Inversión extranjera en Cuba: una aclaración necesaria
Posted on 28 marzo, 2014
Por Miguel Fernández Díaz
La sesión especial del Parlamento cubano para votar el próximo sábado la 
nueva Ley de la Inversión Extranjera ha concitado especulaciones de todo 
tipo en el ámbito mediático, con aseveraciones tan disparatadas como 
ajenas al alcance jurídico del proyecto.
Por estos días leo titulares en diarios y sitios digitales como "Cuba 
propone permitir las inversiones de cubanos que viven en el exterior" y 
"Nada en la nueva ley de inversiones indica que los emigrados podrán 
hacer negocios en la Isla".
Igual podría haberse dicho que nada, ni en la nueva ni en la vieja ley, 
indica que los emigrados NO podrían hacer negocios en Cuba. Todo es puro 
juego de lenguaje de reportes periodísticos desconectados de la 
realidad, porque las inversiones de cubanos residentes en el exterior no 
estaban prohibidas. La ley aún vigente, promulgada en 1995, definió como 
inversionista extranjero a:
"La persona natural o jurídica, con domicilio en el extranjero y capital 
extranjero, que se convierte en accionista de una empresa mixta, o 
participa en una empresa de capital totalmente extranjero, o que figura 
como parte en los contratos de asociación económica internacional" 
(Artículo 2, Inciso m).
Sin distinción de origen
La nueva ley no tiene por qué establecer un permiso especial para 
inversores de origen cubano, puesto que la vieja legislación no hizo 
distinción alguna entre inversores por su origen nacional. Desde que en 
1995 se promulgó la Ley 77 para la inversión extranjera, los cubanos 
residentes en el exterior pueden invertir en Cuba y no lo hacen porque 
no quieren o no pueden, en este último caso porque:
a) No son aceptados por Cuba, que somete a todo inversor potencial a un 
proceso de negociación y aprobación de la inversión por el gobierno, o…
b) Residen en Estados Unidos y, por imperativo del embargo, sería ilegal 
invertir en Cuba.
Déborah Rivas Saavedra, directora general de Inversión Extranjera del 
Ministerio de Comercio Exterior, lo dejó claro esta semana durante un 
encuentro con periodistas, cuando se le abordó sobre el tema de los 
potenciales inversionistas cubanos del exterior: la emigración cubana no 
tiene vedada esa posibilidad, "como no la tenía en la anterior ley", y 
se acogerá a los mismos términos de cualquier otro interesado en 
invertir en Cuba.
El entusiasmo de la sinrazón
El quid de la nueva ley son los incentivos. La participación mayoritaria 
del inversionista nacional (51%) frente al extranjero (49%) no sería ya 
la regla del negocio conjunto, sino que el porciento sería acordado 
entre ambas partes. Además, se rebajarían sustancialmente los impuestos 
sobre utilidades (del 30% al 15%) y sobre uso de la fuerza de trabajo 
(del 11% a cero), según el documento que circula desde hace días dentro 
y fuera de Cuba.
El documento consta de 61 artículos, subdivididos en 17 capítulos, dos 
disposiciones especiales, siete disposiciones transitorias y cuatro finales.
Los beneficios fiscales no se aplicarán a las inversiones extranjeras en 
la explotación de recursos naturales como el petróleo, que continuarán 
pagando impuestos sobre las ganancias de hasta el 50%,
Algo que no cambiará es la normativa de que los inversores extranjeros 
tengan que contratar a sus empleados a través de empresas estatales.
Disloque en la riviera
Sin embargo, una reciente reunión de José Ramón Cabañas, jefe de la 
Oficina de Intereses en Washington, con empresarios de la Florida, 
parece haber dislocado a quienes vienen haciendo negocios sobre la base 
de la industria de viajes y envíos a la isla, un filón que da para que 
algunos hagan dinero, pero jamás para disponer de capital de inversión.
Eso de que "nuestro país nos abre las puertas", como aseguran ahora 
ciertos cubanos residentes en Estados Unidos, trae su causa de la corta 
memoria. El canciller Bruno Rodríguez dejó bien claro en octubre del 
2012 que "la inversión que demanda Cuba [son] 200, 300, 500, 1,000 
millones de dólares". Pero quienes llegan a ese listón, como Alfi 
Fanjul, no pueden invertir como consecuencia del embargo.
Este viernes se procederá a la reunión de las comisiones permanentes de 
Asuntos Constitucionales y Jurídicos y de Económicos para elaboar el 
dictamen final sobre el proyecto de ley que se aprobará el sábado en el 
plenario de la Asamblea Nacional. De los 47 planteamientos emitidos en 
reuniones territoriales con diputados y funcionarios gubernamentales por 
territorios, siete fueron incluidos en el proyecto.
Las cartas están sobre la mesa. Y muy pronto los inversionistas foráneos 
sabrán a ciencia cierta a qué atenerse si deciden poner su capital en Cuba.
Source: Inversión extranjera en Cuba: una aclaración necesaria | Café 
Fuerte - 
http://cafefuerte.com/cuba/13000-inversion-extranjera-en-cuba-una-aclaracion-necesaria/
 
 
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