CAMAGÜEY, Cuba, 15 de noviembre (Jorge Alberto Liriano, Hablemos Press /
www.cubanet.org) - Cientos de presos que trabajan en la fábrica de
materiales de construcción, situada a unos metros de la prisión Kilo 8,
en la provincia Camagüey, se quejan de la poca y mala alimentación que
reciben, a pesar de trabajar jornadas de hasta 10 horas diarias.
Según informó a esta agencia el recluso José Mendoza Botel, el hambre
que padecen los prisioneros es un factor determinante en la poca
productividad de la fábrica.
Reinaldo Domínguez, administrador de Provari, entidad que patrocina la
fábrica, declaró: "No se puede exigir que los presos trabajen con
hambre, porque en esas condiciones ni siquiera los animales obedecen a
sus amos''.
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