Cuba, en la prehistoria de Internet
Joan Antoni Guerrero Vall
mayo 30, 2013
Dicen que el gobierno cubano "ha ampliado" el acceso a internet. Pero 
más bien, y siendo muy optimistas, no es que Cuba haya aterrizado por 
fin en la era de la información, es que ni tan siquiera ha empezado a 
despegar, ni tampoco ha llegado a la terminal.
El anuncio de la apertura de 118 salas, con 334 equipos, que el régimen 
pondrá a disposición de una minoría del pueblo, a precios que pocos 
pueden pagar -a no ser que renuncien a un plato (o dos) de comida-, no 
es más que una nueva maniobra de los que no dejan el poder ni a tiros 
para seguir ganando tiempo, un tiempo que ni ellos mismos saben para qué 
lo necesitan. Lo que sí es seguro es que todo el tiempo que ellos ganan 
lo pierde el pueblo cubano, y lo que es peor, sus nuevas generaciones.
Se ha dicho en otras ocasiones, y hay que insistir, la Revolución cubana 
no está preparada para la web 2.0 porque jamás fue concebida bajo estos 
parámetros en los que la civilización humana se está adentrando desde 
hace algunos años. Vamos hacia un mundo de organización horizontal y en 
Cuba todavía creen en los pedestales y la glorificación de comandantes 
en jefe y líderes supremos, el jardín de esculturas. Esto está 
totalmente demodé, pero en La Habana todavía no han tomado nota.
La apuesta por la Revolución cubana ya no es solo la apuesta por un 
sistema económico alternativo (fallido e ineficiente) sino también una 
apuesta por mantenerse al margen de la civilización. ¿Hipérbole? No, 
descripción fiel y exacta de la situación. Con esta resistencia a 
Internet diríamos que el próximo proyecto del régimen castrista es ver 
cómo un ser humano puede vivir sin su dimensión digital, aquella a la 
que todos, poco a poco, nos vamos acostumbrando.
Las excusas para ofrecer el servicio de Internet en los domicilios 
particulares, básicamente en base al embargo comercial de Estados 
Unidos, resultan risibles y poco creíbles, al estar ya operativo el 
cable de fibra óptica que llega de Venezuela. Asimismo, las promesas del 
régimen sobre la implementación del Wi Fi y de la conexión doméstica sin 
intervención institucional siguen posponiéndose  a un futuro y 
condicionadas a una mejoría económica en la Isla. Siendo así, si se 
espera una recuperación de las financias estatales, habrá que esperar al 
año 5020 para que este sueño se haga, finalmente, realidad.
Por otro lado, en todo el mundo se observan las ventajas de una sociedad 
interconectada para el desarrollo económico. No solo por ser un elemento 
que dinamiza la economía, sino también porque contribuye a llevar a cabo 
políticas que suponen un ahorro para los gobiernos y para los 
ciudadanos. El régimen cubano no está dispuesto a explorar este filón 
porque en paralelo tiene que asimilar una apertura que pone en riesgo 
sus fundamentos, basados en el control y en mantener a la población 
maniatada y con la boca cerrada.
A la noticia de la apertura de los cibercafés, que dispondrán de una 
conexión a una intranet nacional con contenidos dispuestos a 
conveniencia por el propio gobierno, se le tiene que sumar la opinión de 
un bloguero oficialista que acaba de pedir a las autoridades una Ley de 
Medios para regular las opiniones que puedan aparecer en un Internet más 
difícil de controlar. Asegura el joven bloguero Osmany Sánchez que es 
preciso evitar que se pueda "afectar a la imagen del país y del sistema" 
mediante la publicación más libre en la red. Realmente resulta 
paradójico que, precisamente desde el ámbito del periodismo, se hagan 
demandas de este tipo. Quien afecta negativamente la imagen de un país 
no serán en todo caso los ciudadanos que denuncian los desmanes de un 
gobierno, con la intensidad y fuerza que consideren oportunos, esa mala 
imagen en todo caso se la procuran los gobernantes y las autoridades al 
hacer mal su trabajo.
Por alguna razón el esquema mental de algunos cubanos en la Isla todavía 
no acaba de entender este concepto, que encaja más en una sociedad libre 
y democrática, en la que no se exige al ciudadano que se cuadre frente a 
sus gobiernos, sino que tiene la libertad de criticarlos ya sea en el 
espacio público físico como virtual. Hasta que no acepten esta premisa 
Cuba no va a poder cambiar de ninguna de las maneras. Y así ellos 
seguirán ganando tiempo para hacérselo perder a todos los demás con el 
mantenimiento de un sistema que no avanza y que se mantiene así 
suspendido en el aire y el tiempo, con todas sus penurias y miserias 
intactas.
http://www.martinoticias.com/content/cuba-internet-sitios-joan-antoni-/23000.html
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