2008-09-07.
Osvaldo Alfonso Valdés, Ex Prisionero de Conciencia de la Causa de los
75 y Analista Político de Misceláneas de Cuba
(www.miscelaneasdecuba.net).- La ya de por sí difícil situación en Cuba,
ha sido agravada por el paso del huracán Gustav. El país, que atraviesa
un evidente periodo de recrudecimiento de sus dificultades económicas,
ha sufrido el devastador efecto de este fenómeno meteorológico.
Si bien no han habido víctimas mortales, según las autoridades, si ha
dejado un rastro de cuantiosos destrozos que afectan tanto la débil
economía como la vida directa de decenas de miles de cubanos, muchos de
los cuales han perdido sus viviendas, en un país donde este es uno de
los problemas más graves.
Al tiempo que de la isla provienen informaciones de los efectos del
desastre natural, la Comisión Económica para América Latina, CEPAL, ha
dado a conocer que la deuda externa cubana creció en 1100 millones de
dólares, para situarse en una cifra de 16 499 millones de dólares.
Esto ocurre cuando es conocido también que la inversión extrajera ha
disminuido. Según el propio Ministerio para la Inversión Extranjera, de
362 empresas con capital extranjero que existían en Cuba en el 2006, en
el presente año esta cifra se encuentra en 318. Lo anterior coincide con
el periodo desde que Raúl Castro asumió la dirección del país, dato que
contradice las expectativas de que en la isla existan reales cambios
aunque sean tan solo en el terreno económico.
En la actual situación de emergencia creada por el paso del Gustav, la
oposición cubana, tanto interna como externa, ha mostrado que ante todo
pone en primer lugar los intereses del pueblo de Cuba. Importantes
organizaciones disidentes y opositoras en la isla, han hecho un llamado
internacional para que se envíe ayuda al país para socorrer al gran
número de afectados.
No solo eso, sino que a pesar de sus limitadísimos recursos, desde el
primer momento han prestado ayuda a todos aquellos a los que les ha sido
posible. Un ejemplo es el Partido Liberal Nacional Cubano, que ha
convocado a sus miembros ha hacer donaciones para los damnificados y ya
ha entregado ayuda de este tipo a varias familias.
En el exilio, grupos de organizaciones han pedido al Gobierno de los
Estados Unidos que permita una moratoria de las restricciones
comerciales con la isla para poder enviar ayuda masiva. Hay que señalar
que aún con las actuales limitaciones, la ayuda humanitaria no está
prohibida, siempre que sea canalizada a través de organizaciones no
gubernamentales.
Esta semana se conoció que las autoridades norteamericanas aprobaron un
monto de ayuda a la isla por un valor de 100 000 dólares, así como han
ofrecido el envío de una comisión que evalúe los daños para proporcionar
más ayuda necesaria. La respuesta de la dictadura, una vez más, ha sido
la negativa. Se saben incapaces de asumir la solución de los problemas
existentes, pero su arrogancia, sus estrechos intereses políticos que
nada tienen que ver con los del pueblo de Cuba, los llevan a actuar de
esa manera.
Ahí tenemos otra prueba de que todo sigue igual. No importa para el
régimen el sufrimiento que ahora mismo padecen tantos miles de
ciudadanos, y asumen la postura criminal de negar la ayuda. No puede
haber proceder más mezquino e irresponsable de quines tiene en sus
hombros la responsabilidad por la vida de sus propios compatriotas.
Cuando redacto de estas líneas , un nuevo huracán, igual de devastador,
el Ike, lleva camino hacia nuestra querida tierra. Ahora con amenaza de
atravesarla de oriente a occidente, causando tal vez iguales o mayores
destrozos en gran parte del territorio cubano. El régimen castrista es y
ha sido incapaz de resolver los problemas cotidianos de nuestro pueblo
en situaciones normales, mucho más lo es para dar remedio a las secuelas
de catástrofes de este tipo.
Aún viven en albergues miles de ciudadanos que perdieron sus casas y sus
pertenencias por el paso de estos ciclones en años anteriores. Los
cubanos nunca han contado con la posibilidad de tener una alimentación
adecuada durante todas estas décadas. La pobre agricultura, que solo
proporciona un 20 % de los alimentos que se consumen a pesar de ser Cuba
un país tropical de tierras fértiles capaz de producir prácticamente
todo el año, ya quedó dañada por el Gustav, con certeza lo será por el
nuevo desastre que se acerca si finalmente la naturaleza no se torna
generosa y desviado su actual curso. Todo apunta a que el hambre puede
estar amenazando con mayor fuerza a nuestros hermanos.
Muy difíciles tiempos, peores que los ya vividos, parecen avecinarse. La
naturaleza se ha hecho aliada del régimen comunista en su destrucción de
nuestro país. El desprecio por la vida de la gente, sigue haciendo que
quienes tienen el poder, asuman la actitud criminal de determinar de
quien aceptan ayuda para tantos miles de necesitados. Es evidente que
los mayores enemigos del pueblo cubano, son quienes lo desgobiernan.
Ellos y solo ellos.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=16997
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