¿Otro agente en Miami?
Miguel Iturria Savón
LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - La información me la envió
Silvio Benítez a través de Internet. El vicepresidente del Partido
Liberal Cubano se basa en fuentes orales y en documentos que revelan las
acciones del "esbirro castrista Carlos Vargas Blanco", quien viajó
recientemente a los Estados Unidos en unión de su esposa, a pesar de su
actuación como testigo principal en un juicio contra dos integrantes del
Grupo de los 75, encarcelados en la primavera de 2003 por causas políticas.
Son tan graves las aseveraciones del correo recibido que decidí
consultar otras fuentes sobre esa denuncia. Tanto los hermanos Miguel y
Juan F. Sigler Amaya, como la señora Josefa López Peña confirman el
papel represivo de Carlos Vargas Blanco, ex director de la Dirección
Municipal de Trabajo en Pedro Betancourt, Matanzas, donde se destacó por
sus delaciones contra los opositores pacíficos, a quienes les negaba una
plaza, le suspendía la licencia como cuentapropistas o los multaba con
sumas astronómicas.
Advierte Silvio Benítez que "Carlos Vargas Blanco ha organizado y
participado en numerosos actos de repudio con violencia contra los
opositores, tales como el 22 de enero del 2000, golpeando a más de diez
dentro de la vivienda sede del Movimiento Independiente Opción
Alternativa en Pedro Betancourt, Matanzas, donde hubo fracturas de
huesos, heridas en la cabeza y resultó golpeada y pateada la señora
Gloria Amaya González, quien quedó condenada a vivir en una silla de rueda".
Otros opositores matanceros precisan las fechorías del represivo
funcionario e informante policial, quien desapareció temporalmente y
ahora reside en Miami, junto a exiliados que huyeron de la isla por la
persecución de agentes como él.
El mensaje electrónico señala: "Un año antes de que Carlos viajara a
Estados Unidos, el Movimiento Independiente Opción Alternativa alertó en
reiteradas ocasiones mediante un documento escrito y verbal a la Sección
de intereses de los Estados Unidos en La Habana, sobre la infiltración
de un posible espía en ese país, y no se tomó en cuenta el caso, por lo
que constituye una burla a los opositores dentro de la isla,
convirtiéndose en un peligro por la impunidad que se les da". Y agrega:
"Se está premiando con una visa a los integrantes de las pandillas
fascistas de respuesta rápida".
La denuncia pide al gobierno de los Estados Unidos "que revise
urgentemente el caso para que Carlos Vargas Blanco sea deportado hacia
Cuba, o sea procesado por un tribunal… por considerarlo un posible espía
y terrorista". La demanda está avalada por los teléfonos y direcciones
de las víctimas y por el sitio web con la documentación elaborada al
respecto por el Movimiento Opción Alternativa.
El caso es paradójico y contradictorio, pero no es el único. Los agentes
del castrismo y los oportunistas que hoy reprimen y mañana se van,
tienen a su favor la tradición democrática de los Estados Unidos, cuyos
diplomáticos en la isla no le preguntan la filiación ideológica a
quienes viajan legalmente a su país. Los que ganan el sorteo migratorio
o se marchan por reunificación familiar casi siempre obtienen la visa.
El delator Carlos Vargas Blanco es uno de ellos.
Comparto la justa indignación de las víctimas del supuesto espía. Si hay
algo que hacer no será en Matanzas ni en La Habana. Desde este lado de
la guerra solo podemos denunciar a los represores. Cuba ha sido
convertida en circo y las panteras amaestradas escapan como reptiles
cuando el fuego sustituye a los aplausos.
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