Cuba, ¿hacia el capitalismo?
By JOSE AZEL
El VI Congreso del Partido Comunista de Cuba que ha de tener lugar en
abril para ratificar las directivas económicas de Raúl Castro,
incluyendo el despido de 500,000 trabajadores estatales, es visto por
algunos observadores como una señal esperanzadora de que finalmente Cuba
se está dirigiendo hacia una economía de mercado. Otros analistas ven
los despidos con considerable escepticismo y los marxistas como una
horrorosa traición a la ortodoxia comunista.
Irónicamente, el anuncio oficial de los despidos fue hecho por la
Central de Trabajadores de Cuba (CTC), el sindicato único y oficial de
la nación, controlado por el partido comunista. En cualquier nación,
excepto en los estados totalitarios controlados por regímenes
represivos, el despido del 10% de la empleomanía del gobierno provocaría
protestas masivas y la indignación internacional generalmente asociadas
con medidas de austeridad auspiciadas por el Banco Mundial o el Fondo
Monetario Internacional.
Si añadimos a esto el aparente lapsus freudiano de Fidel Castro cuando
dijo que ``el modelo cubano ya ni siquiera funciona para nosotros'' nos
encontramos ante confusión ideológica, parálisis burocrática,
oportunismo, incertidumbre, formulación de políticas absurdas, y más. En
la versión cubana del doble sentido orwelliano, las medidas de despido
se califican como una ``actualización del socialismo''. En el doble
sentido cubano, el gobierno otorgará permisos para que los trabajadores
que sean despedidos intenten ganarse la vida ``fuera del sector
estatal''. No hay reconocimiento de un sector privado.
En una economía de mercado con sectores privados desarrollados y
competitivos, los empleados cesanteados de una empresa tienen grandes
posibilidades de obtener empleo en otra empresa. Pero en el sistema
económico de Cuba, donde el gobierno controla la mayoría de la actividad
económica, los cesanteados tendrán que valerse por sí mismos. No hay
sector privado capaz de absorber a los desempleados. ¿Dónde van a
encontrar empleo en una economía como la de Cuba en la que el estado
emplea 85% de los 5 millones de personas en la fuerza laboral?
La medida de despido parece asumir que todas las personas poseen la
aptitud y habilidad para ser empresarios capaces de ganarse la vida en
actividades muy distintas a su experiencia laboral y formación profesional.
El gobierno cubano está apostando a que el ingenio y el espíritu
empresarial del pueblo cubano proveerá de alguna manera un reemplazo
para las ineficiencias del sector estatal y que lo hará sin acceso a
efectivo, crédito, materias primas, equipos, tecnología, u otros insumos
necesarios para producir mercancías y servicios. Irónicamente, el origen
más probable de estos insumos será la Diáspora cubana ansiosa de ayudar
a sus familiares y amigos que queden sin empleo.
Los cubanos resolverán de alguna manera, pero en términos de desarrollo
económico real, estas medidas no funcionarán; no son medidas diseñadas
para ayudar al desarrollo del país. Pero por si acaso, el gobierno
pretende cobrar impuestos onerosos, del 25% para la seguridad social y
hasta del 50% sobre los ingresos dependiendo de la actividad económica.
En respuesta a estas altas tasaciones de impuestos contraproducentes,
los cubanos encontrarán formas de eludir el pago de impuestos,
incorporándose al mercado negro para estas actividades económicas.
Si las intenciones del gobierno cubano fueran esbozadas a iniciar un
cambio importante hacia una economía de mercado, no limitarían las
actividades económicas permitidas a solamente 178 ocupaciones casi todas
de carácter individual (por ejemplo, servicio de niñera, limpiabotas,
lavado de ropa, etc.) ni insistirían en imponer impuestos y regulaciones
asfixiantes. Se requiere una imaginación de soñador muy vívida para
divisar en estos despidos del gobierno de Castro una evolución hacia una
economía de libre mercado.
na lección a aprender de la historia de las transiciones de los países
que formaban parte de la Unión Soviética es que reformas exitosas
requieren ubicar las libertades individuales y el otorgamiento de
poderes ciudadanos a la cabeza de las reformas. Esto no es lo que Cuba
persigue con su ``actualización del socialismo''.
Por ahora, los despidos sólo demuestran el funesto estado del modelo
económico cubano, resumido en la vieja broma soviética que explicaba el
sistema económico de planificación centralizada como uno en el que
``nosotros pretendemos trabajar y ellos pretenden que nos pagan''. El
sistema cubano, fracasado e insolvente, ya ni siquiera puede pretender
pagar a sus trabajadores. Por lo tanto, ahora se maquilla como un
capitalismo de fantasía.
Analista investigador del Instituto de Estudios Cubanos y
Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, y autor del recién
publicado libro Mañana in Cuba.
http://www.elnuevoherald.com/2010/11/15/838326/jose-azel-cuba-hacia-el-capitalismo.html
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