Una amenaza cumplida
[30-10-2015 22:28:59]
Vladimir Turró Paez
Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- La Habana. Aún no habían pasado
veinticuatro horas de que la policía política advirtiera a mi esposa de
que me propinarían una golpiza por haber participado en la protesta
llevada a cabo el día 22 de octubre frente a la sede de la Fiscalía
General de la República, y ya se cumplía la amenaza en las manos del
oficial Camilo y su compinche Herminio.
Característico de pandilleros cobardes, se arrojaron violentamente sobre
mí en las afueras del Centro comercial 5ta y 42 en el municipio Playa,
la tarde del día 23, y mientras uno me esposaba, el otro me aplicaba una
llave de estrangulamiento, llevándome al borde del desmayo, repitiéndome
una y otra vez: "tú no vas a gritar más en ninguna institución".
"Dale por el brazo malo" eran las indicaciones dadas por Camilo a
Herminio, refiriéndose a mi brazo izquierdo, el cual presenta un
desgarramiento muscular causado por una de esas golpizas que el mismo me
habría propinado en el pasado.
Todo parece indicar que no quedaban complacidos, a pesar, de mis gritos
de dolor, por lo que comenzaron a darme fuertes golpes en el área de la
columna vertebral, hasta que se cansaron.
Muchas personas presenciaban el espectáculo de horror, pero nadie
opinaba, quizás, temían correr la misma suerte. Ante la gran acumulación
de espectadores, me sacaron corriendo del lugar y me lanzaron como si
fuera un saco de papas en un auto lada color verde con matrícula
particular, luego se me sentaron encima y me jorobaron los pies hacia
adentro, a punto de partirlos, para cerrar la puerta trasera.
En cuestiones de minutos, llegamos a la unidad policial del propio
municipio donde, después de despojarme de todas mis pertenencias, me
tiraron en uno de sus calabozos.
En la madrugada del día 24, me trasladaron a la unidad de la policía del
municipio Lisa, donde permanecí, junto a otros activistas participantes
en la marcha, hasta que amaneció, siendo todos llevados hacia la unidad
de la policía de Alta Habana, donde fuimos instruidos por desorden
público y tirados en una oficina abandonada con condiciones higiénicas
extremadamente malas.
Al día siguiente, en el horario de la tarde, nos llevaron para la unidad
de Boyeros, permaneciendo allí hasta el día 26 en la tarde, donde luego
de ser multado con 1500 pesos por manifestarnos ilegalmente, fuimos
liberados.
Source: Una amenaza cumplida - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5633e11b3a682e0124fc017f#.VjS4jvmrTjY
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