prometidos»
ESTEBAN VILLAREJO | MADRID
Actualizado Miércoles, 04-02-09 a las 00:17
Los checos ya salieron suficientemente escaldados del experimento
comunista para saber de qué hablan. Hoy Cuba es uno de los pocos
"paraísos" que mantiene el marxismo-leninismo en su cabecera del poder.
Un "paraíso" en el que los presos políticos se pudren en las cárceles,
los ciudadanos callan por miedo al delator y la diplomacia internacional
espera su momento definitivo: la muerte de Fidel Castro.
Pero hasta que eso suceda, la UE sigue inmersa en un "diálogo" que a
tenor de la República Checa -país que ostenta la Presidencia de la UE
durante este semestre- "no ha generado los cambios estructurales que se
prometieron en Cuba" una vez lenvantadas las sanciones en junio del
pasado año, una medida que fue impulsada por el Gobierno de José Luis
Rodríguez Zapatero.
En una conferencia organizada por la Asociación de Iberoamericanos por
la Libertad (AIL), la directora general del Gabinete del Ministerio de
Exteriores de la República Checa, Edita Hrdá, se mostró escéptica sobre
algún tipo de cambio dentro de la isla "aunque, como presidencia de la
UE, existe voluntad y esperamos cierto progreso para continuar con el
diálogo político", que calificó de "complicado".
Haciendo juegos malabares diplomáticos, Hrdá reconoció que dentro de la
UE existen dos posturas: "la de los países que quieren dar más tiempo a
Raúl Castro y aquellos que quieren los cambios ya". Entre los primeros:
España. Entre los segundos: la propia República Checa.
Hasta el Consejo de junio
Hrdá instó a esperar al Consejo Europeo de junio para que los
Veintisiete valoren las conclusiones de este primer año de negociaciones
con La Habana y decidir si se renueva este escenario de diálogo. Al
mismo tiempo, también advirtió de que la UE deberá estar muy pendiente
del nuevo rumbo que tome la Administración de Barack Obama con respecto
a Cuba y las "posibilidades" que se abran entonces.
Hay que recordar que el próximo mes de junio la UE deberá acordar de
nuevo si prosigue con el "diálogo" con el régimen cubano o toma alguna
medida ante la falta de progresos en materia de derechos humanos.
En el acto celebrado en la Casa de América, también se dio cita una de
las instituciones que más abiertamente ha proclamado su apoyo a "la
libertad en Cuba": la Comunidad de Madrid. Su consejero de Inmigración y
Cooperación, Javier Fernández-Lasquetty, reafirmó el compromiso del
Gobierno madrileño. "Todos los insultos que recibamos sólo servirán para
que nos afiancemos más aún en nuestra lucha por la libertad en Cuba",
aseguraba el consejero respondiendo así a determinados sectores de
izquierda que han ligado a la presidenta de la Comunidad de Madrid,
Esperanza Aguirre, con la "mafia de Miami".
«Todos los insultos que recibamos sólo servirán para que nos afiancemos
más aún en nuestra lucha por la libertad en Cuba», asegura la Comunidad
de Madrid
Fernández-Lasquetty, que criticó la política española hacia Cuba ante la
evidencia de los hechos y los inexistentes avances en materia de
derechos humanos, quiso también dar un margen para la esperanza: "Los
cubanos no están solos en su lucha por la libertad, que no desistan al
desaliento. Estoy seguro de que no pasará mucho tiempo para que tengamos
una Cuba libre, una Cuba de los cubanos... y sólo de los cubanos". Estas
declaraciones se producen después de que el PP, con Esperanza Aguirre a
la cabeza -también acudieron CiU, UPN, UPyD, además de algunos
colectivos de gays y lesbianas- arropara el pasado domingo una
manifestación de exiliados cubanos en la madrileña Puerta del Sol por
una "Cuba libre".
En Casa América se dieron cita otros disidentes cubanos en el exilio
como Antonio Guedes, presidente de AIL; Carlos Payá, hermano de Oswaldo,
el inspirador del "Proyecto Varela"; o el poeta y periodista, Raúl
Rivero. El también escritor y colaborador de ABC, Carlos Alberto
Montaner, disertó desde la tribuna sobre el devenir de la oposición
cubana. Montaner se mostró confiado en que finalmente "los
procedimientos democráticos, la vía pacífica y el concurso de las
grandes democracias que creen en la libertad" se impongan tras la muerte
de Fidel para alumbrar una Cuba libre. Un "muro" del comunismo que no cayó.
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