Posted on Mon, Jul. 24, 2006
Diplomáticos checos se vuelven pesadilla para Castro
PABLO BACHELET/The Miami Herald
WASHINGTON
Los diplomáticos checos solamente dicen que las dos antenas de radio de
30 pies que se observan sobre su embajada en el hermoso barrio de Rock
Creek Park se usan principalmente para comunicarse con Cuba.
Pero no es muy probable que sean para comunicarse con el gobierno cubano.
La República Checa, otrora servil miembro del bloque soviético, ahora es
uno de los peores verdugos foráneos de Fidel Castro, suministrándoles
respaldo material y moral a los disidentes y encabezando esfuerzos para
condenar el historial de derechos humanos del régimen de la isla en
organismos de la ONU, además de empujar a la reacia Unión Europea (UE) a
que adopte una postura más severa con Castro.
Con esos esfuerzos, la pequeña nación de 10 millones de habitantes ha
sido objeto de agrias condenas por parte del gobierno de Cuba, que
hostiga a los diplomáticos checos en La Habana, y de la gratitud de la
comunidad cubanoamericana.
''La República Checa está muy ligada a los esfuerzos de Estados Unidos
por adquirir respaldo multilateral para precipitar una transición a la
democracia en Cuba'', declaró la representante Ileana Ros-Lehtinen,
republicana por la Florida. ``Han mantenido sus principios a cada paso.
Gracias a Dios por la República Checa.
Ultimamente, la nación centroeuropea parece estarle dedicando más
recursos a la causa. Además de la antenas, que según se cree se usan
para enviar transmisiones a favor de la democracia a Cuba, la embajada
tiene un funcionario dedicado enteramente a asuntos de Cuba y está
distribuyendo literatura prodemocrática en la isla misma, según dice el
embajador checo Petr Kolar.
Kolar, de 44 años, que trabajó de portero de edificios en los años 80
después de haber sido expulsado de una universidad por negarse a
registrarse en el Partido Comunista, y que más recientemente fue
supervisor de una división de derechos humanos en la cancillería, indicó
que los checos se identifican con la oposición cubana.
''Después de la caída del comunismo, se convirtió en nuestro deber
ayudar a las personas de países donde hay regímenes autoritarios o
totalitarios'', declaró Kolar a The Miami Herald. ``Sabemos lo
importante que es recibir apoyo del exterior''.
Ese historial le aporta un carácter legítimo muy singular a los
esfuerzos de los checos hacia Cuba, además de demostrar lo que pudiera
ser más efectivo para socavar a un régimen comunista.
Para marcar el aniversario de la ola represiva contra la disidencia, un
grupo no gubernamental instaló una representación de una celda cubana en
la céntrica Plaza Wenceslas en marzo. El canciller Cyril Svoboda se puso
un uniforme a rayas y estuvo un breve rato en la prisión para subrayar
la situación de los disidentes.
Más recientemente, la supermodelo checa Helena Houdova fue a la isla y
tomó fotos de barrios indigentes en Cuba. La policía la tuvo detenida 11
horas, pero Houdova se las arregló para sacar la tarjeta de la memoria
fotográfica en su sostén. Las fotos fueron mostradas en una exhibición.
''Los vigilantes de la revolución se alteraron porque yo estuve tomando
fotos de algo que no les gusta'', comentó Houdova, quien ganó el título
de Miss República Checa en 1999.
Vaclav Havel, el ex dramaturgo que se convirtió en presidente checo
después de la caída del comunismo, ha continuado sus esfuerzos por
incrementar la condena internacional de Cuba después de dejar la
presidencia en el 2003.
Para protestar la persecución de disidentes el 2003 en Cuba, Havel fundó
el Comité Internacional Pro Democracia en Cuba, entre cuyos miembros
están la ex secretaria de estado de EEUU Madeleine Albright, el ex
presidente chileno Patricio Aylwin y el ex jefe del gobierno español
José María Aznar.
Havel también está asociado al grupo checo Personas Necesitadas, para
promover la democracia, que recibe respaldo de la cancillería y de
agrupaciones estadounidenses costeadas en parte por el gobierno. Desde
que se creó en 1992, el grupo ha proveído a los disidentes cubanos de
productos médicos y de oficina.
Los checos también está esforzándose por diseminar información entre los
cubanos, lo mismo que hace EEUU. Eso incluye literatura sobre la
transición checa a la democracia después de la llamada ''revolución de
terciopelo'', un movimiento pacífico de protestas callejeras que derribó
el comunismo en 1990, amplió Kolar.
''Desde esa perspectiva, nuestro país y otros de nuestra región son un
mensaje muy malo para Castro'', dice Kolar.
Los diplomáticos checos también han atacado en la ONU el historial de
derechos humanos del régimen cubano. En 1999, consiguieron que se
aprobara una condena a La Habana en la Comisión de Derechos Humanos de
la ONU, cuando EEUU no pudo lograr lo mismo el año anterior.
Poco después de haberse sumado a la Unión Europea en el 2004, los checos
derrotaron un esfuerzo por parte de España para prohibir que las
embajadas europeas inviten a disidentes a su celebraciones de fechas
nacionales.
Kolar afirmó que su gobierno también presionará a la Unión Europea para
crear instrumentos más efectivos de apoyo a la democracia en Cuba.
Castro calificó los funcionarios del gobierno checo como ''lacayos de
EEUU''. Un editorial del 9 de mayo en el periódico comunista Granma los
llamó ``títeres pagados por los círculos imperialistas de poder en
Estados Unidos y por la mafia terrorista anticubana de Miami''.
En el 2001, dos miembros del Parlamento checo, Ivan Pilip y Jan Bubenek,
pasaron 25 días en una cárcel cubana antes de ser expulsados. El año
pasado un senador checo y otros funcionarios de la UE fueron expulsados
después que trataron de asistir a una convención de disidentes.
Kolar indicó que los diplomáticos checos en La Habana están bajo
constante vigilancia. El agua y la electricidad de las oficinas de la
misión fueron suspendidos por varios días el mes pasado, una medida
similar a la tomada contra la misión diplomática de EEUU en la Habana.
Los funcionarios cubanos confiscaron las computadoras portátiles de los
checos y otros materiales destinados a grupos disidentes, explicó Kolar,
y en octubre prohibieron a la embajada checa que celebrara su fiesta
nacional en un hotel porque había disidentes invitados.
En abril, Cuba expulsó al diplomático Stanislav Kazécky, acusándolo de
espionaje.
Dan Erickson, un experto en Cuba del centro de estudios Inter-American
Dialogue en Washington, declaró que la política checa hacia Cuba puede
explicarse en parte por la propia historia del movimiento disidente del
país que exitosamente se opuso al comunismo.
''Cada país en Europa tiende a ver la experiencia cubana a través de sus
lentes históricos'', indicó Erikson.
Pero agregó que otros países, especialmente en Europa Occidental, no
comparten la pasión de los checos por lo que suceda en Cuba y la mayoría
considera erróneo el embargo norteamericano contra Cuba. Los checos no
condenan el embargo públicamente pero votan contra las sanciones en la ONU.
No obstante, los checos han hecho de Cuba ''un problema mucho más
contencioso'' dentro de la UE, señaló Erikson, haciendo más posible el
apoyo de la UE hacia los disidentes en la isla.
Kolar también sostuvo que una nación pequeña como la República Checa
(antiguamente Checoslovaquia), que fue anexada por la Alemania nazi en
1938 e invadida por las tropas soviéticas al terminar la II Guerra
Mundial, tiene que tener una política externa activa.
''Tenemos que estar activos en asuntos internacionales porque cuando no
lo hicimos, nos tragaron los grandes poderes'', afirmó Kolar.
http://www.miami.com/mld/elnuevo/15107624.htm
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