17 Noviembre, 2010 - 02:10
CREDITO:
Rubén Aguilar Valenzuela
Cuba está ante la posibilidad, ahora más que nunca, de cambiar su modelo
económico. Eso depende del alcance de la reformas que apruebe el Partido
Comunista de Cuba (PCC) en su VI Congreso a celebrarse en abril del 2011.
El PCC, al inicio de noviembre, hizo público el "Proyecto de
Lineamientos de la Política Económica y Social" que animará el proceso
de discusión nacional que se extiende del 1 diciembre del 2010 al 28 de
febrero del 2011.
El texto aclara: "La política económica en la nueva etapa corresponderá
con el principio de que sólo el socialismo es capaz de vencer las
dificultades y preservar las conquistas de la Revolución y que en la
actualización del modelo económico primará la planificación y no el
mercado".
A partir de ahí, todo lo demás apunta a la construcción de una economía
mixta en la que se reduce la intervención del gobierno y gana espacio la
iniciativa privada. Se reivindica la promoción de la inversión
extranjera y el cumplimiento con las obligaciones de la deuda.
El proyecto anuncia la desaparición ordenada de la libreta de
racionamiento que por años se vendió como uno de los grandes logros de
la Revolución y se afirma que en adelante sólo serán subsidiadas las
personas que realmente lo necesitan.
Se reitera la decisión de despedir del aparato de gobierno a un millón
de empleados, como parte de la estrategia para reactivar la economía. A
partir de ahora y hasta febrero del próximo año dejarán al gobierno
500,000 empleados, en el 2012 y en el 2013, la otra mitad.
Se habla también de romper con el centralismo e impulsar la
descentralización de las actividades agrícolas y la gestión de las
empresas públicas. Las que no sean rentables serán liquidadas y se
autoriza la compraventa de viviendas, actividad que fue prohibida pocos
meses después del triunfo de la Revolución.
El eje central de los nuevos lineamientos gira en torno a la creación de
los negocios privados. Implica se seguirá con el reparto de tierras
ociosas a campesinos privados, pero sobre todo que se dará un impulso a
la autogestión empresarial (trabajo por cuenta propia), las
microempresas privadas y las cooperativas.
Para apoyar estas actividades, que absorberán al millón de despedidos y
serán las generadoras de los nuevos empleos en el país, se comprometerán
créditos bancarios y la venta de insumos necesarios para la producción a
precio de mayoreo. Se propone también un cambio al régimen fiscal que
resulte menos oneroso para los nuevos empresarios.
Si la promoción de la iniciativa privada tiene éxito; al futuro, esa es
la apuesta, se generarían más empleos. Se podría, entonces, pensar que
el cambio económico también traería uno cultural y éste derivaría
después en exigencias de un cambio político. Todo está por verse.
http://eleconomista.com.mx/columnas/columna-especial-politica/2010/11/17/cuba-se-privatiza
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