Intelectuales y Dictadores
[25-04-2014 16:17:47]
Pedro Corzo
Escritor, Periodista y Editor
(www.miscelaneasdecuba.net).- ¿Cuáles son los derechos de los escritores
y de los artistas revolucionarios o no revolucionarios? Dentro de la
Revolución: todo; contra la Revolución: ningún derecho. Fidel Castro.
La muerte del Nobel de literatura Gabriel García Márquez, sitúa una vez
más el tema de la fascinación que padecen algunos intelectuales ante el
poder político, en particular, cuando este está representado por un
dictador que encarna ideas extremistas.
García Márquez fue un adorador de Fidel Castro. Nunca puso reparo a los
abusos de su gobierno. A pesar de su indiscutible talento, fue
absolutamente insensible a la situación de los derechos humanos en Cuba.
La isla era para el laureado escritor un centro de veraneo. Disfrutó de
riquezas extremas en medio de la crónica pobreza material y espiritual
que impuso el totalitarismo castrista en Cuba.
Muchos escritores, pintores, creadores en general fueron cautivados por
el proceso insurreccional y posterior triunfo de ese proceso. Confiaron
que se iniciaba en Cuba, con posibilidades de extenderse al resto del
hemisferio, un proceso de justicia social con libertad.
Los abusos y fracasos acabaron con el encantamiento de muchos de esos
intelectuales. Se decepcionaron del proceso y de su conductor, pero ese
no fue el caso de Gabriel García Márquez, quien según pasaba el tiempo y
Fidel Castro sumaba muertes y violaciones a los derechos humanos, la
amistad y la admiración entre ambos se profundizaba.
Algo similar ocurrió con los muchos intelectuales que adoraron a José
Stalin.
Por ejemplo Rafael Alberti, escribió cuando murió el dictador soviético,
"Padre y maestro y camarada: quiero llorar, quiero cantar. Que el agua
clara me ilumine, que tu alma clara me ilumine en esta noche en que te
vas". Pablo Neruda no se quedó corto y manifesto, "Stalin es el
mediodía, la madurez del hombre y de los pueblos...Stalin alza, limpia,
construye, fortifica, preserva, mira, protege, alimenta". Nicolás
Guillen expresó, en la Canción a Stalin, "Stalin, Capitán, a quien
Changó proteja y a quien resguarde Ochún. A tu lado, cantando, los
hombres libres van", y el poeta Antonio Machado señaló, "esla mano
abierta y generosa, el corazón hospitalario para todos los hombres libres".
Adolfo Hitler también contó con admiradores en el mundo intelectual. Se
afirma que el filósofo Martin Heidegger, considerado uno de los
pensadores más importantes del siglo XX, simpatizaba con el dictador
nazi, y Gunter Grass, admitió haber pertenecido a las SS, fuerzas nazis
de elite, y Leni Riefenstahl, fue calificada de haber sido la cineasta
oficial de nazismo.
Hugo Chávez, el caudillo venezolano, fue venerado por más de un creador,
destacándose entre ellos el realizador Oliver Stone, que siente por
Fidel Castro igual devoción, sin embargo hay que destacar que García
Márquez apenas escribió sobre el déspota venezolano, teniendo en cuenta
el protagonismo hemisférico que este tuvo por un largo periodo de tiempo
y la amistad que unía a ambos con Fidel Castro.
El ensayista cubano Jacobo Machover, en su libro el "Sueño de la
Barbarie" denuncia como autores de la talla de Jean Paul Sartre le
hicieron el juego al castrismo por un periodo de tiempo, y que
personalidades como el desaparecido José Saramago e Ignacio Ramonet,
entre otros, siguen defendiendo la tiranía de más de cinco décadas de
los hermanos Castro.
No obstante la devoción de García Márquez por Fidel Castro es la más
difícil de entender, porque el laureado escritor tuvo la oportunidad de
ser testigo del triunfo de la insurrección, pero también del deterioro
del régimen.
García Marques prefirió ignorar lo que sucedía en Cuba por conservar la
amistad de Castro. Calló ante los fusilamientos, prisiones, exilio, la
destrucción económica del país, la exportación de la subversión desde La
Habana al resto del continente, y la subordinación del régimen a la
Unión Soviética.
El supo del caso Heberto Padilla y del exilio de Guillermo Cabrera
Infante y del ostracismo interno y externo que padecieron muchos de sus
pares de la isla.
La conducta del autor de Cien Años de Soledad, conduce a pensar que el
talento puede no ser compatible con el más elemental sentido de justicia
y puede ser capaz de generar un ambiente de "realismo mágico" que
propicie ignorar todo aquello que colisiona con sus pensamientos e
intereses.
El gobierno de Cuba valoró con tanta estima la aquiescencia de García
Márquez que el propio Fidel Castro le entregó una lujosa casa de
protocolo y le distinguió con las medallas Haydee Santamaría y la Orden
Félix Varela.
García Márquez el escritor deja una profunda huella en la literatura
mundial, el hombre lamentablemente deja muchas preguntas sin respuestas,
entre ellas su amistad con Fidel Castro y por qué no vivió y murió en
Colombia, si como dice el presidente Juan Manuel Santos, fue el más
ilustre de los colombianos.
Source: Intelectuales y Dictadores - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/535a6e8b3a682e18e8a5daf8#.U1qQYPmSwx4
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