Pages

Saturday, November 17, 2012

Condenados por venganza

Condenados por venganza
Jueves, 15 de Noviembre de 2012 15:01
Escrito por Michel Iroy Rodríguez Ruiz

Cuba actualidad, Marianao, La Habana, (PD) El periodista Jorge Olivera,
en la edición número 241 de Primavera Digital se refería a las víctimas
de las mentiras, juicios amañados y las informaciones inciertas a la
población del periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista, y
el Noticiero Nacional de Televisión.

El 27 de febrero de 2002, entre las diez y las once de la noche, un
grupo de 23 ciudadanos, entre ellos yo, penetramos la embajada mexicana,
a bordo de un ómnibus de la ruta P-1 que impactó contra su verja. De
estas 23 personas, cinco brincaron la reja primero y luego penetró el
ómnibus, con los demás.

El primero de marzo fuimos desalojados por un grupo antimotines, por
órdenes de Fidel Castro. Luego de ser golpeados, y sacados a la fuerza,
fuimos llevados al DTI (100 y Aldabó), donde fuimos interrogados y
amenazados por oficiales de la Seguridad del Estado.

Recuerdo que estando en las celdas del DTI nos obligaron a escuchar el
programa Mesa Redonda, donde se habló de nosotros. Indignados por las
mentiras que difundían, empezamos a dar patadas y puñetazos contra las
puertas de hiero tapiadas de las celdas y a gritar ¡abajo Fidel!

Fuimos instruidos de cargos y acusados de violación de sede diplomática.
Nos enviaron a la prisión de máxima seguridad Combinado del Este. Muchos
teníamos edades entre 19 y 23 años y nunca habíamos estado presos, pero
se violó nuestra condición de prisioneros primarios y pendientes de
juicio, y nos ubicaron con presos condenados a 20 y 30 años de cárcel
por los delitos más horrendos.

El entonces canciller Roberto Robaina aseguraba que en Cuba ningún
detenido permanecía sin juicio por más de seis meses. Nosotros
permanecimos más de dos años en espera de juicio.

En reclamo de juicio, iniciamos una huelga de hambre Henry Urrutia Pérez
y yo. La huelga duró 28 días. Nos enviaron a celdas en el área de
castigo 47, donde nunca se sabía si era de día o de noche.

Hasta allí llevaron a nuestras familias, atemorizadas, para que vieran
las condiciones que estábamos y nos convencieran de que abandonáramos la
protesta. No he podido olvidar las lágrimas mi madre y mi esposa en
aquel entonces, la madre de mi hijo, suplicándome que dejara la huelga.

Abandonamos la huelga cuando nos presentaron un papel de fiscalía
militar donde nos informaban que por fin el juicio se realizaría el 21
de enero de 2005.

Luego de abandonar la huelga, no tuve atención médica. A Urrutia
tuvieron que ingresarlo de urgencia, pero yo permanecí con dolores muy
fuertes en el pecho, las piernas y la cabeza. Llegué a pensar que me
moriría.

Todo fue un engaño de la fiscalía y de Seguridad del Estado. El 11 de
marzo fuimos conducidos a Villa Marista. Nos pidieron descaradamente que
dijéramos lo que ellos querían. Nos explicaron que la prensa extranjera
se encontraba pendiente de nosotros y había que dar una buena imagen de
Cuba al mundo.

Al día siguiente descubrí que estaba acusado por tres robos con
violencia, daños a la propiedad del estado, violación de sede
diplomática y atentado contra la seguridad del estado. La petición
fiscal era de 12 años de privación de libertad. Me lo comunicó un
oficial con grado de mayor -cuando nos instruyó de cargos era capitán-
que mentía descaradamente, sin respetar su uniforme ni sus grados.

Las sanciones fueron entre 4 y 15 años de privación de libertad. El
juicio se efectuó en el tribunal de Carmen y Juan Delgado, en La Víbora,
en la sala de delitos contra la seguridad del estado. El juicio oral
duró dos días. El último juicio se extendió hasta las 2 de la madrugada.
Cuando llegó el momento de la defensa, se fue la luz. Los de la policía
política, a la luz de las velas, ordenaron seguir el juicio y que se
apuraran.

Urrutia y yo fuimos sancionados a nueve años, sin beneficio de libertad
condicional.

Ya en libertad, cuando me dirigí al tribunal en busca de mis papeles,
acompañado por un vecino llamado Rafael Ruiz, ocurrió la más cínica
violación que jamás pensé que sería capaz de cometer este gobierno: ya
no aparecíamos sancionados por robo con violencia, como tampoco que
habíamos sido instruidos de cargos y sancionados por la Seguridad del
Estado, sino que había sido sancionado por violación de sede
diplomática, instruido por la PNR y sancionado por el Poder Popular.

Jorge Olivera, mi más sincero saludo. Soy uno de esos ex reos que pueden
afirmar que en nuestro país se sanciona a los ciudadanos, sin garantías
procesales, más por venganza que por la naturaleza de sus delitos.

Para Cuba actualidad: yeikosuri11@gmail.com

http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/5761-condenados-por-venganza.html

No comments: