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Friday, June 23, 2006

Entrevista a Dagoberto Valdes Hernandez

Entrevista a Dagoberto Valdés Hernández

Por Roberto Santana Rodríguez

"La Iglesia en Cuba en estos 47 años y en los muy importantes años que
se nos avecinan, trascendentales, siempre ha tenido y tendrá en su boca,
a mi manera de ver, según Jesucristo, su fundador, esa frase, ¿En qué
puedo servirle? Así le dirá al estado, así le dirá también a la
oposición, a los cubanos de la Isla y a los cubanos de la diáspora, a
todos" Dagoberto Valdés Hernández.

Bitácora Cubana, 23 de junio de 2006 – La Habana

Dagoberto Valdés Hernández, de 51 años de edad, pinareño, cubano de
amplio rostro y sonrisa igualmente amplia y además sincera, nació en el
seno de una familia cristiana; parte de ella en la Iglesia Metodista y
parte en la Católica. Al cumplir los 10 años su padre le invitó a
decidir su camino, inclinándose el joven, por la gracia de Dios, dice,
hacia la Iglesia Católica. Dagoberto estudió la carrera de Ingeniería en
Agronomía, quería estudiar sociología pero, afirma que en aquellos
tiempos en Cuba los católicos sólo podían estudiar carreras técnicas, no
humanísticas.

Al graduarse, afirma, tampoco pudo ejercer como profesor universitario
como decía su boleta de ubicación por sus creencias religiosas y comenzó
a trabajar entonces en la Empresa del Tabaco de Pinar del Río, en el
Departamento Técnico, como especialista de mecanización hasta 1996, año
en que es trasladado a las "Yaguas", la brigada que recolecta los
tercios de tabaco hechos de yagua de palma en las vegas de los
campesinos porque como le dijeron estaba atendiendo actividades ajenas a
la Empresa. Dos años antes, en 1994 había surgido la Revista Vitral La
Libertad de la Luz, de la cual es director.

P: ¿Cómo interpretó este traslado de puesto de trabajo, de especialista
en mecanización a yagüero, siendo UD graduado universitario en Agronomía?

DVH: Fue un castigo que duró por 10 años y 1 mes hasta que la semana
pasada disolvieron las yaguas y fui reincorporado a la Empresa, ahora en
control de calidad. Fue la reacción ante el contenido y mensaje de
Vitral. Aunque estos fueron los mejores años de mi vida, sin trabajo no
hay país, hay que aportar a la sociedad. Tuve la magnífica oportunidad
de sacrificarme por la obra que estaba rea1izando, además de poder
relacionarme con el pueblo, los campesinos, los guajiros, esa gente
sencilla, noble y humilde que tiene más sabiduría que cualquiera que
haya ido a la Universidad y que vive de forma más consecuente con su
forma de pensar. Todo lo que he escrito, reflexionado o enseñado viene
de esa fuente. Como cristiano tuve algo que ofrecer a Dios en
sacrificio, creemos que eso vale, el que se sacrifica se pega a la cruz
que es siempre fecunda, florece en obras de resurrección. No hay mal que
por bien no venga.

P: ¿Por qué el nombre de Vitral para la publicación que dirige?

DVH: Queríamos que fuera una revista cubana, en la mayoría de las
casonas coloniales sobre el medio punta de puertas y ventanas se ponían
cristales de diferentes colores para dar claridad y matizar el brillante
sol del trópico. Entonces dijimos, que sea un vitral cubano, con varios
colores, plural, que la revista sea como una ventana, que a través de
ella pasara la luz que cada cubano tiene dentro demostrando que no
importa que el sol, la luz, sean uno porque siempre será recibido al
interior de nuestros hogares, de nuestra conciencia, de nuestro corazón,
con los diferentes matices de las diferentes ideologías, formas de
pensar y de creer. Le pusimos un lema, La Libertad de la Luz, que es
compartida, libre. Vitral quiere dar un espacio de libertad a la luz que
cada cubano lleva dentro y no la luz de la libertad porque otras
publicaciones o personas pudieran pensar que se encuentran en tinieblas,
no, todos tenemos luz y tinieblas.

P: ¿Es Vitral una alternativa al periodismo oficial cubano?, ¿Es Vitral
una revista de la oposición?

DVH: No es esa su intención, es una alternativa para todos, no sólo para
el oficialismo, también es para los que no son oficiales o se oponen o
critican y también para los que son indiferentes y también para aquellos
que no tienen nada que ver con la oficialidad ni con la oposición que
son extranjeros que quieren saber más de Cuba. Una alternativa no es
contra nada, no se presenta en la confrontación sino en la dinámica del
diálogo entre todos los hombres y mujeres que leen estas páginas. Vitral
no es una revista de la oposición, así como no es una revista del
estado, es una revista de la Iglesia Católica, de la Diócesis de Pinar
del Río y más especialmente es la publicación del CFCR (Centro de
Formación Cívico y Religioso). No se opone a nadie, solamente a todo lo
que vaya contra la dignidad humana.

P: ¿En estos 12 años de fundada Vitral, hábleme de aciertos,
desaciertos, inconformidades y propósitos para el futuro?

DVH: Aciertos, el mas grande, que en estos 12 años un grupo de personas,
creyentes o no, de Cuba y de la diáspora, políticos o no han tenido la
oportunidad de expresarse a través de este medio con la única limitación
de que se respete a las personas y no se ofenda a nadie. Desaciertos; Lo
imperfecta de esta ventana, que ha sido un ventanuco, en comparación con
la calidad de los colaboradores. Hubiéramos querido hacerlo mejor, con
una imprenta donde salieran mejor las cosas, con más calidad y seriedad
en su confección, sin los errores ortográficos y de diseño que tuvo
desde el principio y que todavía tiene. Inconformidades, estamos
inconformes con nosotros mismos, casi ninguno de nosotros es periodista
de título. Una gran inconformidad es no haber podido llegar a más
personas, no haber podido explicar mejor cuáles eran nuestros objetivos
con la revista, si alguien nos ha criticado debe ser porque no fuimos
capaces de trasmitir el mensaje. A un pueblo inteligente como el cubano
no hay que decirle lo que debe pensar o hacer, hay que proponerle la
verdad, las obras buenas y que cada cual tenga su propia iniciativa. El
futuro en Cuba como en todo el mundo es incierto, no quisiera hablar del
futuro porque tengo miedo de equivocarme y equivocarse es de humano,
pero sí quiero hablar de propósitos y a los 12 años lo ponemos bien
claro, abrirnos todavía más a otras opiniones diversas, algo que fue
nuestro gran sueño desde el principio, que Vitral fuera una revista
donde pudieran publicar todos los hombres y mujeres de buena voluntad
independientemente de cualquier opinión política, queremos darle un
espacio a las personas que nos critican para que desde aquí mismo lo
hagan".

P: ¿Qué papel ha jugado Vitral para el pueblo de Cuba?

DVH: Muy interesante la pregunta, pero pienso que sería mejor
convertirla en una encuesta y preguntarle a los suscriptores de Vitral.

P: UD también dirige el Centro de Formación Cívico y Religiosa, hábleme
sobre su surgimiento, objetivos y metas del mismo.

DVH: Se ha conocido más a Vitral que el Centro de Formación Cívica y
Religiosa y en realidad fue este último quien surgió primero en el año
1993 y surgió en el seno de esta iglesia pinareña luego que los obispos
cubanos hicieron una especie de diagnóstico sobre la realidad cubana de
los 80 y 90 que arrojó que el pueblo cubano tenía muchas virtudes,
potencialidades pero también se podía caracterizar con 3 adjetivos, un
pueblo despersonalizado, desarraigado y desalentado, estas tres cosas
negativas porque; el primero, el colectivismo había hecho que nos
acostumbráramos al paternalismo, a que nos dijeran qué debíamos hacer,
tener o pensar; desarraigado porque se notaba que mucha gente quiere más
lo de fuera que lo de aquí y desalentado por falta de proyectos de vida.
Entonces ante el llamado de los obispos un grupo de laicos dijimos,
vamos a tener 15 minutos para quejamos y 45 para buscar soluciones. Se
creó el Centro, el padre Varela había hecho un diagnóstico similar en el
siglo XIX que lo decidió a enseñar a pensar con cabeza propia y a
enseñar las virtudes cívicas en la cátedra de Derecho Constitucional del
Seminario San Carlos, dijimos como Varela, sembrar virtud, patria,
civismo y así surgió el centro, para que las personas recuperen su
soberanía personal, se reconstruyan. Para ello hay una serie de cursos
por encuentros una vez a 1a semana que se dan en nuestras iglesias y
casas de misión y se llaman entre otros, Somos Personas, Vivimos en
Sociedad, Dinámica de Grupo, Aprendamos Economía, Cívica para recuperar
los valores, Educación para la Libertad, Curso para pequeños empresarios
y Derechos Humanos, todos iluminados por la doctrina social de la
Iglesia. Es un curso para todos, no imponemos a nadie los dogmas católicos.

P: ¿Cómo ponen en práctica los estudiantes los conocimientos adquiridos,
por ejemplo, el curso para pequeños empresarios, dado el diseño del
sistema imperante en Cuba que tiende a dificultarlo o impedirlo?

DVH: Esta es la pregunta con la que termina cada encuentro, ¿Qué
aplicación práctica puede tener lo aprendido?, ¿De qué manera? Pero no
se lo decimos nosotros a las personas porque caeríamos en lo mismo que
criticamos. Nosotros les presentamos un mensaje, les proponemos unas
actitudes cívicas, virtudes sociales y les decimos que el mundo del
trabajo tiene este sentido, los derechos humanos surgen inherentes a la
persona y son universalmente reconocidos y ésta es la manera de
organizar un sindicato, un gremio profesional, un partido político y en
que se diferencia un partido político de una obra de la sociedad civil
que no es sólo los partidos políticos sino todas aquellas organizaciones
que no pertenecen al estado y eso increíblemente hay muchos cubanos que
no lo saben. Se necesita aprender a ser ciudadano y a saber ejercer los
derechos. Las personas pueden adoptar dos actitudes, 1. Choco con la
realidad y la encuentro muy distinta y me desanimo y 2. La ilusión que
da tener parte de la verdad en mis manos me da deseos de servir y
entonces no me desanimo, sino que comienzo a creer en la fuerza de lo
pequeño, no puedo cambiar todo de una vez pero puedo cambiar una pequeña
zona. Una de las grandes falacias de la actual realidad cubana es que la
gente cree que hay que cambiarlo todo al mismo tiempo y con todo a la
vez. Ni hay que cambiarlo todo, porque existen cosas buenas como la
solidaridad de la gente, eso no hay que cambiarlo, hay que potenciarlo,
ni de una vez porque cuando algo así ha ocurrido en la historia ha
fracasado porque la mentalidad y la conciencia del ser humano va mucho
más lenta que los cambios bruscos ni con todo, no con todos y para el
bien de todos que es otra cosa. Es la convocatoria a la nación.

Este hombre sencillo no logra percibir que es una personalidad en el
ámbito nacional cubano. Aquí precisamente radica su principal mérito, se
siente un cubano más, un cubano de a pie que ha decidido permanecer por
siempre, contra viento y marea, en su querida Isla, aportando y
contribuyendo con su valioso y múltiple talento.

Para nada le han envanecido o engrandecido, sino más bien le hacen ser
cada vez más sencillo, los 4 encuentros que sostuvo con el fallecido
Papa Juan Pablo II y con otros líderes del Vaticano, su recientemente
terminado mandato en el Pontificado Consejo Justicia y Paz, entre otras
responsabilidades y cargos, los 3 premios que ha recibido, dos
internacionales: el "Príncipe Claus para la cultura y el desarrollo" a
nombre de Vitral, la revista que dirige y el "Jan Karski al valor y la
compasión", este a título personal, así como el no menos importante
"Cubaneo", otorgado por el renombrado pintor pinareño Pedro Pablo Oliva.

Al contrario, recibir lauros para Valdés Hernández es recibir a través
de su persona la solidaridad de las personas en el mundo para Cuba, su
patria. La única explicación que ha encontrado Dagoberto del por qué de
los premios recibidos al observar su pobreza, como afirma, es que los ha
recibido en nombre de todos los cubanos y las cubanas. Por todo esto y
tal vez por más cuenta con un bien muy preciado, el respeto y la
admiración de su pueblo, de todos los que le rodean a diario y de cuanta
persona ha tenido el privilegio de conocerlo personalmente.

P: ¿Sigue trabajando Vitral?

DVH: Sigue trabajando mientras la Iglesia en Pinar del Río la sostenga,
la anime y mientras creamos que estamos dando un servicio. El día que
creamos que ya no servimos, 'El que no vive para servir no sirve para
vivir', entonces, sin estridencias, como mismo surgió Vitral, se
apagará, pero siempre para dar paso a lo que consideraremos nuestra
mejor continuidad, que es que haya muchos espacios mejores que Vitral
que sean su herencia. Ese día cerramos la última página y dormimos
tranquilos y decimos, 'Ya hemos llegado'.

P: ¿Vitral y el CFCR como proyectos pertenecientes a la incipiente
sociedad civil cubana han recibido apoyo, solidaridad, aliento de ONG
cubanas y extranjeras así como de sedes diplomáticas acreditadas en la Isla?

DVH: Hemos recibido aliento, ahora el apoyo fundamental y el respaldo
efectivo ha sido de la Iglesia Católica, del Obispado y la Diócesis de
Pinar del Río, de los sacerdotes, las monjas y laicos de aquí.
Evidentemente siempre hay personas e instituciones y gente sencilla del
pueblo que se acercan y nos dicen, Animo, Adelante, ha habido yagüeros y
diplomáticos, militantes y personas sin ningún interés político,
creyentes y no creyentes, católicos y protestantes que nos han alentado
como hay también de esas personas que se han acercado a criticarnos y
otros que no se acercan y critican desde la distancia. Ambos grupos de
personas nos han ayudado muchísimo porque creemos que la crítica alienta
y purifica, es necesaria en la sociedad, evidentemente una crítica bien
intencionada, con criterios, bueno, bienvenida sea.

P: ¿Guillermo Fariñas Hernández, ¿Qué palabras vienen a su mente al
escuchar este nombre?

DVH: Viene a mi mente la palabra convicción, la palabra coherencia con
los principios que se sustentan. Es un hombre que está ofreciendo su
vida por sus ideales. Como cristiano le pediría que abandonara la huelga
de hambre y no se infligiera más daño a sí mismo y lo haría de manera
cordial y fraterna con muchísimo respeto porque necesitamos hombres y
mujeres así que trabajen por Cuba, por su reconstrucción, por el
desarrollo de este país, son más útiles vivos y actuantes. Recordemos a
Gandhi, el estuvo varias veces en huelga de hambre por su país, la
India, pero llegó un momento en que su gente le dijo Mahatma su vida
peligra, lo necesitamos vivo y actuando y el declinó y eso no le quitó
absolutamente nada de su grandeza como no le quitaría nada a la grandeza
de Fariñas si dejara esa manera de luchar y se acercara a otra manera de
lucha.

P: ¿Qué papel piensa, jugaría la Iglesia cubana en los cambios que se
avecinan en Cuba, ya sea transición o sucesión?

DVH: La Iglesia tiene una misión bien definida. Ella es madre y maestra
de todos los hombres y mujeres y es al mismo tiempo sacramento universal
de salvación. La Iglesia en todos los países del mundo ha jugado siempre
un papel de espacio como en el que todos pueden encontrar un motivo para
seguir esperando, trabajando y construyendo para cambiar. La Iglesia
tiene una función iluminadora es como quien abre ventanas y puertas en
la casa común que es la casa Cuba y ella es una puerta, una ventana por
las que entran y salen la luz y el aire. Otra función de la Iglesia ha
sido siempre la de mediadora, facilitando el diálogo, la comprensión, la
confraternidad y el entendimiento entre las partes, mediadora no
significa estar en la cerca, significa estar del lado de la verdad, de
la justicia y de la libertad, no creemos que un grupo de personas tienen
toda la verdad, la libertad y la luz y otro grupo de personas está en
las sombras. Creemos que en el corazón de cada uno hay una dosis de
verdad y una parte de mentira, una dosis de libertad y una parte de
esclavitud y dosis de luz y una parte de oscuridad, una de virtud y otra
de pecado. La Iglesia tiene la función de sacar lo mejor del hombre y
así sucedió en Europa del Este.

P: ¿Qué semejanzas o diferencias en el papel de la Iglesia en los
cambios entre lo ocurrido en los antiguos países socialistas de Europa
del Este y lo que pudiera ocurrir en Cuba?

DVH: Evidentemente en Cuba habrá muchas diferencias. Cuba tiene un alma
cristiana, tiene un alma católica en sus raíces, pero tiene su propia
historia y características. Cuba no es Turquía, ni cualquier otro país.
¿Cómo será eso?, ¿Cuál será el papel de la Iglesia?, Pues como los
cubanos lo decidamos porque ella tampoco es para imponer su aporte. La
Iglesia no es la que dice esta transición debe ser así o este papel en
la transición como fue en otros países va a ser de la misma manera aquí.
La Iglesia estará siempre para servir diciendo a todos, ¿Qué necesita?,
¿En qué puedo servirle? La Iglesia en Cuba en estos 47 años y en los muy
importantes años que se nos avecinan, trascendentales, siempre ha tenido
y tendrá en su boca a mi manera de ver según Jesucristo, su fundador,
esa frase, ¿En qué puedo servirle? Así le dirá al estado, así le dirá
también a la oposición, a los cubanos de la Isla y a los cubanos de la
diáspora, a todos. A unos facilitando alimento espiritual, a otros
alimentos o medicinas o cualquiera de esas obras de misericordia y a
todos brindando esa especie de atmósfera, de clima, de espacio, donde
cada ser humano pueda sentirse él personalmente, libre.

Hay que aprender primero a usar la libertad, a ser libre, para después
conquistar las libertades porque una de las lecciones de lo ocurrido en
Europa del Este es que los cambios no traen automáticamente el ejercicio
de una libertad responsable. La libertad responsable sale de la
formación de la persona humana no del cambio político, el cambio
político es un evento sociológico exterior, pero si las personas que
participan, ya sean beneficiadas o perjudicadas por los cambios, no son
ciudadanos libres y responsables desde dentro entonces vienen las
mafias, la desidia, la falta de voluntad, el abstencionismo. Resulta que
ahora la gente pide elecciones pero cuando hay libertad para ello la
gente se va ese fin de semana para la playa, Ah, desde ahora hace falta
preparar al ciudadano para que aprenda que esos son sus derechos y
libertades los que van a estar huecos, vados si no salen del interior de
la persona humana y esa es la misión de la Iglesia.

P: ¿Como se ve Dagoberto Valdés Hernández en la Cuba del futuro?

DVH: Como mismo me veo ahora, para mí el futuro es el presente que
viviré mañana y lo que estoy haciendo ahora si sirve lo seguiré haciendo
en el futuro y si no sirve buscaré un lugar donde servir mejor a mi
patria y a mi Iglesia. Así me veo como un servidor cívico, como un
hombre que va a permanecer. La única seguridad que tengo con la gracia y
la ayuda de Dios es verme aquí, en Cuba, en esta isla preciosa que tiene
todas las posibilidades para ser una nación próspera, feliz, abierta,
solidaria con el mundo con puentes con todas las regiones, con todos los
países del mundo y me veo aquí, me veo aquí y le pido a Dios
verdaderamente que me de las fuerzas para servir, para enraizarme más
aquí, con las manos más disponibles para hacer cosas dignas que mi
patria me pida y que la Iglesia me pida, para al final terminar cuando
llegue el último momento con aquella frase del Evangelio que siempre
tengo muy presente, 'Siervos, si servidores, inútiles hemos sido, sólo
hemos hecho lo que teníamos que hacer" y esa es y será la mayor
felicidad para mí en el futuro.

P: Muchas Gracias.

http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=2315

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