Hace 2 horas
LA HABANA (AFP) — Cuba advirtió este viernes de que carece de recursos
para encarar la catástrofe de los huracanes Ike y Gustav, que dejaron
siete muertos, 700.000 toneladas de alimentos perdidas, y 320.000
viviendas, cultivos e infraestructuras energéticas dañados o destruidos.
"Imposible resolver la magnitud de la catástrofe con los recursos
disponibles", señaló el diario oficial Granma, que citó al presidente
del Instituto Naiconal de Reservas Estatales, el general Carlos Lezcano.
El oficial explicó que para atender la emergencia, en la que las decenas
de miles de damnificados tienen prioridad, son empleadas "sin excepción"
todas las reservas del país, incluidas las militares, que incluyen
alimentos, material de construcción, combustible, medicinas y equipos.
"Sería de ilusos o malintencionados pensar que las reservas materiales
credas por un país pequeño como Cuba, con limitada capacidad financiera
y guerra económica en su contra por más de medio siglo, pueden ser
suficientes para solucionar el desastre" por Ike y Gustav, subrayó Granma.
Ike dejó siete muertos en Cuba -donde se hizo una colosal evacuación de
2,6 millones de personas-, y al recorrer dos días la isla desató grandes
inundaciones y sus fuertes lluvias y vientos se llevaron todo a su paso.
El terrible ciclón dejó prácticamente paralizada la economía pues acabó
de destruir lo que se había salvado con el paso del huracán Gustav el 30
de agosto, que atravesó Cuba por el occidente, igual que Ike, pero sin
afectar tanto el oriente.
Ahora quedó arrasado todo de punta a punta. En un cálculo muy
conservador, el analista económico Ariel Terrero estimó que las pérdidas
rondarán 3.000 millones de dólares, y mencionó que la principal
preocupación está en los alimentos.
El viceministro de Agricultura, Alcides López Labrada, apuntó que, según
datos preliminares, quedaron dañadas 700.000 toneladas de alimentos.
"Hay que hacer un balance de toda la comida que nos queda para los
próximos meses y saber cómo distribuimos lo que tenemos", afirmó.
Sólo en plátano los daños alcanzan las 50.000 hectáreas, el 80% del área
plantanera de la oriental provincia de Holguín está perdido, según
López, además de los destrozos en tubérculos como yuca -básicos en la
dieta de la población-.
Decenas de miles de toneladas de naranjas, unas 7.000 casas de tabaco,
miles de instalaciones pecuarias destruidas o dañadas, millares de
animales de granja y ganadería muertos, y se perdieron un millón de
litros de leche y miles de toneladas de carne de cerdo -imprescindible
también en la alimentación de los cubanos-.
A todo esto se suma que los dos huracanes dejaron unas 320.000 viviendas
dañadas o destruidas, sólo en Ciudad de La Habana hubo 153 derrumbes -37
totales-, hospitales y cientos de escuelas afectadas, y redes de energía
y comunicación colapsadas.
Los daños dejan al país "vulnerable a la inseguridad alimentaria a
escala nacional por los próximos seis meses" y "las reservas
estratégicas cubanas estarán agotadas pronto debido a la extremadamente
alta demanda de restitución de infraestructura pública", según la ONG
Agro Acción Alemana, con 36 proyectos agrícolas en Cuba.
Ya antes de los ciclones, el presidente Raúl Castro había establecido
como asunto de máxima seguridad nacional la producción de alimentos, y
anunciado un ajuste económico.
Ante la emergencia por los dos ciclones, Cuba aceptó ayuda millonaria de
la ONU y le llegan de países como Brasil, Rusia y España toneladas de
alimentos y materiales, pero rechazó, por juzgarla "cínica", la oferta
de Estados Unidos de enviar expertos que evalúen los daños.
http://afp.google.com/article/ALeqM5i233oAzoO6If8HXTSyVOhSf1YeRw
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