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Sunday, April 14, 2013

La ópera y la opereta

La ópera y la opereta
Fernando Ravsberg / abril 11, 2013

El viaje de Beyoncé a Cuba fue todo un acontecimiento, a pesar del
pedido de discreción por parte de la cantante. En La Habana no se
hablaba de otra cosa, que la vieron paseando por Obispo, que fue a comer
a La Guarida o que la sacaron por la puerta trasera de una galería de arte.

Mientras, en los EEUU los exiliados más radicales y sus representantes
en el Congreso comenzaron a amenazar con aplicarle todo el peso de la
ley si descubrían que la cantante había visitado Cuba sin el permiso de
viaje que deben solicitar a su gobierno los estadounidenses.

En medio de ese run-run aquí y allá me llamó Aquino, el director de la
Ópera de la Calle, para informarme que reabrirían su local porque
Beyoncé solicitó ver el espectáculo. Me pidió mucha discreción porque no
quería tumultos, solo seríamos un reducido grupo de invitados.

Para mí la gran noticia fue que le permitieran a la compañía volver a
actuar en el Cabildo, local que fue cerrado hace meses por supuesto
enriquecimiento ilícito. En realidad tenían un restaurante que servía
para pagar unos U$D 80 a cada uno de los miembros de la ópera.

La clausura dejó a los músicos, cantantes, bailarines, luminotécnicos y
sonidistas con el salario de U$D 17 dólares mensuales que les paga el
Estado, mientras que las camareras y los cocineros terminaron todos en
la calle pero sin la ópera.
Ulises Aquino asegura que son el Partido Comunista Provincial y el
Gobierno de La Habana los que le impiden utilizar el local del Cabildo.

Pensé en la casualidad o en el "destino manifiesto" porque lo cerraron
una noche en la que estaba viendo el espectáculo una delegación de
Pastores por la Paz de los EEUU y ahora sería reabierto gracias a la
llegada de una famosa cantante de ese mismo país.

Sin embargo, cuando lo comenté en mi casa nadie le dio importancia a
este asunto, todos me pedían que los llevara a ver a Beyoncé. Terminé
yendo acompañado de 4 mujeres de mi familia, muy tarde había comprendido
por qué Aquino me pidió la mayor discreción.

Las cosas cambiaron al mediodía del viernes 5 de abril, me llamaron para
comunicarme que el espectáculo sería en el cine Arenal. Pensé que el mal
tiempo los había obligado a dejar de lado el Cabildo, un centro
encantador pero al aire libre, desprotegido contra los aguaceros.

No sabía yo todavía que la tormenta causante de la suspensión tenía más
que ver con la naturaleza de los hombres que con la madre naturaleza.
Pero ya en la puerta del cine me encontré a Aquino con un pequeño grupo
de personas, todos evidentemente cabreados.

Me acerco y me empiezan a contar que habían coordinado la reapertura del
Cabildo en el Ministerio de Cultura para celebrar el espectáculo con
Beynoncé. Sin embargo, a media mañana aparecieron varios funcionarios
para comunicarles que no podrían usar el centro.

Según Aquino, le dijeron que, por orden directa del Gobierno Provincial
de La Habana y del Partido Comunista de la capital, el Cabildo se
mantenía clausurado, sea quien sea que haya autorizado la reapertura y
viniese quien viniese a ver el espectáculo.

Así es que terminamos los invitados en el cine Arenal, sentados en
sillas de hierro o plástico, en medio de un local semi derruido, con las
paredes y el techo destrozados. Pensé que con un poco de suerte y si
nada le caía en la cabeza, Beyoncé vería un ambiente "bohemio".
Mientras algunas autoridades siguen su cruzada contra la Ópera, La
Habana sufre problemas de verdad.

A las 21 h, sin la cantante estadounidense pero tal y como estaba
previsto comenzó el espectáculo, una hora de música, canciones y danzas
que funde culturas y ritmos tan diversos como son los cantos religiosos
africanos, la ópera o el rock.

Beyoncé se lo perdió, dicen que la desviaron hacia otro concierto, nunca
sabremos si fue una casualidad o alguien creyó oportuno no ponerla en
contacto con un grupo de artistas que, por estos días, andan muy pero
que muy indignados.

Y mientras algunas autoridades gastan sus energías en la cruzada contra
la Ópera de la Calle, en La Habana el transporte público sigue siendo un
desastre, la basura se amontona en las calles, los inspectores se
corrompen y los acaparadores vacían las tiendas.

http://cartasdesdecuba.com/la-opera-y-la-opereta/

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