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Tuesday, November 22, 2005

Una hora de diferencia y mas

POLITICA
Una hora de diferencia y más

Juan González Febles

LA HABANA, Cuba - Noviembre (www.cubanet.org) - En Cuba se vive diferente. La diferencia siempre está marcada por la necesidad del estado. Esta perjudica en todos los casos a la mayoría. La incompetencia del estado para resolver el problema de la electricidad mantiene un horario incómodo e inadecuado del todo.

Las necesidades dictatoriales de ese mismo estado marcan otra enojosa diferencia entre Cuba y el resto del mundo libre y civilizado. Los cubanos no podemos disfrutar de los derechos que disfrutan los europeos y los americanos, tanto los del sur como los del norte.

Marcamos la diferencia para lo peor. Carecemos de lo elemental, pero tenemos las mejores fuerzas armadas. También se dispone de un impresionante aparato de espionaje y contra espionaje. Nada de esto proporciona bienestar al ciudadano. Es sólo lo que necesita el estado para sobrevivir.

Una minoría disfruta lo mejor de la vida. Se coloca a distancia astronómica del resto de la población. Forma parte de su discurso afirmar que no alcanza para todos. También afirman que vivimos en la mejor forma posible. A diferencia del resto del mundo que dialoga y hace referéndums, ellos prefieren la comodidad del monólogo inmovilista.

Para ello, se escudan en algo que llaman "soberanía nacional". De acuerdo con la práctica doméstica, tal categoría se enmarca en el terreno de lo tenebroso. Para los franceses o los alemanes, quizás el término se remita a la protección de un espacio nacional. Un espacio que les protege en su legitimidad de grupo humano.

Para los cubanos sólo significa la imposibilidad de sacarnos de encima un gobierno incompetente y cruel. Esto marca otra diferencia.

Aunque Cuba es un pequeño país subdesarrollado, quizá sea el país que más gasta en el confort y la seguridad de su jefe de estado. Un periodista oficialista expresó aproximadamente, que su mérito mayor -el del jefe de estado- consistía en permanecer con vida.

El colega hacía referencia a más de 600 alegados atentados al Comandante. La cifra me hace remitirme a aquellos famosos 20 mil muertos, que supuestamente habrían perecido durante la breve lucha contra la dictablanda del General Batista. Esperemos que la amabilidad del tiempo reduzca esos supuestos atentados a una cifra más razonable. Seis o siete, estaría bien.

Sin discrepar con el colega, sería excelente sumar a ese mérito indiscutido el de hacer coincidir con una frecuencia mayor las promesas hechas con su cumplimiento.

Quizás esto hiciera menos oneroso pasar por las privaciones que se pasa a diario, en el conocimiento -mientras se está a oscuras y mal alimentado- de que mover a nuestro Comandante, por ejemplo, equivale a mover un pequeño ejército de miles de hombres: médicos, guardaespaldas, choferes, cocineros, policías, espías.

Esto marca otra diferencia. Casi ningún país gasta tanto, teniendo tan poco.

Para concluir, otra edificante diferencia que habla por si sola del amor y la paciencia de los cubanos. Mantener a un equipo de perdedores y fracasados por más de 46 años al frente de los destinos del país, es más de lo razonable. En ese lapso de tiempo, en otros lugares a lo largo y ancho del mundo, se ha cambiado de presidente o de jefe de estado, como mínimo unas cinco, seis o siete veces.

Decididamente, Cuba vive -en relación con el mundo- con una hora de diferencia y mucho más.

http://www.cubanet.org/CNews/y05/nov05/22a6.htm

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