RELIGION
Iconos, creencias y artesanía populares en Cuba
Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión
LA HABANA, Cuba - Abril (www.cubanet.org) - En Cuba no existe una
herencia autóctona de representaciones icónicas populares de confección
artesanal como la hay en Centroamérica y Sudamérica. En la mayor de las
Antillas, la población existente a la llegada de los europeos
desapareció por causa de los propios recién llegados.
Las representaciones que nos han llegado no van más allá de una imagen
de bulto de un dios -el Cemí- atribuida a los habitantes de la región
oriental de la Isla. Pero a ciencia cierta, desconocemos rituales,
atributos, etc., posibles legados de creencias profesadas por esos
antiguos pobladores.
Sin embargo, con el tiempo y la amalgama de creencias que forman el
complejo religioso popular cubano, se hizo necesaria la aparición de
representaciones icónicas de los dioses adorados. Hay que tener en
cuenta también que la tradición europea de las imágenes de bulto marcó
la perspectiva de producción de estas imágenes. Si en otras culturas el
relieve escultórico y la pintura sirvieron de soporte a estas
representaciones, en Cuba se privilegian las imágenes modeladas en yeso.
Estas se diferencian en algunos casos de sus referentes derivados de
ritos institucionalizados, como ocurre con la imagen popular de la
Virgen de La Caridad, patrona de Cuba. La imagen popular vendida en
imágenes moldeadas en yeso, barro, etc., o impresas, muestra a los pies
de la Virgen una barca con tres hombres, un signo de representación de
la leyenda popular que incluye a los tres Juanes. Esta adición no está
representada en la imagen original traída de España que se venera en la
basílica del Cobre y coronada por el fallecido Juan Pablo II en su
visita de enero de 1998. También el vestuario de la imagen cambió, pues
si hace 50 años la Virgen se representaba cubierta por una capa azul,
hoy la capa es amarilla, pues ese color es emblemático de Ochún, orisha
de origen yoruba, con quien la identifican en la creencia sincrética
conocida como Regla de Ocha, santería.
Más allá de este ejemplo, tenemos otro muy conocido en la representación
del San Lázaro popular, al que representan vestido con un taparrabo
color morado, muletas, piernas llagadas y uno o dos perros. Asimismo, he
visto imágenes de San Lázaro en las que el pelo tiene le llega a los
hombros, y en otras lo lleva más corto y luce una aureola de metal
dorado detrás de la cabeza.
Aparte están las representaciones icónicas de creencias espiritistas.
Entre éstas las más comunes son los indios, pieles rojas unos; otros de
piel cetrina, pero con tocados de plumajes similares, y en algunos casos
con la piel carmelita e idéntico tocado.
Existen en esta categoría, para decirlo de algún modo, las imágenes del
negro viejo, con bastón, pero en ocasiones se encuentran con muletas muy
parecidas a las del San Lázaro popular. Igualmente, lleva cubierta la
pelvis por un taparrabo, pero en este caso, de color blanco. También
puede encontrársele en color morado. En la frente pueden llevar una
cinta blanca en contraste con la piel oscura. Los indios portan
taparrabos amarillo en la mayor parte de las imágenes con dibujos a
semejanza de bordados que nada tienen que ver con alguna tradición
norteamericana.
A diferencia de las imágenes del Viejo Lázaro, que representan un cuerpo
enflaquecido con las costillas bien marcadas, las del negro no las
muestran y se contraponen físicamente con las de indios citados, pues
los indios reflejan la potencia y la fuerza con su robustez.
La gestualidad de las imágenes sirven para codificar un tanto el relato
imaginario que designan. Observamos que en las imágenes de la Caridad
del Cobre, los Juanes están en actitud implorante, con las manos unidas
a la altura del pecho, mirando hacia un cielo poblado con tres rostros
de angelotes. En las figuras de San Lázaro, la pierna izquierda se
adelanta a la derecha, el rostro refleja sufrimiento en las facciones
hundidas y arrugadas, la posición de la cabeza puede ser ladeada o
derecha, pero siempre la mirada se dirige al suelo.
En tanto, las imágenes del negro sí lo muestran un poco encorvado y
apoyado en un bastón, el cuerpo da la impresión de cierta solidez y
fuerza. Los indios miran al frente, tienen los brazos cruzados a la
altura del pecho en gesto de invulnerabilidad, y las piernas y los pies
bien separados destacan la solidez e imposibilidad de moverlos del
espacio que ocupan.
Estas imágenes han sufrido cierta evolución. Si hace 50 años se vendían
en tiendas especializadas o por los vendedores ambulantes, después de
1959 se dejaron de vender, y no fue hasta los años 90 del pasado siglo,
cuando se autorizó a vender objetos de adorno a los trabajadores por
cuenta propia, que esta industria local de imágenes religiosas volvió a
prosperar.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/apr06/21a8.htm
No comments:
Post a Comment