Por: Milagros López de Guereño Para EL TIEMPO La Habana Con información
de EFE | 10:58 p.m. | 15 de Noviembre del 2010
Los cubanos podrán, entre otros, montar pequeñas empresas y comprar y
vender sus viviendas.
Así mismo, la tradicional libreta de racionamiento y los comedores
estatales que prevalecen desde la revolución podrán pasar a la historia.
Todo esto se verá cuando se apruebe el modelo de reformas al socialismo
que propone el presidente Raúl Castro. Si se aprueba, por supuesto.
En un paso audaz, el Gobierno ha comenzado los preparativos del VI
Congreso del Partido Comunista Cubano (PCC), con la organización de un
debate nacional sobre el plan de reformas económicas que pretende
ampliar la iniciativa privada, pero que también requerirá, según
expertos y analistas, un "cambio de mentalidad" de los cubanos.
Y Castro ya le puso fecha a la celebración del Congreso. La cita será la
segunda quincena de abril del 2011, pero antes, cientos de dirigentes,
especialistas y habitantes comunes y corrientes debatirán el llamado
Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social.
Se trata de un documento que, en 32 páginas, recoge las principales
ideas expresadas por el general desde que reemplazó en la Presidencia a
su hermano mayor y máximo líder, Fidel Castro, en el 2006.
El último Congreso fue en 1997 y se suponía que tendría una frecuencia
quinquenal. Desde entonces, la sociedad cubana ha experimentado grandes
cambios sociales, que no han estado acompañados por cambios
institucionales y legales.
"Se proponen muchas cosas pero luego todo sigue igual, si es que no se
pone peor", dice una joven ejecutiva de una empresa estatal que pide no
dar su nombre.
Ya circulan los lineamientos entre la población
Los lineamientos -que regirían la política económica de Cuba durante los
próximos cinco años- ya circulan entre la población.
"Se me agotaron en seguida. Pasó igual que cuando hace poco salió la
Gaceta Oficial con las nuevas actividades de trabajo privado", asegura
Magda, responsable de un puesto de prensa atestado de gente que quiere
enterarse de primera mano de la propuesta del PCC, el máximo órgano de
poder en la isla.
El programa repasa, punto por punto, 12 sectores de la economía: desde
la macroeconomía, el comercio, la deuda y los créditos, hasta la
inversión extranjera o el transporte. Es también un reflejo de las
quejas y sugerencias manifestadas por los cubanos en las asambleas
impulsadas por el general Castro.
Una de sus propuestas más novedosas es la que tiene que ver con la
vivienda. "Aplicar fórmulas flexibles para la permuta, compra, venta y
arriendo de viviendas para facilitar la solución a las demandas
habitacionales de la población", señala el punto 278.
No explica cómo, pero la sola mención a ese problema, uno de los
principales que aqueja a gran parte de la población cubana, ya es un avance.
Hoy, el único trámite que existe se conoce como 'permuta' y autoriza a
los propietarios intercambiar sus viviendas, con independencia de la
zona o de las condiciones. Sin embargo, en la práctica hay un 'vuelto',
un dinero que puede ser de 3.000 dólares por un cuarto, hasta 100.000
por una casa.
El plan es regularizar ese mercado paralelo sin permitir el
acaparamiento. Situación que se puede extender a muchos campos. Por
ejemplo, hay quien ve en la eliminación de la libreta de racionamiento
un golpe, pero lo cierto es que muchos la utilizan para hacerse su
'agosto', comprando en cantidades a precios de risa, para luego revender
o alimentar negocios. La libreta, símbolo del igualitarismo en la isla,
es un pequeño folleto creado en 1962 ante la escasez de alimentos debido
al embargo de Estados Unidos (véase recuadro).
Lo que sí aplauden muchos cubanos es que se prevea una futura
unificación monetaria, pues desde el 2004 circulan dos monedas, lo que
eleva su costo de vida ya que ganan en pesos cubanos y tienen muchos
gastos en pesos convertibles (equivalente al dólar).
En marzo del 2008, el Gobierno de Cuba dejó sin efecto la medida que
prohibía a los ciudadanos de la isla registrarse en los hoteles de lujo
de ese país. Semanas antes, se había autorizado que los cubanos puedan
adquirir libremente teléfonos celulares, computadores, reproductores de
DVD y otros electrodomésticos.
El Gobierno, además, empezó en octubre el recorte de 500.000 empleos en
el Estado (de 4,2 millones), primera fase -hasta marzo- de la reducción
de las llamadas "plantillas infladas". Para absorber a los desempleados,
autorizó abrir pequeños negocios y cooperativas, con el pago de varios
impuestos.
La oportunidad de despegar
El analista Rufo Caballero ve en las nuevas medidas que, junto con el
"trabajo, ha llegado la oportunidad de despegar". Admite que "ya ha sido
suficiente error la pretensión de que un país se sostiene y se alimenta
de ideales, de utopías y de consignas porque al final, sin sostén
económico", todo eso se quiebra.
Hasta el 28 de febrero, militantes y no militantes analizarán las ideas
para sacar a Cuba del atolladero financiero, laboral y social en que se
encuentra como consecuencia de errores internos, pérdidas millonarias
por varios huracanes y casi 50 años de bloqueo estadounidense sobre la
isla, que se salta a base de gastar mucho más para recibir mercancías de
otros países.
"Mucho blablablá, pero pocas cosas nuevas. Lo único es lo de
flexibilizar el tema de comprar y vender vivienda. Será para darle pie a
la gente para planteamientos más profundos en los debates que vienen",
comenta Marcelo, especialista en recursos humanos.
Milagros López de Guereño
Para EL TIEMPO
La Habana
Con información de EFE
http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-8369040.html
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