Disidencia
La calle contra el intelecto: ¿Una dicotomía?
Michel Suárez
Madrid 30-11-2012 - 9:05 pm.
Regresa el debate sobre una supuesta 'oposición leal' al castrismo, 
entre acusaciones veladas y llamados a la unidad.
Días después de la liberación del opositor Antonio Rodiles, cuyo arresto 
originó la condena de gobiernos y organizaciones internacionales, ha 
vuelto el (cíclico) debate sobre el tipo de oposición "más conveniente" 
o "efectiva" contra el régimen.
Las posiciones van desde quienes aseguran que existe una "disidencia 
leal" a Raúl Castro, agazapada pero peligrosa, hasta quienes creen que 
las filas "duras y radicales" son la mayor "fábrica de agentes".
En un panorama tan complejo y susceptible, ¿existen resquicios para un 
consenso mínimo?
Esta semana, varias organizaciones del occidente y el centro del país 
llamaron la atención sobre "una nueva táctica" del régimen para 
"limitar" la acción de los grupos contestatarios, "manteniéndolos 
retenidos en sus hogares".
"Hay un tipo de disidencia cubana que molesta en demasía al régimen: la 
oposición que sale a las calles; la que se relaciona con la población 
(...), la que denuncia los atropellos (...), mientras se propicia que se 
destaquen figuras y movimientos que podrían garantizar la continuidad 
del Estado en el futuro", señalaron los convocantes de la Reunión de la 
Nación Cubana por la Democracia.
Su principal organizadora, la economista Martha Beatriz Roque, fue 
todavía más directa en declaraciones a DIARIO DE CUBA: "Hay una 
tendencia a minimizar la labor de las organizaciones que salen a la 
calle para resaltar a las personas que utilizan el intelecto para hacer 
oposición".
Según la ex-presa política del Grupo de los 75, "el Estado ha tratado de 
preparar organizaciones para, en un momento determinado, decir: 'Esta es 
la oposición'".
Roque asegura que tiene a esos grupos "identificados", pero al 
preguntársele por sus nombres, declina revelar las identidades.
En igual sentido, un mensaje leído por Jorge Luis García Pérez (Antúnez) 
en la azotea de su casa, el miércoles pasado, califica de "canallesco" 
el intento del Gobierno "de sacar a la resistencia interna de las calles 
y espacios públicos para devolvérselos a las casas y lugares cerrados".
"Queremos dejar bien claro nuestro incondicional apoyo a cuanto proyecto 
civilista se ejercite, enfatizando nuestra prioridad en aquellas 
iniciativas que, lejos de repercusión internacional y otros efectos 
mediáticos, promuevan el cambio desde el ciudadano", dijo Antúnez a 
nombre de una decena de organizaciones del centro de la Isla.
'División, algo que interesa al totalitarismo'
Por alusiones, aunque esta vez no fue mencionado explícitamente, Antonio 
Rodiles dice a DIARIO DE CUBA que el asunto a veces se evalúa desde una 
óptica "muy simplista".
"En una sociedad hay múltiples visiones y sectores, y cada uno de ellos 
debe gozar de representación y expresión. Si unos ciudadanos desean 
manifestar pacíficamente su desacuerdo con el gobierno, tienen todo el 
derecho a hacerlo por las vías que consideren pertinentes", explica el 
director de Estado de Sats.
Y apunta: "Vale recordar que, en los últimos tiempos, algunas personas 
que somos catalogadas de intelectuales hemos sufrido fuerte represión y 
arrestos".
Rodiles considera que fomentar "una falsa división" sobre las diferentes 
visiones de la lucha pacífica, "es algo que interesa al totalitarismo, 
que siempre busca crear diferencias y rivalidades".
"Tengo las mejores relaciones con muchas personas que pertenecen a 
distintos grupos con distintas visiones. Nunca pondré mi vista en las 
diferencias, sino en los puntos en común, que por cierto son muchos", 
señala el coordinador nacional de la Demanda Ciudadana por otra Cuba.
José Daniel Ferrer García, ex-preso político del Grupo de los 75 y uno 
de los opositores más activos del país, no ve problema alguno entre 
ambas formas de disidencia: "Siempre he dicho que ambas actividades se 
complementan, son necesarias. Una, sin la otra, no llega lejos".
Sin embargo, admite que la Seguridad del Estado "tiene a un grupo de 
gente intentando convencer a los nuevos activistas de que no salgan a la 
calle, de que con citaciones y detenciones breves ya pueden obtener una 
visa para irse del país".
Ferrer García cita el ejemplo de la Demanda Ciudadana, por cuya 
gestación la policía ha golpeado y detenido a decenas de activistas, y 
asegura que la Seguridad "se ocupa de que no crezcan" los simpatizantes.
"Les dicen a los posibles firmantes que lo que tienen que hacer es salir 
a la calle". Es decir, "la policía pide a los que redactan iniciativas 
que protesten en la calle y a los que hacen esto último, que se queden 
en sus casas".
Un 'esfuerzo' por la unidad
Desde el exilio, el excomandante rebelde Huber Matos, una autoridad de 
la oposición al régimen, lo tiene claro: "Respeto las diferencias y las 
estrategias de cada cual. Todo lo que sea confrontar al régimen, de 
forma no violenta, es razonable y aceptable".
El líder del grupo Cuba Independiente y Democrática (CID), que acaba de 
cumplir 94 años, cree que "mientras unos estén por aquí y otros por 
allá", no se logrará mucho.
Matos, que padeció 22 años de cárcel en la Isla, pide a los grupos 
internos "hacer un esfuerzo por cerrar filas con respecto a lo básico: 
la soberanía del pueblo cubano".
http://www.diariodecuba.com/cuba/14246-la-calle-contra-el-intelecto-una-dicotomia
 
 
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