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Friday, April 28, 2006

Un libro sobre la transicion en Cuba

POLITICA
Un libro sobre la transición en Cuba
Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba - Abril (www.cubanet.org) - Circula en la Isla, con el
sabor de lo prohibido, un libro de gran valor informativo e ideológico.
Se trata de "Cuba: realidad y destino. Presente y futuro de la economía
y la sociedad cubana", publicado por Ediciones Universal, en Miami,
Florida, 2005. Su autor, el doctor Jorge A. Sanguinetty, es un académico
cubano de gran prestigio internacional, que desde el exilio rinde un
servicio inapreciable a sus compatriotas.

Nos advierte Sanguinetty que el libro "es sólo un intento de contribuir
a que la transición sea una oportunidad para que los cubanos logren su
plena libertad tanto en lo económico como en lo político mediante
acciones colectivas deliberadas y coordinadas de los ciudadanos,
evitando la prolongación de la tiranía actual". Señala, además, que su
obra "no pretende sentar cátedra ni demostrar un camino único, para
lograr un nuevo sistema económico. Su objetivo secundario es provocar la
discusión organizada e inteligente entre los cubanos sobre los diversos
temas que han de afectar el devenir de una Cuba liberada del castrismo".

Con tales presupuestos, el doctor Sanguinetty ha estructurado el volumen
en once capítulos y un epílogo, en los cuales demuestra que "el proceso
de montar una nueva economía es demasiado serio para dejárselo a los
economistas, cuyo papel, generalmente, se limita a educar y asesorar,
como le corresponde a un científico". En este sentido, el texto está
dirigido a "los ciudadanos que construyen las economías, y a los
políticos en última instancia".

El libro, escrito en un lenguaje claro y conciso, sin fobias partidistas
ni recetas preconcebidas, es todo un tratado para la transición y el
cambio hacia una economía de mercado y un estado de derecho, previo
estudio de la realidad insular y la necesidad de encauzar la economía
para lograr amplias libertades individuales, a fin de establecer un
gobierno que garantice los derechos ciudadanos al margen de principios
abstractos y de un falso patriotismo que sólo sirve a los intereses de
los que ostentan el poder.

En el primer capítulo analiza el autor la organización actual de la
economía. Glosa, a su vez, aspectos tales como la productividad del
trabajo, el capital humano, las entidades políticas y sindicales, en
particular la doctrina, el tamaño y la estructura del Estado y sus
componentes. Valora, asimismo, las empresas privadas o mixtas y sectores
como el azúcar, el turismo, la agricultura y la infraestructura física;
sin obviar el papel de la ciudadanía, el exilio y las remesas familiares.

En los capítulos siguientes valora los objetivos de una nueva economía;
define qué es una economía de mercado y las alternativas de la política
pública. Explica también los componentes de la liberación económica;
esboza los problemas y la probable organización del gobierno de
transición; la función de las empresas y otras entidades privadas, el
nuevo marco constitucional, el tipo de Estado que se establecerá y el
papel de la ayuda externa y de los organismos internacionales. Aborda,
finalmente, la estrategia para la transición y alerta sobre la gravedad
de temas candentes como la seguridad social, la reconstrucción de las
ciudades, las reclamaciones de propiedades y el sistema de comunicaciones.

No vamos a glosar cada uno de los temas. Ya lo hizo el autor con su alto
nivel profesional y su probada experiencia docente. Hemos de insistir,
para estimular lecturas, en ciertas anotaciones medulares con las que
Sanguinetty llama la atención del lector cubano.

En primer lugar, nos aclara que "el desarrollo de una economía de
mercado no es equivalente a una economía depredadora o de capitalismo
salvaje. Una economía de mercado es una economía regida por la
competencia entre muchos agentes económicos".

Precisa, además: "El deseo de muchos de ser libres e independientes no
constituye un plan de nación. Cuba continúa sin un plan de nación que
pueda guiar y no inspirar el desarrollo de una Cuba independiente y
democrática". Se trata, pues, de "ponerse de acuerdo en objetivos
comunes y aprender a manejar los desacuerdos cuando existan divergencias
de opinión, de metas y de expectativas, y a negociar por encima de las
diferencias para que éstas no frenen el proceso de reformas".

Sanguinetty llama a evitar la inacción y la pasividad, a no esperar el
retorno de la sociedad anterior a 1959, pues "la instalación de un nuevo
régimen económico debe llevarse a cabo paralelamente al montaje de un
sistema democrático de gobierno que requiere nuevas leyes. Nos advierte
que el castrismo, sin embargo, puede maniobrar y ser sucedido por: a)
una dictadura más brutal que la actual; b) un gobierno autoritario que
permita algunas libertades; c) un gobierno incompetente y corrupto como
abundan en otras naciones, y d) cualquier otra forma de gobierno y de
régimen económico.

Nos hace notar, asimismo, que "la Cuba de antaño ha desaparecido para
siempre en muchos de sus aspectos", por lo cual "el desafío es mayor que
el de lograr la independencia de Cuba en el siglo XIX".

Al margen de un posible desenlace y de las interrogantes que formula el
propio Sanguinetty en este libro esencial, quiero anotar, finalmente que
"Cuba: realidad y destino...", es uno de esos libros de extraordinario
interés para la praxis insular del siglo XXI. El volumen ha de servir
por igual al ciudadano común que sueña con un cambio, a los disidentes
pacíficos que buscan un asidero para su combate desigual contra el
totalitarismo, y a ciertos miembros de la nomenclatura oficial que saben
que el castrismo ha tocado fin.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/apr06/28a8.htm

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