Enigmas del poder totalitario: ¿qué esperar del vicepresidente Díaz Canel?
Publicado el Lunes, 25 Febrero 2013 21:39
Por Café Fuerte	
Miguel Díaz Canel (centro), flanqueado por el saliente presidente del 
Parlamento, Ricardo Alarcón (izq.), y el Comandante Ramiro Valdés, en la 
sesión del pasado domingo en el Palacio de Convenciones.
Por Daniel Benítez
El ingeniero eléctrico Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, de 52 años, 
tiene una muy difícil misión por delante: ser el número dos de un 
gobierno que durante más de cinco décadas se ha movido bajo los designos 
totalitarios de Fidel y Raúl Castro.
No lo tendrá sencillo si tenemos en cuenta que su actual cargo y su 
juventud lo apuntalan como sucesor del actual presidente, aunque cinco 
años en política suele resultar mucho tiempo.
El flamante nuevo vicepresidente primero del Consejo de Estado y de 
Ministros conoce muy bien las interioridades de un sistema en el que se 
ha desenvuelto en diversas responsabilidades, entre ellas 15 años como 
primer secretario del Partido Comunista de Cuba en las provincias de 
Villa Clara y Holguín, con resultados alentadores según las emulaciones 
socialistas, o lo que es lo mismo, el otorgamiento de sedes para la 
celebración central del acto por la efeméride del 26 de Julio.
Cada uno de sus ascensos y movimientos han sido en coyunturas 
especialmente complejas dentro del entramado de la isla.
En Villa Clara, su provincia natal, comenzó a dirigir el Partido en 
1993, en los momentos más críticos que ha vivido la sociedad cubana en 
cuanto a carencias materiales desde el triunfo de la revolución de Fidel 
Castro. Junto a él fueron ascendidos al mismo cargo Jorge Luis Sierra, 
en  Holguín, y Yadira García, en Matanzas, ambos defenestrados y 
olvidados hoy.
Dos grandes eventos que pusieron las miradas internacionales sobre Villa 
Clara, lo ratificaron como un dirigente previsor y capaz de mantener 
bajo estricto control los aspectos organizativos en momentos cruciales: 
la movilización por el retorno de los restos del Che Guevara para ser 
depositados en su mausoleo en tierras villaclareñas, en octubre de 1997, 
y la visita del Papa Juan Pablo II a Santa Clara, en enero de 1998.
De aquella prometedora hornada de valerosos e impetuosos jóvenes 
seguidores de las ideas y el actuar de Fidel Castro (Felipe Pérez Roque, 
Carlos Valenciaga, Juan Carlos Robinson, Carlos Lage, Otto Rivero, 
Sierra y García), solo Díaz Canel continúa en el juego político.
Promotor de la cultura
En pleno 2003 llegó a Holguín, una provincia considerada entre las más 
complejas del país por abarcar un alto número poblacional, numerosas 
industrias, entre ellas el níquel y el turismo, además de tener una 
extensión territorial considerable. Lo designaron para sustituir a 
Sierra, hasta entonces un niño mimado que iba directo a comandar el 
Ministerio del Transporte.
En la provincia holguinera tuvo primero que luchar para ser aceptado, 
porque en muchos sectores, fundamentalmente el industrial, provocaba 
temores al ser abiertamente partidario de apoyar la cultura y destinar 
recursos al fomento de festivales y eventos.
Se embarcó allí en un ambicioso proyecto de rescate de los centros 
históricos citadinos y dotarlos de restaurantes y otros sitios de 
esparcimiento, de los cuales hoy poco queda, porque su sucesor no 
comparte las mismas ideas. Además, su iniciativa levantó en aquel 
momento numerosas quejas de la población por cerrar el paso en calles 
céntricas e invertir recursos en un programa que denominó Imagen, por 
una ciudad distinta.
Como parte de este reconstruyó hoteles y calles, y abrió numerosos 
centros nocturnos, entre ellos La Caverna de los Beatles, proyecto 
personal si tenemos en cuenta que es amante de la música del cuarteto de 
Liverpool.
En Holguín tuvo que enfrentarse a una aguda sequía, aunque la etapa más 
difícil como primer secretario partidista fue en el 2008-2009, tras el 
azote del huracán Ike. Su inmediata movilización y respuesta consolidó 
su misión y a ojos de los hermanos Castro lo catapultó como el dirigente 
que ellos esperan: capaz de responder rápidamente ante cualquier 
situación o emergencia.
Batallas en el sistema universitario
De este cargo fue promovido con bombo y platillo hacia la capital como 
Ministro de Educacion Superior, en un momento de pleno descenso de esta 
rama. En el nuevo escenario le tocó implementar una restructuración de 
todo el sistema de ingreso a las universidades, además de sustituir a 
Juan Vela como ministro de Educación Superior.
Nuevamente tuvo que luchar contra viento y marea para ganarse a los 
viejos cuadros académicos, quienes entre otras cosas le exigían un 
título de Máster, el cual obtuvo. Sin embargo, siempre dejó muy claro 
que su papel al frente del sistema universitario cubano era abrir las 
aulas a quienes fueran "verdaderamente revolucionarios". En esta etapa 
su bandera fue el afianzamiento de la ideología dentro del claustro y el 
estudiantado.
Durante su etapa como Ministro, Diaz Canel estuvo muy ligado a José 
Ramón Fernández, el Gallego, por entonces vicepresidente del Consejo de 
Estado y actual presidente del Comité Olímpico  Cubano, quien lo 
adiestró y lo involucró además en las esferas del deporte, la ciencia y 
la educación a todos los niveles.
¿Qué habilidades ha puesto en práctica Díaz Canel para lograr sobrevivir 
en tiempos tan convulsos? ¿Cómo ha podido sortear con inteligencia cada 
batalla en el seno del Partido Comunista, optando siempre por defender 
los planteamientos de Fidel y Raúl Castro por encima de toda duda?
Alejado de escándalos y corruptelas
Hombre inteligente y calculador, tampoco ha estado rodeado de escándalos 
de corrupción en su entorno más cercano. Una de las anécdotas más 
populares en Holguín fue que tras su primer divorcio decidió irse a 
vivir a un apartamento con su actual esposa, desechando la casa de 
visita y otras instalaciones más cómodas puestas a su disposición.
También fue conocido como el Primer Secretario atleta, pues todas las 
tardes hacía caminando el recorrido desde su oficina a la casa, unas dos 
millas, lo cual le granjeó cierta popularidad, en contraste con el 
actual primer secretario partidista de Holguín, Jorge Cuevas Ramos, 
quien desde su llegada al territorio escogió una céntrica casa 
perteneciente a una familia que emigró a Estados Unidos.
De Díaz Canel no cabe esperar mucho a corto plazo. Es solo la bandera de 
una transición que será lenta pero inminentemente y segura. A pesar del 
cargo, pocas libertades tendrá y será estrechamente escrutado a cada paso.
Su posición tiene el espaldarazo de Raúl Castro, que le extendió un aval 
de confiabilidad ante la generación histórica, pero no puede permitirse 
errores ni dejar margen de dudas como continuador de la herencia 
política de sus antecesores al mando. Como la más fuerte apuesta para 
guiar las riendas del país a mediano plazo, no estará exento de de las 
suspicacias, los recelos y las envidias que permean y enrarecen el 
ámbito gubernamental, las esferas militares y los círculos familiares de 
los Castro, a los cuales no pertenece.
Hoy Miguelito, como afablemente le dice Raúl Castro en el entorno más 
íntimo, es la mejor cara que el sistema puede presentar 
internacionalmente a manera de imagen política. Un hombre de buen 
vestir, conversador, cauto, conocedor de las interioridades del régimen 
y de cierta manera abierto a un diálogo del cual todavía no se han dicho 
las primeras palabras.
http://cafefuerte.com/cuba/noticias-de-cuba/politica/2618-enigmas-del-poder-totalitario-que-esperar-de-diaz-canel
 
 
No comments:
Post a Comment