La Habana huele muy mal
Martes, Noviembre 26, 2013 | Por Víctor Ariel González
LA HABANA, Cuba, noviembre 2013, www.cubanet.org.- En Cuba no existe 
sociedad de consumo. Tampoco actividad industrial intensa. La cantidad 
de desechos no debía asustar. Pero el tratamiento de los desperdicios es 
preocupante, porque contamina al país y compromete a las futuras 
generaciones.
No existe una política correcta para tratar los desechos. Y si es cierto 
que la realidad cubana exige la solución de problemas más urgentes, el 
adónde va a parar la basura, no debería dejarse atrás.
Los buzos mal vistos
En los hogares, los centros de trabajo, los depósitos en las calles, 
todo lo que se tira a la basura cae en un mismo compartimento en donde 
no se distingue al vidrio del metal o de los biodegradables. Todo el 
conjunto va a parar a los vertederos, donde tampoco clasifican los 
desechos y facilitan su tratamiento.
Una de las maneras efectivas de lidiar con la basura es su reciclaje. En 
Cuba resulta una tarea en extremo difícil. No existe educación ni 
voluntad política encaminada hacia la necesaria separación de los 
desperdicios. Más aún, el Estado entorpece el proceso.
Ejemplo de ello es la actitud negativa hacia los "buzos", que se dedican 
a buscar latas vacías de refrescos y cervezas para venderlas a empresas 
de recuperación de materias primas. Estos individuos son mal vistos por 
el gobierno pese a que su labor es ecológicamente loable y son 
socialmente útiles en tanto tienen un empleo honrado.
Más allá de no clasificar los desperdicios, el sistema ni siquiera 
reconoce el trabajo de los que pudieran llamarse "pequeños empresarios 
del aluminio".
Si el resto de los materiales desechados también diese negocio, no cabe 
duda de que la industria de la recuperación de desechos florecería 
rápidamente y contribuiría al saneamiento de la ciudad.
Fuego en el gran basurero
Desde lo alto de una de las facultades del Instituto Superior 
Politécnico José Antonio Echeverría se observaba cómo se elevaba una 
densa columna de humo, que nacía en las entrañas del gran basurero de 
Avenida 100. El tóxico espectáculo no tenía nada nuevo: la combustión 
incontrolada de desechos sería arrastrada por el viento hasta las aulas 
del recinto universitario. Los estudiantes que allí estaban recibiendo 
sus clases iban a inhalar cuanto químico indeseable generaba el incendio.
Sólo después de muchos siniestros — y repetidas quejas– fue que se 
eliminó la causa del fuego, dándosele cierto tratamiento a los desechos. 
La descomposición de grandes cantidades de materia orgánica puede 
generar el calor suficiente para que se desaten fuegos accidentales.
Apagado el fuego, el mal olor del Vertedero de Avenida 100 continuó 
azotando a la población circundante.
El primer error es ubicar el enorme basurero en medio del municipio 
Marianao, cerca de zonas muy transitadas pero, por supuesto, bien 
alejado de los barrios habaneros en donde vive la clase dirigente del país.
Falta de contenedores
Otro de los problemas es la falta de depósitos de basura y las 
irregularidades en su recogida. Al camión recolector, como todo vehículo 
estatal, le roban combustible o piezas. Los tanques de basura también 
son producto del vandalismo. Sus ruedas son ideales para fabricar 
carretillas de vendedores ambulantes. Los desechos se acumulan por días 
en las esquinas.
Ni hablar de las redes sanitarias. El crecimiento poblacional ha hecho 
colapsar los sistemas de recogida y tratamiento de las aguas. Y las 
construcciones que se levantan carecen de las más elementales normas 
técnicas. Se encuentran comunidades enteras con un alcantarillado 
deficiente y hasta inexistente. Las Aguas albañales corren por las 
calles, o se filtran hacia las capas inferiores del terreno contaminando 
los manantiales, mientras que las vertidas en ríos y mares destruyen 
varios ecosistemas a su paso.
El descontrol, la acumulación de desechos y el deterioro de los sistemas 
de tratamiento de agua, contribuyen a que en Cuba exista el peligro de 
una epidemia extendida. Ya se han comenzado a ver las señales de la 
crisis sanitaria: el resurgimiento de enfermedades que estaban 
erradicadas del territorio nacional indica que la inmundicia que nos 
rodea tendrá consecuencias desastrosas.
Source: "La Habana huele muy mal | Cubanet" - 
http://www.cubanet.org/?p=53656
 
 
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