 2011-2012.
Desde mediados de julio comenzaron a vender mediante la libreta de
racionamiento, la tarjeta de identificación del menor y un bono
entregado por la escuela, los uniformes de primaria, secundaria básica,
preuniversitario y tecnológico.
A diario circulaban rumores de que iban a surtir algún comercio
determinado con tallas pequeñas. A riesgo de no resolver nada, los
padres se lanzaban a la caza.
El 8 de agosto, en las afuera de la tienda La Cigüeña, en el reparto
Mantilla, a unos 15 kilómetros del centro de La Habana, se concentraron
decenas de personas. Se rumoraba que iban abastecer la tienda con todas
las tallas.
Aquello fue una falsa alarma. Dos vecinas de la localidad, Magali y
Tamara, se encontraron con que no había blusas ni camisas de uniforme de
secundaria. Pero lo peor no fue eso, justo en frente de dicho comercio,
dos ciudadanas proponían en voz baja cualquier talla o pieza de
uniforme, en bolsa negra.
El día 10 de agosto, a 8 kilómetros de La Cigüeña, en la barriada de
Managua, una oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionaria encontró
finalmente la talla de uniforme que buscaba para su hijo. Cuando le tocó
comprar, la tendera le dijo que sin la libreta de racionamiento no se lo
podía vender. Enseguida la oficial se exasperó: " ¿Cómo es posible; y
que tiene que ver la libreta de la comida para esto?".
La Unión de Empresas de Comercio y Gastronomía de la capital se encarga
de vender los uniformes escolares cada año. Es recurrente la ausencia de
tallas pequeñas, también el agotamiento – por acaparamiento u otros
factores en el control y la distribución- de una pieza de uniforme
determinada; de pronto se pueden acabar las faldas, los shorts, los
pantalones, las camisas o las blusas.
Ante este fenómeno la prensa oficial recurre a las mismas fuentes para
investigar las causas del problema: los gerentes de las tiendas o los
funcionarios del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN). Según los
funcionarios, las dificultades van más allá de la distribución y
selección de tallas por parte del MINCIN. La falta de las tallas
necesarias en los uniformes, catalogados por el Estado como un
"subsidio" a pesar de que los padres deben pagar por ellos, se debe a
irregularidades en los censos –medidas de la curvatura de tallas- que se
realizan en centros educacionales a nivel municipal.
Ante esta y otras dificultades, desde el año pasado se eliminó la
prohibición de comprar el uniforme escolar fuera del municipio de
residencia. "Yo vivo en Arroyo Naranjo y vine a conseguir el año pasado
la talla 12 para mi hija en La Habana Vieja, en un comercio por la calle
Muralla", comentó Tamara.
Aún así, muchos estudiantes no consiguieron comenzar el curso escolar
2010-2011 de completo uniforme. Las tallas grandes, de la 16 en
adelante, quedaron acumuladas en las tiendas.
Este año la historia se repite. Las tallas pequeñas se agotan
rápidamente en los comercios o en el peor de los casos, se "desvían"
para aparecer en el mercado clandestino, donde un uniforme completo
(blusa y falda) suele costar 100 pesos, el equivalente a sólo 3.50 dólar
o a una semana de trabajo de cualquier cubano con buen sueldo. Otros
padres ni siquiera se molestan en buscar en las tiendas, prefieren
heredar uniformes de niños que terminan la primaria o la secundaria.
A Magali y Tamara, esta vez no le quedó otra opción que recurrir a la
mujer que vendía los uniformes en la bolsa negra, justo frente a La
Cigüeña, y comprar por la izquierda las blusas talla 10 para sus hijas.
http://www.cubanet.org/articulos/caceria-de-uniformes-escolares/
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