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Monday, September 01, 2008

Dilema escolar

Dilema escolar
Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Comienza el curso
escolar en Cuba. Las madres de los niños compran, o reparan, los
uniformes, mochilas, lápices y libretas; visitan las escuelas para
ayudar a resolver los problemas inmediatos, pues desde el preescolar al
sexto grado el nexo entre padres y maestros es decisivo.

No sucede lo mismo en las secundarias básicas, en los tecnológicos ni en
los institutos preuniversitarios. Las secundarias están cerca del hogar
de los estudiantes, a excepción de las ubicadas en los campos del país,
en las que se dificulta el control de las familias, tan sólido en la
primaria como distante en otros niveles, lo cual deja a los adolescentes
en manos del colectivo pedagógico, cuyo éxodo preocupa a los padres y a
las autoridades docentes.

La euforia de los familiares empieza a apagarse en séptimo grado, lo que
favorece la deserción escolar, muy notable en los institutos
preuniversitarios que combinan el estudio con el trabajo, en base al
principio marxista que aleja a los estudiantes del entorno hogareño,
pero no logra los resultados pedagógicos y productivos deseados.


Sólo dos o tres planteles de segunda enseñanza quedaron en la capital de
Cuba. El del Vedado y el célebre Instituto de La Habana, donde estudió
José Martí, fueron los últimos. Algo similar ocurrió en Güines y en
otros municipios, cuyas tierras acogen a una red de preuniversitarios
para los jóvenes que "aspiran a estudiar y trabajar" antes de ingresar
en la enseñanza superior.

Converso al respecto con dos profesores de preuniversitarios en el
campo, una metodóloga municipal de extraescolar y becas y tres
estudiantes de onceno grado. Los pedagogos reconocen que "el propósito
ha sido superado por el tiempo y por las limitaciones del país para
mantener un sistema tan costoso y alejado de la familia".

En la práctica, dice la metodóloga Pilar, "los estudiantes ni estudian
ni trabajan en el campo, pues la mayoría de las escuelas están en
pésimas condiciones y carecen de lo imprescindible. Tal vez por eso los
padres se llevan a sus hijos y los incorporan a cursos de computación,
idiomas, culinaria o a la facultad para adultos que equivale al grado doce".

María de los Ángeles, Yadira y Yoani terminaron el décimo en "República
de Panamá", de Güines, pero no van a continuar. Según María, "aquello es
un oeste, hay problemas con el agua, la comida, la ropa y las
herramientas de trabajo. La escuela está cerca de Bizarrón, un caserío
de orientales que venden de todo y entran por la noche; los varones los
persiguen por los aleros".
Aunque aún no se habla de reformar la enseñanza, los funcionarios del
Ministerio de Educación buscan soluciones a los problemas principales de
cada nivel de instrucción, pero las deserciones siguen en ascenso en las
escuelas en el campo. Quizás haya que revisar el principio que castiga a
millares de estudiantes y profesores. Cerca de casa estudian mejor. Ya
tendrán tiempo para trabajar.

http://www.cubanet.org/CNews/y08/sept08/01cronica3.html

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