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Thursday, September 25, 2008

La guardia del comité

La guardia del comité

Oscar Mario González

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - La guardia de los
Comités de Defensa de la Revolución (CDR) ha sido la actividad que mejor
identifica a los miembros de esta organización. El primer y más
elemental deber de un "cederista" fue, durante décadas, realizar la
guardia de vigilancia en su cuadra residencial.

Pero desde hace algunos años, aún bajo la batuta del Comandante, este
elemental deber, base y sustento de la organización, ha venido decayendo
a la vista de todos sin provocar mayor algarabía y sin suscitar acciones
para impedirlo. Algo así como la muerte de un enfermo grave cuyo
esperado desenlace no causa sorpresa, y que en el fondo casi todos desean.

El cese de las guardias cederistas es, sin lugar a dudas, una de las
novedades que más alegría ha causado a la población. Un regocijo que no
se expresa públicamente pero que se disfruta y comenta entre amigos de
confianza y entre familiares. Considero bien difícil su reaparición por
el desánimo generalizado de los cubanos hacia las mismas. Los naturales
del Archipiélago las consideran, además de fastidiosas e inoportunas,
totalmente inútiles.

El asunto, pese a todo, provoca inquietud en la prensa oficialista según
se desprende de un reportaje aparecido en el órgano oficial del Partido
Comunista, el rotativo Granma, que como es de todos conocido no se
dedica al quehacer noticioso sino a difundir la propaganda dictada por
los ideólogos del régimen.

Según el reportaje, el implicado directo en el asunto, Juan José
Rabilero, coordinador nacional de los CDR, "considera como una de las
razones de cierta apatía en alguna gente el que en estos tiempos los
barrios no viven en una situación de intranquilidad y amenaza como en
los días iniciales de la Revolución".

Mi impresión periodística avalada por el diario contacto con el quehacer
nacional en mi relación con el hombre y la mujer de a pie, habla de lo
desacertado del juicio emitido por el coordinador nacional: el cubano no
quiere saber de guardia alguna. Y no porque se sienta tranquilo, pues
nunca antes en la historia de este país la seguridad ciudadana se vio
tan amenazada ni el isleño vivió con tanta zozobra. Resultado de la
intranquilidad es que nadie quiera salir de noche, y que tal decisión
sea privativa de algunos jóvenes, los cuales no lo hacen sino en grupo y
bajo el imperativo de la necesidad de distracción propia de la edad.

Definitivamente, a los comités les pasó su "cuarto de hora". La propia
Seguridad del Estado que siempre representó su marchantería natural
parece desestimar sus servicios y preferir la colaboración de chivatos
más "profesionales". Los trabajadores sociales, miembros de Ministerio
del Interior y de la Asociación Nacional de Combatientes parecen ser las
fuentes de información más confiables a la hora de necesitarse un
informe más coherente y creíble

Los CDR, y es tal vez su único merito histórico, por el íntimo contacto
con la población, han asumido, durante los últimos años, el liderazgo
del "invento criollo" a nivel de cuadra, lo cual les ha obligado y, no
pocas veces identificado, con la trasgresión de las rígidas y
asfixiantes normas de la legalidad socialista.

A la guardia del comité sólo le queda que la acompañemos en su velorio.
Se fue volando lentamente ante la mirada indiferente de todos. Creo que
nunca la enterraran de modo oficial. En el interior del país aún se
juega a que se hace, pero en La Habana y otras importantes ciudades está
como la mecha de un candil sin keroseno. Tal vez las autoridades formen
su revolico aparentando revivirla, pero de nada servirá. Es un cadáver
viviente al que sólo falta el certificado de defunción.

http://www.cubanet.org/CNews/y08/sept08/25_C_4.html

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