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Thursday, April 30, 2015

Con Obama o con la libertad de Cuba

Con Obama o con la libertad de Cuba
abril 30, 2015 1:59 am·

Cuba actualidad, Miami, USA, (PD) Empiezo por confesar que no he leído
ni he escuchado las intervenciones ante la VII Cumbre Iberoamericana de
Panamá de Raúl Castro o de Barack Obama. No estoy dispuesto a perder mi
tiempo escuchando los rebuznos de un tirano analfabeto ni las diatribas
de un mentiroso sin pudor ni vergüenza. Sabía lo que dirían en sus
intentos por esconder sus verdaderos objetivos porque llevo unos cuantos
años siguiendo las zigzagueantes trayectorias de estos dos miserables.

Admito, sin embargo que, aún para quienes esperamos las peores vilezas y
las mayores cobardías de Barack Obama, su encuentro con el tirano de
Cuba en Panamá constituyó un espectáculo traumático. El presidente de
una democracia de 239 años sin la mancha de un solo golpe de estado
estrechando la mano ensangrentada de un tirano que tomó el poder por la
fuerza y lo mantiene por el terror desde hace 56 años. ¿Qué se estarán
diciendo Jefferson y Martí en la gloria de los forjadores de patrias
sobre este par de candidatos a ese infierno que tiene que estar
reservado para los opresores y destructores de pueblos? Porque si Raúl
es el tirano más longevo de América, Obama ha sido el presidente que más
daño ha hecho a los Estados Unidos en los últimos cincuenta años.

Quiero, por otra parte, dejar bien claro que este no es un artículo
sobre Obama o Castro porque ya mis lectores saben mi pensamiento sobre
estos dos sujetos despreciables. En esta ocasión concentraré mi atención
sobre los cubanos que, ya sea en forma abierta o solapada, por
ignorancia o por maldad y en diferentes formas, hacen causa común con la
política demagógica de Obama y la tiranía despiadada de los diablos de
Birán.

En primer lugar están los cubanos que han optado por ser más militantes
del Partido Demócrata que defensores de la libertad de Cuba y que, como
centenares de miles de judíos, apoyan a Obama aún cuando éste actúe
contra los intereses de sus respectivos pueblos. Estos cubanos son los
mismos que lo han invitado a actos multitudinarios de sus organizaciones
y le han abierto sus residencias particulares para recaudar fondos de
campaña electoral de manera pública.

Entre los solapados se encuentran aquellos que donan fondos para esas
campañas políticas demócratas pero prefieren el anonimato a los efectos
de preservar opciones de desplazarse hacia cualquier otro bando que
pueda resultar triunfador en el futuro. Son la gente despreciable de la
cerca, de la maldad y de la relatividad moral. Hoy le llenan las arcas
al aliado del tirano y mañana convocan una marcha en la Calle Ocho para
apoyar a las Damas de Blanco. Mis lectores saben a quienes me refiero.
Omito sus nombres para no darles la notoriedad que no merecen.

Entre quienes apoyan a Obama por ignorancia se encuentran esas huestes
de cubanos que han llegado a territorio norteamericano en los últimos 25
años. Son los hijos infortunados de una revolución que borró todo rastro
de un pasado que, aunque imperfecto, ofrecía al ciudadano oportunidades
de superación sin dependencia del estado y por medio de su esfuerzo
personal. Sobre la página blanca de esas mentes infantiles la tiranía
derramó además todo su veneno contra Dios, patria y familia. ¡Ah y el
odio acérrimo del tirano mayor a todo lo norteamericano!

Estos jóvenes no salen de Cuba en busca de una libertad que no conocen
sino para satisfacer sus necesidades más básicas de alimentos,
vestimentas y "pachanga". Se acogen a los beneficios de exiliados
cubanos y a los 13 meses regresan a Cuba haciendo ostentación de sus
recién encontradas "riquezas". Y lo peor es que, a pesar de ser víctimas
de la tiranía, actúan como una quinta columna de los Castro en este
exilio. Con su ignorancia de la democracia y el odio que les han
sembrado al capitalismo han dividido profundamente lo poco que va
quedando de la generación heroica que vino en los primeros 20 años,
renunció a todo y salió de Cuba en busca de libertad para vivir, actuar
y construir.

Considero importante respaldar con datos fidedignos, no con las
estadísticas tendenciosas del sobre alimentado Sergio Bendixen, mis
juicios sobre estos recién llegados que han cambiado la composición
demográfica y electoral de los cubanos en los Estados Unidos. Hace 25
años el Partido Demócrata jamás habría logrado un apoyo sustancial del
exilio cubano en el sur de la Florida. La traición de Kennedy en Bahía
de Cochinos era una cuenta pendiente que los cubanos le pasábamos al
Partido Demócrata en todas las elecciones. Hoy sigue siendo una herida
profunda pero sólo para quienes fuimos actores o testigos de aquellos
infortunados tiempos. Lamentablemente, cada día quedamos menos.

Pero vayamos a los datos prometidos. En las elecciones presidenciales de
2014 ocurrió lo inconcebible. Según una encuesta de un periódico tan
conservador como The Wall Street Journal por lo menos el 50 por ciento
de los electores cubanos del sur de la Florida votó por Barack Obama
para presidente. Un aumento gigantesco de 15 puntos porcentuales por
encima del 35 por ciento que apoyó a Obama durante las elecciones de
2008. Por primera vez en muchos años un candidato presidencial demócrata
ganaba las elecciones en el Condado de Miami-Dade . Lo que no habría
podido un Kennedy resucitado lo logró Barack Obama: el apoyo electoral
de una proporción considerable de los cubano americanos y la casi
adoración de la mayoría de los cubanos en la Isla.

La explicación es simple. El poder político tradicional de la comunidad
cubana en el exilio ha sido erosionado por el voto de unos recién
llegados forjados en la fragua de la dependencia del estado e incapaces
de sacar provecho al bien de la libertad para superarse por sí mismos.
El triunfo del fanatismo sobre los principios, de la dependencia sobre
la independencia, de la obediencia ciega sobre la rebeldía emancipadora.
Fórmula para crear esclavos y preservar demagogos y tiranos.

La reacción de los cubanos dentro de la Isla es totalmente comprensible
y todavía más simple de analizar. Millones de seres humanos privados de
todo tipo de libertades, de dignidad para ganarse el pan con su propio
esfuerzo, de esperanzas de superación personal y sin otra alternativa
que abandonar su patria para mejorar sus condiciones de vida se aferran
a cualquier rayo de luz que ilumine la noche de la tiranía.

Por otra parte, esas encuestas fantasmagóricas que publica el Canal 23
sobre el apoyo multitudinario del cubano de a pie al acuerdo
Obama-Castro no tienen la menor base científica. ¿Cuáles de quienes leen
estas líneas se atreverían a criticar medidas de un gobierno que puede
mañana mandarlos a la cárcel o por lo menos condenarlo al hambre? No son
otra cosa que un cuento de caminos creado para ocultar las verdaderas
intenciones de mercaderes que, con tal de medrar, no tienen el menor
escrúpulo en colaborar con los opresores de nuestro pueblo. Esos mismos
cubanos dentro de la Isla que dicen respaldar este acuerdo serían los
primeros en arrastrar a los tiranos y a sus apandillados en el mismo
instante en que cayera la tiranía. No sería la primera vez que esto
pasara en la historia de Cuba.

Cierro con una apelación a mis compatriotas cubanos, tanto demócratas
como republicanos, los que apoyan a Obama como quienes nos le oponemos:
tengamos la honestidad y la vergüenza de no mezclar la lucha por la
libertad de Cuba con nuestras militancias o preferencias políticas en
los Estados Unidos. La patria es sagrada y nos necesita a todos. Su
libertad no puede ser amenazada por la promoción de intereses personales
o el apoyo a cualquier político o a cualquier partido. La política de
Obama prolonga la vida de la tiranía. Llegó la hora de las definiciones:
con Obama o con la libertad de Cuba.

Para Cuba actualidad: http://twitter.com/@AlfredoCepero
*Director de www.lanuevanacion.com
Tomado de: www.lanuevanacion.com

Source: Con Obama o con la libertad de Cuba | Primavera Digital -
http://primaveradigital.net/con-obama-o-con-la-libertad-de-cuba/

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