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Tuesday, May 03, 2016

Sin ganas de enderezar la historia

Sin ganas de enderezar la historia
La maquinaria del poder puede dormir tranquila. El VII Congreso de
historiadores ha reafirmado la confrontación con el "enemigo"
martes, mayo 3, 2016 | Orlando Freire Santana

Roberto Pérez Rivero, Presidente de la Unión Nacional de Historiadores
de Cuba (UNHIC), inaugura el XXII Congreso Nacional de Historia (foto:
eichikawa.blogspot.com)

LA HABANA, Cuba.- En la sesión de apertura del recién finalizado XXII
Congreso de la Unión de Historiadores de Cuba, celebrado en la ciudad de
Holguín, el presidente de la organización, Roberto Pérez Rivero,
insistió en "fortalecer los conocimientos sobre la historia nacional con
el propósito de enfrentar la subversión política y todas las formas de
guerra cultural que se nos hace".

En efecto, cuando el presidente Barack Obama llama a olvidar la historia
como una forma de cicatrizar las heridas del pasado e iniciar una nueva
relación, las autoridades cubanas retoman la historia para mantener vivo
el diferendo con Estados Unidos.

El evento sesionó en cuatro comisiones. Una trató sobre las
civilizaciones aborígenes en Cuba y América Latina, otra acerca de los
movimientos de liberación nacional en Latinoamérica durante el siglo
XIX, y las dos últimas abordaron la relación entre Cuba y Estados
Unidos, así como la figura histórica de Fidel Castro.

Por supuesto, la comisión que analizó los vínculos de Cuba con su vecino
del norte no ponderó los lazos de amistad que unieron a nuestros
pueblos, representados por la sangre norteamericana vertida en nuestros
campos de batalla contra el colonialismo español. Los asistentes al
Congreso prefirieron enfocar los debates en las "agresiones del
imperialismo yanqui" contra la nación cubana.

La clausura de este XXII Congreso tuvo lugar en la localidad de Birán,
donde se localiza la finca en que nacieron los hermanos Castro. Allí se
emitió una declaración que llama a evitar la "fractura
intergeneracional" entre los componentes de la sociedad cubana. Es
decir, impedir que las nuevas generaciones adopten un punto de vista
diferente a la gerontocracia que hoy detenta el poder.

Para lograr semejante propósito los gobernantes de la isla cuentan con
un mecanismo ideal: la enseñanza de la historia a las nuevas
generaciones. Y, claro está, no será un recuento más o menos objetivo
del devenir histórico. Estaremos en presencia de una interpretación del
pasado de acuerdo con los intereses de un presente parcializado. Esa
manera de enseñar la historia fue también exaltada por los presentes en
la finca de Birán.

Comoquiera que la enseñanza va a continuar siendo coto exclusivo de los
dirigentes cubanos, tal y como lo confirmó una reciente reunión de
educadores con vistas a preparar el curso escolar 2016-2017, la
maquinaria del poder puede dormir tranquila. No habrá otra visión de la
historia que se les trasmita a los niños y jóvenes.

A propósito, esa imposibilidad de que los padres cubanos escojan el tipo
de educación que desean para sus hijos resulta terrible para muchos. Un
vecino de mi edificio lo resume de esta manera: "Óigame, no es fácil que
uno sea contrario a este sistema político, y tener que aguantar que los
hijos lleguen a la casa repitiendo una frasecita que les enseñaron en la
escuela: ¡Pioneros por el comunismo, seremos como el Che!"…

Source: Sin ganas de enderezar la historia | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/la-historia-torcida-como-escudo/

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