Cuba: de genética, élites e hijos emigrados
A pensar en construir un país mejor, donde juzgar sea un acto de ley,
que paguen los culpables por sus actos delictivos, no por ser hijos ni
nietos.
Juan Juan Almeida
marzo 31, 2014
Hace sólo unos meses, alguien que no quiere ser mencionada porque es
familia cercana de un alto dirigente cubano, me llamó y me contó que
acababa de vivir su primera y muy infeliz experiencia americana. Su voz
sonaba entrecortada, con las típicas inspiraciones irregulares que
suelen acompañar al llanto.
Bilingue, universitaria, hermosa, bien preparada y mucho mejor educada,
aplicó para un trabajo y encontró como respuesta: Tu apellido aquí es
veto, nosotros no queremos problemas. Le dije "no te preocupes, siempre
que alguien nos destruye un sueño, la vida se las arregla para ayudarnos
a construir otro muchísimo mejor".
Creo que así logre calmarla; pero hoy necesito catarsis luego de ver el
revolú que generó en la prensa local, la llegada a Miami del joven
habanero llamado Josué Colomé Vázquez, hijo del vicepresidente cubano y
ministro del Interior, General Abelardo Colomé Ibarra.
Es cierto que al no existir prensa rosa en la isla, la vida de ciertas
personas que integran esa nublada alta sociedad, genera una curiosidad
que roza con la morbosidad y da vida a cazadores que con ejercicio
mandibular buscan llamar nuestra atención disparando con saña, hacia esa
llamada élite que por genética no programada nacieron con determinados
privilegios.
Huelga decir que, salvo excepciones, este tan atractivo grupo
demográfico que encierra a muchos familiares de dirigentes de la
revolución cubana, no decide emigrar por sentirse perseguido ni por
razones políticas; lo hace por moda, excentricidad, o por estudiar y un
día regresar a casa con el honorífico equipaje de una residencia
americana y algún título ultra rimbombante. También para mejorar su
economía personal y/o buscar plazas más estables que La Habana donde
revertir el síndrome de la apatía generalizada que produce el no saber
hacia donde vamos….En fin, son disímiles las razones por las que llegan,
noventa millas más al norte, esta pléyade que muchos llaman "hijitos de
papá".
¿Son simples oportunistas? Dios me ampare de enjuiciar, aunque concuerdo
que se están aprovechando de la Ley Pública 89-732, "The Cuban
Adjustment Act" o "Ley de Ajuste Cubano", que brinda refugio y
oportunidad a los cubanos en este país, los Estados Unidos. Misma ley y
oportunidad, de la que se valen tantísimos emigrados cubanos (el término
exiliado me suena un tanto más cruel) que al llegar aquí usan el manido
argumento de ser perseguidos políticos sabiendo muy bien que cuando
vivían en la isla jamás le tiraron hollejos a un chino, mucho menos con
grados de general.
No queda bien encartar tanto. Quien esté libre de pecados que venga y me
pida unos cuantos. ¿Será necesario aclarar que, aunque a muchos les
parezca un acto de sumo patriotismo; robarse un avión, una lancha, o
asaltar una bodega para hurtar libras de pan, sin tener hambre ni
necesidad, no son cuestiones políticas sino delitos comunes?
Mire usted, el 31 marzo de 1589 comenzaron a realizarse las obras de
fortificación de La Habana, que estuvieron dirigidas por el ingeniero,
arquitecto militar y constructor italiano Bautista Antonelli, y por el
maestre de campo Juan de Tejeda quien fuera gobernador de Cuba desde
1589 a 1593. Excelente efemérides para pensar en construir un país
mejor, donde juzgar sea un acto de ley, que paguen los culpables por sus
actos delictivos, no por ser hijos ni nietos. Reconsiderarlo es buen
augurio.
Source: Cuba: de genética, élites e hijos emigrados -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-gen%C3%A9tica-%C3%A9lites-hijos-emigrados-/33547.html
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