Fernando Ravsberg | 2010-11-18, 12:43
Respondiendo a uno de mis post, algunos participantes afirmaron que los
cubanos residentes en Cuba pasan sus vacaciones hospedados en hoteles de
5 estrellas en los cayos pagando con el dinero que les envían los
emigrados desde Miami.
El comentario me pareció muy original y me dio también la idea de tocar
el tema de las remesas familiares, tratando de dilucidar su verdadero
impacto social y repercusión económica en Cuba, más allá de cualquier
mito políticamente interesado.
Cuando les plantee esa posibilidad a los investigadores del Centro de
Estudios de la Economía Cubana, todos se sonrieron. "Es difícil
encontrar cubanos a los que les envíen más de US$100 al mes y te aseguro
que con eso no se pagan vacaciones", me dijeron.
Verifiqué con amigos y vecinos que eso es verdad pero aun me quedaba por
descubrir el monto total de las remesas. Y la tarea no es fácil porque
casi la mitad de ellas llegan escondidas en los bolsillos de las "mulas"
que viajan a Cuba.
De todas formas hay aproximaciones serias como las de Manuel Orozco,
especialista en remesas de Diálogo Interamericano (DI), un think tank
con sede en Washington. Él calcula el valor de las remesas entre los
US$830 y US$985 millones al año.
Coincide con el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola de la
Organización de Naciones Unidas y con el Fondo Multilateral de
Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo. Ambos sitúan las
remesas en los US$983 millones.
Las matemáticas nunca fueron mi fuerte así que permítanme redondear en
US$1.000 millones para facilitar mis cuentas. Suponiendo que el 80% de
los cubanos reciba remesas resulta que a cada uno le tocarían alrededor
de US$0,28 diarios.
Les puedo asegurar que la vida en Cuba no es tan barata como para poder
comer, vestirse y pagar la electricidad con la cuarta parte de un dólar
al día. ¡Y hay optimistas que suponen que les sobra dinero para
vacacionar en hoteles de 5 estrellas!
Hay quienes aseguraron que las cantidades que envían son muy superiores
a las de sus vecinos y que eso demuestra el éxito de la comunidad cubana
de emigrados. En realidad yo tengo la impresión de que son mucho menos
desprendidos que el resto.
Comparemos otra vez con El Salvador, un país con la mitad de habitantes.
Solo en enero del 2010 se recibieron US$236 millones, lo que significa
que esa comunidad envía anualmente a sus familias casi 3 veces más que
los cubanos.
En los hogares más humildes de Cuba las remesas pueden llegar a duplicar
los ingresos familiares, pero esta proporción no se produce porque les
envían mucho dinero sino por los bajísimos salarios que paga el Estado a
sus empleados.
En algunas familias esta ayuda es clave para llegar a fin de mes y
pasarían hambre si no se la enviaran. En otros casos significa ese
dinero extra imprescindible para comprar la tele, la lavadora, reparar
la casa o celebrar los "15" de la niña.
También están quienes no necesitan remesas, los que se pagan ellos
mismos sus gastos, vacaciones incluidas. Leer los post titulados
"Pobrecitos los cubanos" puede ayudar a entender quiénes son estos
turistas nacionales y de dónde viene su dinero.
Es solo cuando llegan a manos del Estado que esos 28 centavitos se
convierten en US$1.000 millones, dinero en efectivo que termina en las
arcas nacionales gracias al impuesto del 240% con que son gravados los
productos que se venden en moneda dura.
Poniéndolo en contexto hay que decir que las remesas representan un
ingreso semejante al del turismo. Sin embargo, el millón de emigrados
apenas envía la cuarta parte de lo que se obtiene por el trabajo en el
extranjero de los 50.000 cooperantes cubanos.
Durante la crisis económica de los años 90 el ingreso de las remesas fue
un asunto de vida o muerte para el gobierno y también para la población.
Hoy su importancia se ha reducido pero sigue siendo una fuente
significativa de divisas para la economía.
Tratando de ahogar a Cuba, políticos de EE.UU. y grupos del exilio han
intentado limitar las remesas pero fue una lucha inútil. Hasta una
radical anticastristas como Celia Cruz le hizo llegar dinero a los suyos
durante toda su vida, según me confesó su hermana.
Pero ni siquiera los montos que la cantante enviaba eran suficientes
para pagar hoteles de 5 estrellas. Así que quienes envían remesas pueden
dormir tranquilos, nadie en Cuba derrocha el dinero que tanto sacrificio
les ha costado ganar.
http://www.bbc.co.uk/blogs/mundo/cartas_desde_cuba/2010/11/con_veintiocho_centavos.html#more
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